Sentido común,una vez más,mil veces más: sentido común.
Mientras miles de familias se comen la ansiedad de ver peligrar su salud,su puesto de trabajo,sus nervios,mientras todo esto pasa, llegamos los maestros. No todos, afortunadamente.
Y pensamos que pase lo que pase tenemos que dar el programa ¡Cielo santo como voy a dar este año los temas!
Y comienzan las plataformas a echar humo, fichas, videos, tareas, incluso exámenes a distancia.
Y esa madre añade a su problema de cómo ir a trabajar ,a comprar turnándose con su marido, y ahora ver la forma de compartir el ordenador con la empresa y las tareas de sus hijos.
Y la ansiedad se convierte en mala leche.
Y yo me pregunto¿Que trascendencia tiene en la vida de un estudiante (unos quince años), tres meses?
¿Qué repercusión va a tener en su formación?
La respuesta es: ¡Nada en absoluto!
Como viejo maestro, si los que me leéis y me conocéis me dais algún crédito os ruego que digáis a padres y sobre todo a profesores que el objetivo ahora es que las propuestas que mandamos a los alumnos deben servir para quitarles ansiedad,distraerlos,como gimnasia mental,para hacer cosas que normalmente no hacemos. Tranquilizar a las familias porque no se les va a examinar de nada ,que no se les va a poner notas.
Que el objetivo es volvernos a encontrar todos dentro de un tiempo sanos y alegres,deseando retomar nuestra vida.
Dejemos de peeocuparnos por las directrices de los burócratas y empleemos el sentido común, si es que lo tenemos.
Felipe Gutiérrez.
Maestro jubilado.
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