La alcaldía de Bogotá encabezada por Gustavo Petro representa el
primer intento serio de revertir el modelo neoliberal en los servicios
públicos en una ciudad de Colombia. He allí el principal peligro para la
oligarquía y el imperio. Además, Petro es el mejor prospecto que tiene
el pueblo colombiano para acceder a la primera magistratura en un futuro
cercano. El procurador, las contralorías, el “defensor del pueblo”, el
fiscal, el personero, todos estaban al acecho para caerle ante el menor
descuido. ¡Y le cayeron!
Muchas personas – si no la mayoría – pensaban que el Procurador
Ordoñez no iba a destituir a Petro. Menos, que lo fuera a inhabilitar
por 15 años. Incluso el mismo Petro, quien interpreta esa decisión del
Ministerio Público como un saboteo al proceso de Paz y se hacía
ilusiones que el presidente Santos fuera a intervenir para evitar esa
sanción disciplinaria, se equivocó completamente. No calculó la
trascendencia de su accionar.
Petro creía en la buena fe de los llamados "sectores democráticos" de
la oligarquía, con los que el M-19 pactó el acuerdo que le dio vida a
la Constitución de 1991. Los herederos de ese proyecto político siguen
creyendo en esa "buena fe" y siguen amarrados a su institucionalidad. Lo
demuestra la actitud leguleya de Antonio Navarro quien calificó el
fallo del Procurador sólo como “exagerado”. 22 años después la
oligarquía muestra que no perdona y que no iba a dejar avanzar a Petro
hacia la Presidencia de la República.
Olvidan que la oligarquía colombiana ha mostrado a lo largo de la
historia su talante reaccionario y retrógrado. Esas clases dominantes no
iban a permitir que Petro pudiera salir bien librado de una
administración como la de Bogotá, mostrando la ruta de la defensa de lo
público y la posibilidad de desmontar los monopolios privados de los
servicios públicos. Sabían que iba a quedar bien posicionado en la recta
hacia la presidencia de 2018.
Esa es la gran lección: esta oligarquía es vengativa, retrechera,
traicionera, previsiva, no da puntada sin dedal, es difícil de derrotar,
usa “todas las formas de lucha”, se divide para aparentar que a su
interior existen “sectores democráticos” para finalmente dar la puñalada
“trapera” (por la espalda). Desechar ilusiones democrateras y diseñar
una estrategia integral, es la lección aprendida para poder superar esa
supremacía anti-popular.
En ese sentido la actuación del Procurador Ordoñez no es aislada. No
es exclusivamente una jugada contra el proceso de Paz. No es sólo un
complot para poner la alcaldía capitalina a disposición del uribismo. No
es solamente una forma de sacar de la carrera presidencial al mejor
prospecto que tiene la Izquierda. Es todo eso y mucho más. Es un mensaje
de que la oligarquía no está dispuesta a compartir el gobierno con
fuerzas “progresistas” como ya lo hace la burguesía en varios países de
Sudamérica. Aquí no comparten nada.
Sin embargo este hecho es a la vez – paradójicamente –, una
demostración de que la acción política que impulsaba Petro, está bien
encaminada. El hecho de que traten de “asesinar políticamente” a este
líder de la Izquierda significa – como ocurrió con el magnicidio de
Jorge Eliécer Gaitán –, que la orientación general es correcta pero que
hay que afinar los detalles con mucho mayor tino y cuidado.
Es decir, como lo ha planteado el alcalde Petro en su discurso, hay
que persistir con el proceso de Paz. Hay que insertarse en la
institucionalidad para desde allí desmontar el intrincado aparato
neoliberal que la burguesía ha montado en la administración pública. Hay
que luchar por mantener el control del gobierno de la capital de la
república por parte de fuerzas progresistas, defensoras de lo público y
anti-neoliberales.
Pero, paralelamente se debe construir desde las bases un gran
movimiento popular que vaya consolidando formas de poder alternas y
paralelas al poder institucional. En Bogotá ese proceso recién se está
asumiendo. Tantos años de represión, guerra, desplazamiento, crecimiento
caótico, planificación neoliberal, han destruido importantes lazos
sociales que el pueblo bogotano tenía y que deben ser reconstruidos.
Por ello, el movimiento social por apropiarse de la basura como una
fuente de capital social y empleo; la defensa de las galerías y
mercados populares; los movimientos ambientales en defensa del agua, los
humedales y un desarrollo sostenible de la ciudad; la lucha por
transformar los servicios de educación y la salud; los espacios y
desarrollos culturales; la organización a nuevos niveles de los
trabajadores precariados; los proyectos económicos comunitarios; todo
ello y muchas más iniciativas, debe ser fortalecidas – luchando contra
las tendencias burocráticas –, para crear un potente movimiento popular
que sea el sustento “desde abajo” de los procesos institucionales de
transformación de la vida social. Sabemos que mientras no se derrote el
sistema capitalista, lo que esté soportado en la institucionalidad
burguesa, va a ser fácilmente desmontado sino está sostenido por fuerzas
sociales organizadas y conscientes.
Es indudable que hay que dar la lucha en lo inmediato para mantener
la administración de Bogotá, tanto por la vía de la movilización como en
el terreno jurídico y político. Sin embargo, la Izquierda tiene que
replantear su estrategia. No se puede confiar en ninguna de las
fracciones de la oligarquía (burguesía “nacional”, burocrática,
comercial, etc.), así asuman formas “progresistas”, socialdemócratas y
hasta “patrióticas”. Las muestras espontáneas de solidaridad con el
gobierno de Petro por parte de amplios sectores sociales revelan las
grandes potencialidades que existen en el seno de nuestro pueblo y que
todo está por conquistar. ¡Que sí se puede!
Si en lo inmediato no se puede garantizar la permanencia de Petro en
la alcaldía, hay que cerrar filas para darle continuidad a su programa
de gobierno y derrotar el bloque oligárquico que se va a formar para
acabar con la “Bogotá Humana”. Pero además, Petro puede contribuir mucho
con la construcción y fundamentación de un amplio movimiento popular
(social y político), con la formación de cuadros revolucionarios que
recojan y sistematicen su experiencia.
Necesitamos centros de pensamiento estratégico que ayuden a las
expresiones organizativas del pueblo a derrotar a la oligarquía. Sabemos
que si no nos matan físicamente lo tratarán de hacer política o
moralmente. Por ello, al llegar a una alcaldía o gobernación, para
abordar la tarea de desprivatizar un servicio público o afectar un
monopolio oligárquico, debemos preocuparnos por construir un fuerte y
poderoso movimiento social que sea el sustento y soporte de ese cambio.
De lo contrario, nos lo cobran con sanciones y destituciones.
Igualmente, debemos entender que no se trata de llegar sólo a
“gestionar” el aparato administrativo de la burguesía. Hay que penetrar
en esa institucionalidad sólo con el fin de socavarla, de dinamitarla
por dentro. Sólo así podremos ir construyendo una nueva
institucionalidad anti-capitalista, de-colonial, basada en el
auto-gobierno y dirigida a desarrollar una cuajada y poderosa democracia
directa y participativa.
De lo contrario no podremos derrotar plenamente a esta oligarquía
criminal que nos oprime y domina. Debemos combinar la lucha
institucional y electoral, la movilización social y la construcción de
poder popular de nuevo tipo (auto-gobierno). Son tres elementos
indispensables para avanzar no sólo por caminos de Paz, democracia y
justicia social sino para construir las bases materiales, sociales,
políticas y culturales de una nueva sociedad.
Petro puede ayudar en esa dirección. Si se concreta su inhabilidad
político-administrativa de 15 años, ello no le impide desarrollar nuevas
capacidades intelectuales y organizativas para servir al pueblo desde
el terreno de la estrategia, la verdadera dirección política y la
formación de dirigentes. Nuevas tareas surgen de la dinámica social y
política.
Nota: Existen importantes antecedentes en la normatividad
internacional para prever que se puede derrotar jurídicamente éste
atentado político del Procurador. Si Petro logra salir bien librado de
ésta batalla, estaría ad portas de la Presidencia para 2018. Entonces,
la principal tarea sería preservar y cuidar de su existencia.
Popayán, 13 de diciembre de 2013
Publicado en:
http://www.redaccionpopular.com/articulo/la-destitucion-de-gustavo-petro-dos-notas
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