Por Juan Martín Ramos Padilla.
Radio Caput.
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Para romper esa sensación de desesperanza tan reproducida por estos días respecto al panorama electoral, voy a analizar algunos números del escrutinio definitivo conocidos el viernes y demostrar que las chances de Unión por la Patria 🔵 de ganar las elecciones son muy superiores a lo que el clima imperante de estos días propone.
Desde la noche de las PASO hasta hoy escuché una y otra vez que “Milei arrasó”, “que "uno de cada tres argentinos votaron a La Libertad Avanza, que “dos tercios votaron a la derecha”, que “la sociedad se derechizó” y “no hay nada que se pueda hacer”, que hay que “revertir” una “situación irreversible”, y otros planteos similares. Todo eso es falso porque se parte de una base equivocada. Y si las premisas son equivocadas, la conclusión también lo es.
El principal error consiste en creer que “Milei fue votado por uno de cada tres argentinos”. Esto no es así y explico por qué: Sobre 35.394.425 personas empadronadas, Milei obtuvo 7.352.244 votos. Esto no representa un 30, sino apenas un 20,77 por ciento. Es decir que Milei no fue votado por uno de cada tres argentinos, sino por uno de cada cinco.
Para plantear entonces el panorama de otro modo, podemos darle una vuelta de tuerca a la hipótesis de Cristina, en la que auguró que ésta sería una elección de tercios. Propongo que por un instante la pensemos como una elección de cuartos.
1) Un primer cuarto es el de Juntos por el Cambio, 🟡 que logró el acompañamiento del 19,48 % del padrón.
2) Un segundo cuarto es el de Milei, ⚫ que cuenta con un 20.77 % que lo votó en agosto.
3) Un tercer cuarto es el de Unión por la Patria, 🔵 que ya cuenta con un 18,98 por ciento.
4) Y el cuarto cuarto es el de las personas que no fueron a votar, que suman un 29,55 por ciento, cifra que crece considerablemente si sumamos a este conjunto el 4,7 por ciento de los votos en blanco y nulos, al punto de permitirnos afirmar que el 34,25 de los argentinos y argentinas no votó a ningún candidato.
Analicemos cada uno de esos cuartos:
1) JUNTOS POR EL CAMBIO 🟡
Juntos por el Cambio no tiene chances de llegar al balotaje.
El 19,48 % de Juntos por el Cambio se divide en 2. Un 11,07 % que votó a Patricia Bullrich y un 7,78 % que votó a Larreta. Es altamente posible que quienes votaron por Bullrich repitan su voto en octubre. Pero es sumamente improbable que ella logre retener la totalidad de los votos de Larreta. Tal vez conserve la mayoría, pero algunos necesariamente se fugarán hacia Milei o (en menor medida) hacia Massa.
Juntos por el Cambio superó a Unión por la Patria solo por 176.899 votos en agosto. Esto equivale al 6,41 % de los votos de Larreta. Es decir que alcanza con que una sola de cada 10 personas que votaron a Larreta no lo haga por Bullrich para que ella pierda su segundo lugar y se quede afuera del balotaje.
2) MILEI ⚫
Es esperable que todas las personas que votaron por Milei vuelvan a hacerlo y que sume algunos de los votos de Larreta e incluso de la propia Bullrich en octubre. Y también es esperable que se coma los 50.842 votos de Biondini en las PASO. Sin embargo, no es esperable que su crecimiento sea tal como para ganar en primera vuelta. Para esto debería conseguir más de 3 millones de nuevos votos de acá a octubre. Ni siquiera llevándose todos los votos de Larreta y los de todas las fuerzas que no superaron las PASO le alcanzaría para lograr ese objetivo.
Por lo tanto, es altamente esperable que la elección no se defina en octubre y que haya un balotaje entre Milei y Massa.
3) ABSTENCIONES
Analicemos el cuarto de quienes no votaron. ¿Es esperable que aumente la participación electoral en octubre y que una porción considerable de ese 29,55 % que no fue a votar lo haga, y que en consecuencia se supere el 70,45 por ciento de participación alcanzado en estas PASO? La respuesta es que sí, es altamente esperable por tres motivos:
1) La participación en las elecciones presidenciales, desde la vuelta de la democracia hasta hoy tuvo un piso del 76,2 % en 2007 y un techo del 85,61 en 1983 que se mantuvo casi intacto en la elección de 1989 en la que participó un 85,31 del padrón. En las últimas dos presidenciales (2015 y 2019) participó el 81,07 y 80,47 por ciento respectivamente.
2) Por otro lado, en todos los casos desde su nacimiento en 2011 fue mayor la participación en las generales que en las PASO. El mayor salto fue en 2015, que se pasó del 74,91 en agosto al 81,07 en octubre, es decir, un crecimiento de 6,16 puntos. El promedio de crecimiento en la participación entre agosto y octubre en las 6 elecciones que hubo entre 2011 y 2021 fue del 3,12 %.
