05.10.2011 | 20.31 |
Joven, bella y comunista, en apenas cinco meses la líder estudiantil Camila Vallejo alcanzó el estatus simbólico de leyenda. Y encendió un cóctel explosivo para el presidente Piñera.
Por Cicco
La belleza no movía tantas multitudes desde los tiempos de Cleopatra. Camila Vallejo Dowling tiene blog, Twitter y su página de Facebook colapsa con 63.000 seguidores. Cuenta con un arito de plata en la nariz, un cargo como presidente de la Federación de Estudiantes (Fech) —es la segunda mujer en ejercer el puesto en 104 años de historia— y un índice de popularidad tan elevado como el de un superhéroe: el 68 por ciento de los chilenos está con ella —y, en contrapartida, sólo un 28 por ciento con el presidente Sebastián Piñera—. En la prensa, Camila tiene títulos varios: en Brasil la llaman "la musa estudiantil"; en México, "la bella lideresa"; y en su Chile natal la bautizaron la "sex symbol de la izquierda hipster". Tiene padre ex actor de tevé, del cual heredó su belleza. Y mamá cartógrafa, que le contagió su pasión por la geografía. De ellos, adoptó el legado de militancia comunista —se afilió en 2007—, y la admiración por el modelo de Cuba, el líder Evo Morales, y las canciones de Serrat e Ismael Serrano. Tiene —o eso se dice— un novio cubano llamado Julio Sarmiento, estudiante de Medicina, ex presidente de la Fech y, como ella, militante del PC.
En la actualidad, muchos la consideran la líder más prometedora de Latinoamérica. Convocó paros nacionales en cuestión de días con la instantaneidad de un delivery de pizzas. Encabezó marchas estudiantiles en Chile durante cinco meses y sólo en una jornada del Parque O’Higgins, movilizó a un millón de personas, la mayor gesta popular en su país desde el golpe de Estado de 1973. Tras la muerte de un manifestante, exigió, sin pestañear, la renuncia del ministro del Interior. Tuvo cintura política para despegarse de enmascarados que hirieron a carabineros en una marcha, y denuncias que la acusaban en la federación estudiantil de no tener las cuentas claras. Camila superó jornadas con 572 estudiantes detenidos, camiones hidrantes, golpes, perros... No se detuvo ante la difusión de su domicilio y datos personales en las redes sociales. Y siguió adelante tras varias amenazas de muerte, que la obligaron a tener custodia personal —en la última marcha, hubo 40 observándola, entre admiradores y vendedores ambulantes de pins con su rostro.
La nota completa, en la edición impresa de Newsweek
Publicado en :
http://www.elargentino.com/nota-160897-La-musa-de-la-revuelta-chilena.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario