Tras el conflicto por el Presupuesto, la elección del Consejo de la Magistratura volvió a abrir un camino para la reunificación del PJ.
Por Fernando Cibeira
Camaño, Rossi, Espinoza y Kicillof, en la sesión contra el tarifazo.
La semana del peronismo terminó muy diferente a como había arrancado. De la fractura en el Senado por la votación del Presupuesto, cerró con la muestra de unidad exhibida para darle un golpe a Cambiemos y evitar que se quedara con los dos tercios de los miembros del Consejo de la Magistratura. Igual, pese al paso adelante, prevaleció la cautela acerca de si lo que sucedió es un indicativo acerca de que la oposición marcha hacia un proceso de unidad en 2019. “Es un paso importante, pero no sacaría conclusiones apresuradas. Todavía falta recorrer mucho para saber si va a haber unidad”, definió el jefe del bloque de diputado del FpV-PJ, Agustín Rossi, uno de los anotados en la carrera presidencial. De hecho, hasta ahora resultaron negativas las gestiones realizadas desde el PJ Nacional que encabeza José Luis Gioja para sumar a los referentes del sector Alternativa Argentina a la Mesa de Acción Política. El camino hacia la unidad no está libre de escollos, pero hay indicios favorables.
Hubo una diferencia esencial entre lo sucedido en torno al Presupuesto y lo del Consejo de la Magistratura: el condicionamiento que tuvieron los gobernadores en uno y otro caso. En el Presupuesto, si bien algunos mandatarios a último momento se pusieron duros en su rechazo a la derogación del Fondo Sojero, también negociaron bajo cuerda con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, mejoras para sus distritos. Y si bien varios senadores del bloque que conduce Miguel Angel Pichetto votaron en contra del proyecto, el único que rompió la bancada fue el tucumano José Alperovich junto a su coprovinciana Beatriz Mirkin. Alperovich no sólo no es gobernador sino que anunció su intención de competir por el cargo contra Juan Manzur.
La votación del Presupuesto dejó la sensación que se había ensanchado la brecha entre los sectores duros que comienzan a nuclearse alrededor de la figura de Cristina Kirchner y los de Alternativa Argentina. Pichetto y los senadores que responden al gobernador salteño Juan Manuel Urtubey y al cordobés Juan Schiaretti motorizaron la aprobación del proyecto que el Gobierno pergeñó junto al FMI. El Frente Renovador no tiene senadores, pero en Diputados Sergio Massa bajó una clara línea de rechazo al Presupuesto. Con todo, inmediatamente después de la votación en la Cámara alta salió a anunciar que se reflotaba Alternativa Argentina, hizo una aparición junto al gobernador entrerriano Gustavo Bordet y anticiparon una foto conjunta antes de fin de año. Si hubo diferencias respecto al Presupuesto, buscaban dejarlas atrás.
Eso fue el miércoles, con el panorama de dos bloques distanciados. Pero al otro día ya estaban encaminadas las negociaciones para tronchar los planes del oficialismo, que pretendía conseguir los dos tercios de los consejeros en la Magistratura para seguir dibujando un Poder Judicial a su conveniencia. “Esto no se lo esperaba nadie. Lo fuimos charlando sigilosamente y salió bien”, explicó Rossi. Lo que argumentó en esas conversaciones con los diputados del Peronismo Federal y del Frente Renovador fue que el Frente para la Victoria ya tenía asegurado su consejero –el lugar que le correspondía por ser segunda minoría y que ocuparía Eduardo “Wado” De Pedro– y que entonces quedaba en ellos la posibilidad de unir fuerzas para disputarle un miembro más a Cambiemos. Una vez que se decidió que esa segunda consejera fuera la massista Graciela Camaño, el acuerdo avanzó rapidísimo. “No tenemos nada que ver con el kirchnerismo. Vamos a ir al Consejo con una mirada distinta”, salió a aclarar enseguida Camaño, tal vez la integrante del Frente Renovador más marcadamente antikirchnerista.
En la última reunión ampliada que convocó a la mesa ejecutiva del Partido Justicialista y a la Mesa de Acción Política en la sede de la calle Matheu se resolvió enviar delegados para intentar arrimar a los cuatro referentes de Alternativa Argentina para futuros encuentros. Pero esos contactos recibieron diferentes respuestas, ninguna afirmativa. Los cuatro consideran a la conducción que encabeza Gioja muy volcada al kirchnerismo. Pero, en la recíproca, desde el PJ la mirada no es la misma respecto a los cuatro. Entienden que las últimas posiciones de Massa lo acercan mucho a la mirada mayoritaria dentro del PJ y que en algún momento se terminará sumando. También dicen que a Schiaretti le conviene mostrarse enfrentado al kirchnerismo por cuestiones de política provincial, pero que una vez que pasen los comicios en Córdoba –en junio del año que viene– y consiga la reelección, lo natural sería que también se sumara. En cambio, ven más complicados los casos de Pichetto –por su mala relación con CFK– y de Urtubey, con posiciones cercanas al macrismo.
Massa se muestra oscilante en su postura respecto a la unidad. No sólo en sus declaraciones públicas, lo mismo dicen los dirigentes que conversan con él en privado. Claramente endureció su postura frente al Gobierno en general y el presidente Macri en particular, a quien ahora le gusta comparar con Domingo Cavallo. Su propósito es fortalecer todo lo posible el espacio Alternativa Argentina y convertirse en “el candidato de los gobernadores”. Una vez conseguido ese objetivo –hacia marzo o abril– analizará la mejor opción: competir por afuera o confluir con el kirchnerismo en un mismo espacio. Una señal: Massa contrató para la campaña al consultor catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, el mismo que asesoró a Cristina Kirchner en 2017. Quienes conversaron en los últimos tiempos con Gutiérrez-Rubí aseguran que está convencido de que es necesario que el peronismo se una si es que pretende desalojar a Cambiemos de la Casa Rosada.
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