Por Julio Burdman .
Politólogo
Si
Daniel Scioli gana las elecciones, y lo hace en forma contundente como
todos los presidentes de la democracia argentina –salvo Néstor Kirchner
en 2003–,
estaremos ante un novedoso caso de poder partidario en el
gobierno. Ese pareciera ser el modelo que eligió el kirchnerismo para
perdurar. Y ese modelo está plagado de normas y reglas igualmente
novedosas.

Los hechos: Cristina Fernández va camino a dejar el
poder con popularidad y poder político, algo inusual en nuestra historia
reciente. Desde esa posición, ejerce el liderazgo indiscutido del
peronismo. Un peronismo que, en los últimos años, incorporó al
kirchnerismo como elemento destacado de su instrumental simbólico, se
homogeneizó ideológica y programáticamente, y se normalizó
institucionalmente, eligiendo a sus autoridades nacionales y locales. En
tanto jefa, Cristina diseñó la oferta electoral presidencial y
legislativa del oficialismo, con un grado de control decisorio nunca
antes visto; en la Casa Rosada se decidieron hasta diputaciones
provinciales y concejalías. Bajaron todas las figuras del kirchnerismo a
las listas, salvo la de la Presidenta, que se reservó para sí un rol
político.

Naturalmente que en nuestra cultura institucional
predominan los liderazgos fuertes, y que el rol del presidente es
central. No obstante, lo que resumimos en el párrafo anterior desborda
los marcos del personalismo, y se asemeja a un fenómeno partidario. Algo
que el análisis político suele ser refractario a mirar cuando se trata
de explicar al peronismo. En todo este proceso hay un liderazgo, pero
también un programa que se busca preservar, una camada de dirigentes,
una estructura de poder que se situará por fuera del gobierno, un
mecanismo sucesorio, y una legitimidad electoral que no dependerá
exclusivamente del candidato presidencial. Como todo esto es nuevo, el
partido liderado por Cristina Fernández de Kirchner deberá prepararse
para regular su funcionamiento, algo que no estará exento de tensiones y
malos entendidos. El PRI y su “dedazo”, recordemos, no se hicieron de
la noche a la mañana.
Ganadores y perdedores del FPV
Como
sucede en todo cierre de listas, el reparto de cargos entre los
diferentes espacios que conforman el Frente para la Victoria dejó
ganadores y perdedores. Entre los derrotados aparece el ministro de
Defensa,
Agustín Rossi, quien luego de haber relegado sus aspiraciones
presidenciales confiaba en poder ocupar una banca en el Senado. Pero ese
lugar quedó para
Omar Perotti, luego de la gran remontada electoral que
protagonizó entre las PASO y la elección general para gobernador en
Santa Fe.
Apadrinado por Daniel Scioli, a
Martín Insaurralde le
resultó sumamente rentable quedarse en el Frente para la Victoria para
renovar su mandato como intendente de Lomas de Zamora. Luego de arribar a
un acuerdo con Wado de Pedro, no sólo logró que el kirchnerismo no le
plantara ningún precandidato para competir en las PASO, sino que además
fulminó las aspiraciones de
Gabriel Mariotto, su rival histórico en el
distrito. Al vicegobernador le salió caro su acercamiento al sciolismo.
Quedó afuera de la posibilidad de repetir en el cargo como era su
intención y ninguno de sus dirigentes fue ubicado en lugares
expectantes. Fue designado diputado del Parlasur, pero a nivel
provincial, como premio consuelo.
El diputado
Roberto Feletti es
otro de los derrotados en el reparto de candidaturas. Llegó al Congreso
encabezando la lista de diputados nacionales en la ciudad de Buenos
Aires y en la Cámara jugó un rol clave como presidente de la Comisión de
Presupuesto y Hacienda. Pero en la Casa Rosada no cayó nada bien la
negativa de Feletti a acompañar a Mariano Recalde como compañero de
fórmula y el castigo fue no renovar la banca que se le vence el 10 de
diciembre.
El
Movimiento Evita parece haber salido empatado.
Leonardo Grosso renueva su banca en el Congreso, lo mismo que
Patricia
Cubría en la Legislatura bonaerense. La rosarina
Lucila De Ponti tiene
posibilidades de entrar como diputada nacional por Santa Fe. En tanto
que
Jorge Taiana tuvo un reconocimiento al encabezar la lista de
diputados del Parlasur a nivel nacional.
El Nuevo Encuentro de
Martín Sabbatella también logró avanzar algunos casilleros. Presentará
candidatos a intendente en Morón, Ituzaingó, Tres de Febrero y Florencio
Varela y logró ubicar a
Adrián Grana y
Carlos Raimundi en lugares
“entrables” como diputados nacionales.
Publicado en:
http://www.veintitres.com.ar/article/details/35438/un-pacto-para-seguir
Arriba: Los presidentes de la era kirchnerista...
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