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RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS

Sandra Russo : Milagro Sala. Jallalla. La Tupac Amaru, una Utopía en construcción.
Ediciones Colihue, Buenos Aires, 2010.


Es una obra impresionante, muy emotiva, que se lee como una novela, porque la autora va contando sus experiencias al llegar a Jujuy y entrar en contacto con Milagro Sala y con la Tupac Amaru. Es la historia de gente empujada a la marginalidad que logra renacer con toda dignidad.

Cuesta sólo 35 pesos. Pero en realidad es caro, porque va a leerlo de un tirón. No le va a durar nada. Muy recomendable.

Transcribí textualmente algunos párrafos a modo de ejemplo, para motivar al lector a ¡comprar el libro! :

“La igualdad entre hermanos es lo que vivió de niña Milagro con su familia adoptiva. A ella no la dejaban entrar a las piletas, por negra, y ninguno de sus hermanos entraba. Era la debilidad de esa familia. Le dieron mucho amor. Todo el dolor que sobrevino luego, cuando supo la verdad, fue tolerado porque en esa familia había igualdad entre hermanos. Eso salva. Eso libera.” (Pag.12)

“Milagro cría chicos desde hace más de veinte años y esos chicos son los que otros no quieren, en algunos casos, o los que no pueden querer, en otros. Así es su familia y su organización. Se verá aquí abierta y sostenida a la Tupac Amaru, hoy la organización social más grande y fuerte del país, como una enorme familia ampliada, apoyando una idea que me sobrevuela desde que fui por primera vez a Jujuy : Milagro construye, permanentemente, familia y organización, a partir de ese dar y recibir, dialéctico, montado sobre un amor que es en principio contención y afecto, y que es orden. La gran lucha de Milagro es poner orden en lo desordenado. La discriminación desordena el alma. La opresión, la humillación, también. Milagro intenta todo el tiempo reparar lo roto y crear algo nuevo de eso.
Este es quizá el primer deslizamiento de contenido que uno deberá hacer para acercarse al mundo de Milagro. Una mujer, negra, india, hija adoptiva, chica de la calle, chorra, presa, militante, líder, se transmuta en el acto de transmutar a otros. Se verá muy claramente y desde diferentes perspectivas como Milagro ve desorden en la discriminación. O en la injusticia”. (Pag.13-14)

“[…] Su manera de aceptarme fue incluirme en su vida cotidiana, y dejarme presenciar su vida íntima. Pude trazar docenas de coordenadas entre Milagro cuando es madre y esposa, y cuando es la conductora de la Tupac Amaru. Lo público y lo privado, en esta historia, se funden, porque pertenecen a un orden kolla. Entre los suyos, sus hijos, su marido, sus nietos, Milagro no es distinta a cómo es entre los tantos otros que son los suyos. Cada uno de los setenta mil miembros de la Tupac jujeña son los suyos. Lo son también los otros miles y miles que en todo el país agrandan la organización. “ (Pag.14)

“De lo social sale esta historia. Es lo social lo que se le opuso en Jujuy hace ya diez años al neoliberalismo que pisó esa provincia marginal, la de índices de pobreza y desocupación más altos de esa década. Fue la organización social, la protesta social y los líderes sociales los que florecieron como síntomas de resistencia, Y quizá Jujuy sea hoy mismo, en este mundo de capitalismo salvaje y global, dopado con la concentración financiera y el martirio planetario que implica la producción a gran escala, un ejemplo, o una advertencia.” (Pag.14)

“Para encontrar soluciones, la Tupac Amaru tiene muchos recursos, y todos los consiguió con lucha. Porque al principio de todo, hace diez años, lo que había era un grupo de diez personas que después fueron cincuenta y que durante varios meses se juntaron en una piecita del local de ATE en San Salvador. Se juntaban para compartir su desolación. Hasta que Milagro decidió salir a los barrios, y de la nada, cuando no había Estado ni contemplaciones, cuando Menem todavía era rubio y de ojos celestes para el gran público, la Tupac Amaru comenzó a emerger.
Emergió con Milagro desafiando en los barrios a los pibes más bravos, a los más pesados. Los desafiaba a dejar de ser los giles que choreaban y que caían en cana. Los provocaba con hacer algo de lo que estuvieran orgullosos. Hubo que ‘hacerles la cabeza’, dice ella. Pero ella, en aquel mundo marginal de una provincia marginal de un país marginal, ya era Milagro y ya tenía un nombre. La conocían entre otras cosas porque había vivido en la calle y había estado presa, pero también porque, estando sola y con sus dos hijos propios, había adoptado a una docena de pibes de la calle. La conocían porque la veían encabezar las marchas, tragarse los gases, liderar las tomas. Y era desde esa fortaleza y ese coraje que Milagro recorría los barrios proponiéndoles a los pibes más pesados que dieran de comer a los niños. Que dieran el ejemplo.” (Pag.15-16).

Quiero cerrar estas citas con una frase de Milagro que Sandra Russo pone en la contratapa del libro :

“Nosotros hemos plantado bandera. Donde haya una bandera de la Tupac Amaru no va a haber atropello. Al contrario : lo que nosotros queremos es reivindicar a los compañeros con salud, educación y trabajo. Esa es la base. Eso dicen las paredes del barrio y de esta ciudad, y de muchas ciudades de este país. Salud, educación y trabajo. Eso sí contribuye a la pacificación social. Una vivienda digna para todos, y que el compañero que por ahí ha nacido en un lugar muy pobre vuelva a recuperar su autoestima. Eso queremos.”

