Estamos frente a un gran desafío como sociedad. Lo que está en juego
el próximo 27 de Octubre, no es solamente, la renovación parcial del
Congreso Nacional. Como se ha escrito y comentado en diferentes
análisis, lo que está en disputa es el proyecto de Nación que nos
daremos los argentinos.
Es la esencia misma del sistema democrático lo que está en debate.
Tenemos que elegir si seguimos por el duro camino de una democracia
adulta, soberana, inclusiva, generadora y defensora de derechos y
obligaciones, como desde el 25 de Mayo de 2003. O si volvemos a la
democracia condicionada y sometida a los factores de poder, como
aconteció desde que recuperamos la democracia en 1983 y durante gran
parte de nuestra historia, salvo raras excepciones.
Porque, como también ha quedado claro, de lo que se trata, en definitiva, es quien tiene el poder en la Argentina.
Si dejamos que siga en manos de los grandes grupos empresarios
corporativos o en la soberanía popular. Que se expresa a través del
gobierno elegido de manera democrática.
Nuestro sistema democrático basado en una Constitución Nacional que
tiene dos siglos de vida y algunas reformas (que deberían revisarse,
pero sería tema de otro debate) determina que el gobierno nacional
consta de tres poderes. Dos de los cuales se eligen por elecciones
libres y obligatorias, que son el Poder Ejecutivo y el Poder
Legislativo. El tercero, el Poder Judicial, no está sometido a la
elección popular.
Si tenemos en cuenta recientes fallos judiciales que resultaron
favorables a corporaciones empresarias en conflicto, no sólo con el
gobierno nacional (en realidad con el Poder Ejecutivo y el Poder
Legislativo) sino fundamentalmente con los intereses de la mayoría de la
población; comprendemos que una parte importante del Poder Judicial no
respeta la soberanía popular. Ese sector del Poder Judicial no está a
favor de una justicia que contemple los derechos e intereses de la
mayoría.
Esto, necesariamente, colisiona con el necesario equilibrio que debe
sostener y alimentar a un sistema democrático. Ese equilibrio es
inherente a la vida democrática. Es el equilibrio del poder.
Hoy, no es necesario un golpe de estado tradicional, para lesionar y condicionar la democracia y los derechos de las mayorías.
Hoy, los gobiernos democráticos son desestabilizados con otras
metodologías. Tenemos los ejemplos concretos de Honduras y Paraguay
(exitosos) y de Ecuador (fallido).
Hoy, las empresas poseedoras de medios de comunicación y sectores del
Poder Judicial son artífices de golpes institucionales, respondiendo a
una nueva matriz golpista.
Incluso, por la presión de esos medios de comunicación con posición
dominante y estructura monopólica, sumado a fallos y medidas judiciales
que los benefician, pretenden gobernar por encima de la voluntad popular
expresada en las urnas y materializada en leyes votadas por amplias
mayorías del Congreso. Como manda la Constitución Nacional.
Ya no es necesaria la utilización de las fuerzas armadas para derrocar o condicionar a un gobierno democráticamente elegido.
El sistema de poder corporativo defiende sus privilegios de clase con
nuevas armas y se resiste a los cambios surgidos y producidos en las
mayorías populares y que se plasman en leyes votadas según las normas
que nos rigen.
Hoy, parte del Poder Judicial, en nuestro país, funge como garante de
esos privilegios que el sistema de poder no está dispuesto a resignar.
Aún a costa de vaciar la democracia y vulnerar no sólo la voluntad
popular, sino la Constitución Nacional si es necesario.
Por esto, entre otras razones, hace casi cuatro años que una medida
cautelar tiene bloqueados artículos fundamentales de la Ley de Servicios
de Comunicación Audiovisual. Por eso el fallo de la Corte Suprema de
Justicia impide que el predio de la Rural de Palermo, vendida a precio
vil en la década del 90, vuelva a manos del Estado, como bien público.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación , está ante una grave
disyuntiva, que habrá de determinar si está a favor de la democracia no
condicionada que estamos construyendo, o si se decide a que siga vigente
una democracia en la que una de las corporaciones se ha jactado de
poner y sacar presidentes. Expresando que el puesto de Presidente “es un
puesto menor” y dejando trascender que “no hay gobierno que resista
cuatro tapas adversas del diario Clarín”.
El prestigio de sus integrantes está en la mira de toda la sociedad.
El pueblo movilizado acompañará la Audiencia Pública del 28 de Agosto. En defensa de la Ley de Medios de la Democracia.
En defensa de la Democracia.
Daniel Mojica
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Daniel Mojica
Escritor Miembro de COMUNA
www.cuestioncultural.com.ar
Columnista político de Radio Gráfica
Prensa y Comunicación CC La hora de los pueblos
Publicado en:
http://cuestioncultural.blogspot.com.ar/2013/08/democracia-corte-suprema-y-ley-de-medios.html
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