3) En todos los casos, desde la vuelta de la democracia, la participación en las presidenciales superó a las legislativas inmediatas anteriores. En 2021 la participación fue del 71,39 %.
Teniendo en cuenta los 3 puntos anteriores, el nivel de participación en octubre necesariamente debería estar por encima del 70,45 % de las PASO y por encima del 71,39 % de las legislativas de 2021. Además, podría crecer tranquilamente 6 puntos como en 2015, podría también asemejarse al 80 u 81 % que votó en las últimas 2 presidenciales, debería oscilar entre su piso y su techo históricos (entre 76,2 y 85,61 %), y debería crecer no menos que su promedio habitual del 3,12 % respecto a las PASO.
En definitiva, ponderando todas estas variables, es esperable que la participación aumente entre un 3 y un 10 por ciento en octubre, dependiendo en gran medida de los esfuerzos militantes que se realicen para lograr llegar a ese 10.
4) UNIÓN POR LA PATRIA 🔵 Y CONCLUSIONES
Podemos afirmar que la totalidad de las personas que votaron a Grabois votarán por Massa. También quienes votaron a Moreno, a Libres del Sur o a Mempo en octubre (que suman 349.213 votos) votarán seguramente por Unión por la Patria. El piso de Massa para octubre entonces es de 19.96 % del padrón. Esto es sólo 283.989 votos menos de los que obtuvo Milei en agosto.
Si bien, como dijimos, la elección se definirá en noviembre, la participación y la cantidad de votos obtenidos por Unión por la Patria en octubre serán fundamentales para poder construir una victoria que permita ganar ese último round. Esa victoria dependerá por un lado de los anuncios y medidas de la dirigencia en general y del candidato a presidente en particular; y por el otro, de los esfuerzos (y la dirección de esos esfuerzos) que realice la militancia en su conjunto.
El crecimiento en la participación, que está altamente ligado a las posibilidades de ganar, puede ser, como ya señalamos, de entre un 3 y un 10 por ciento del padrón. Dependerá en gran medida de la militancia si se acerca más al 3 o al 10. La detección de personas que no votaron en las PASO y la invitación, motivación e incentivación a hacerlo en octubre, y la generación de medios concretos para facilitar la emisión del voto a quienes tengan dificultades materiales para hacerlo es una clave fundamental.
En ese sentido, se debe organizar con tiempo el modo de facilitar el traslado de personas con dificultades de movilidad, el asesoramiento y acompañamiento temprano en la renovación del DNI de personas que lo hayan extraviado, el asesoramiento informativo acerca de los lugares de votación, y en definitiva, el trabajo de contacto cara a cara con millones de ciudadanos y ciudadanas, que en muchísimos casos no tienen contacto cotidiano con las redes sociales y el internet o están alejados de las grandes urbes. En otras palabras, pasar a buscar a tu abuela (y a su amiga), y acompañarla a votar puede valer más que 87 posteos en redes sociales.
Aquellas personas radicales o de origen radical que votaron a Larreta o votaron en blanco, o no votaron, deben ser convocadas. Las ideas de “somos la vida, somos la paz” y “con la democracia se come, se cura y se educa” de Alfonsín, su apego a la defensa de los derechos humanos, la defensa de la educación pública y la reivindicación de la reforma del 18 del radicalismo en general y de la Franja Morada en especial, son absolutamente incompatibles con las ideas de Bullrich, Milei y Villaruel.
Considero aquí que es importante que dentro del campo nacional y popular cada militante peronista sienta y haga sentir bienvenido a cada radical que se sume o apoye al frente. Si en vez de poner el acento en los denominadores comunes que tenemos, les reprochamos las diferencias que hemos tenido con ellos durante décadas, lejos de acercarlos, los alejaremos.
En el caso de los votantes de Hacemos por Nuestro País y el FIT, es posible que la mayoría de ellos repita su voto y esos frentes mantengan su caudal electoral en octubre, lo cual no debe ser considerado como un dato preocupante. Esos dos frentes electorales no deben ser considerados un adversario ni un problema ya que ambos sectores contienen a potenciales votantes de Unión por la Patria en el balotaje de noviembre. Por lo tanto, considero que hay que evitar confrontar con ellos e incluso evitar reprochar a sus electores que mantengan su acompañamiento a esos frentes en octubre, ya que esos votos no son indispensables en octubre, pero serán necesarios en noviembre. Si repetimos como loros consignas como “los troskos le hacen el juego a la derecha”, obturaremos un camino de acercamiento a esos sectores, que necesitaremos transitar en noviembre.
La elección está más que abierta y la sociedad no se derechizó. En definitiva, podemos asegurar que, hasta ahora, 8 de cada 10 personas no lo votaron a Milei.
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