Si quieren conocer el final de la historia, van a tener que comprar el libro.

Jallalla, Sandra

Jallalla, Milagro



Adrián Corbella, 10 de mayo de 2010.


HERNÁN BRIENZA : EL LOCO DORREGO. EL ÚLTIMO REVOLUCIONARIO.

HERNÁN BRIENZA : “El loco Dorrego. Dorrego, el último revolucionario”, Ed. Marea, Buenos Aires, 2007, reeditado por cuarta vez en 2010.

Es un libro apasionante. Una biografía, por momentos escrita como una novela, pero con el rigor fáctico de un libro de Historia, que nos muestra a un personaje casi desconocido , don Manuel Dorrego, al que Rosas llamara “víctima ilustre de las luchas civiles”.
Dorrego aparece como un joven valiente y arrojado, pero a la vez de un carácter difícil. Un militar temerario, de esos que siempre están al frente de sus tropas y terminan las batallas heridos y embarrados, pero que despreciaba profundamente – y no lo ocultaba- a oficiales superiores que vivían y ascendían desde detrás de un escritorio. Un hombre popular entre las tropas, sobre todo entre los más marginales, orilleros, pardos y morenos, entre las milicias cívicas tumultuosas y desordenadas, pero muy impopular entre sus pares, los otros oficiales. Un hombre que fue clave en las batallas de Tucumán y Salta, que fue ideólogo de la “guerra gaucha” de Güemes, que fundó el primer partido popular de la Argentina.
En su madurez fue un político algo más prudente, que se deslumbró con la figura de Bolívar. Fue uno de los grandes ideólogos del federalismo, y quizás su condición de intelectual, y su atipicidad, le costaron la vida.
Brienza platea que el ostracismo histórico de Dorrego tiene que ver con sus ideas ; él dice que era “demasiado liberal para  los historiadores nacionalistas, y demasiado populista para los liberales”.
Por lo tanto no encajaba en nada. No era una figura apropiada ni para el panteón de héroes liberales ni para el nacional y popular.  Brienza lo ve, junto a Moreno y Monteagudo, como un personaje que creía en la democracia liberal pero teniendo a la vez un sentido nacional y popular, lo que lo transforma en una “rara avis” difícil de encuadrar. Por eso Brienza sostiene que la muerte de Dorrego significa el fin de los ideales de Mayo, de allí el subtítulo del libro “El último revolucionario”.
Quizás la mejor parte del libro sea el Epílogo, donde él trata de ubicar a Dorrego en un contexto político, histórico e historiográfico de doscientos años. Por eso me tomé el trabajo de digitalizarlo y subirlo al blog(  http://adriancorbella.blogspot.com/2010/10/la-tradicion-perdida-de-dorrego-por.html  ).
De todas maneras, quiero cerrar con lo que me parece la parte clave de ese Epílogo :
“Dorrego, entonces, es apenas el cruce de dos paralelas : liberal, pero nacionalista ; federal, pero ilustrado ; porteño, pero federal ; ilustrado, pero popular ; nacional y popular, pero democrático y republicano ; nacionalista, localista, pero profundamente americanista, bolivariano , sanmartiniano. Por eso no encaja en los moldes de las líneas históricas. Su aura reverbera en las figuras de Leandro N. Alem, acaso Hipólito Yrigoyen, tal vez el primer Perón, el John William Cooke preguevarista y posiblemente en Arturo Illia y Héctor Campora, aunque todos éstos personajes tengan diferencias ideológicas supuestamente irreconciliables […]
[Lavalle] No es merecedor, en mi opinión, ni de justificación hacia su crimen ni conmiseración ante su arrepentimiento posterior. Simplemente es pertinente marcar una constante de todos los golpes de Estado : los llevan adelante soldados nacionalistas y disfrutan de sus dividendos los liberales económicos y los hombres de negocios cuando consideran que deben recuperar el poder perdido en manos de los sectores populares a los que tanto desprecian. Esta es la matriz real de todos los quiebres institucionales que se produjeron a lo largo de nuestra historia . Alguna vez los militares argentinos deberán hacerse cargo de todos sus errores históricos y reconocer que han servido solo para impedir la fecundización de un proyecto nacional profundo.[…]
Esta biografía de Dorrego, como todos los trabajos anteriores, también es hija de su tiempo. Y es, sobre todo, hija de su autor. La historia es apenas una sucesión de mitologías que se resiste a dejarse disciplinar en el coto de la ciencia. Creo, como ya dijo Manuel Gálvez, que ‘toda biografía, toda historia, es siempre una interpretación. La verdad absoluta no la poseemos ni la poseeremos jamás’. Y seguramente toda interpretación es un anhelo. Y todo anhelo, una convicción. Mi íntima convicción es que mi país sólo recuperará su destino cuando logre recuperar la tradición perdida de Dorrego" .(Hernán Brienza, 28 de diciembre de 2006)
Recomiendo  entusiastamente el libro. Cómprelo que no se va a arrepentir. Además, se lee como una novela.

Adrián Corbella,  25 de octubre de 2010.










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