Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 6 de Noviembre de 2011
Por Claudio Mardones
El economista y actual director del Banco del Sur elogió la descripción de anarco-capitalismo que Cristina Fernández realizó durante las deliberaciones del G-20 en Cannes. “Fue un diagnóstico fundamental y no va a caer en suelo estéril”, dijo en una entrevista con Tiempo Argentino. Hombre de confianza del ecuatoriano Rafael Correa, Páez Pérez también advirtió que la crisis financiera global provocará la desaparición de la “agenda de la oligarquía”.
Con el correr de los años, cada vez son más los expertos que aseguran que el rechazo al ALCA en la IV Cumbre de las Américas de Mar del Plata significó un duro crujido en el funcionamiento del capitalismo internacional. Uno de ellos, es el economista Pedro Páez Pérez, uno de los hombres de mayor confianza del presidente del Ecuador Rafael Correa, que actualmente se desempeña como director del Banco del Sur y titular de la Comisión Técnica de ese país para el diseño de la “Nueva Arquitectura Financiera Regional”. En 2005 fue viceministro de Economía y en 2007 fue ministro Coordinador de Política Económica. En esos puestos, fue testigo de una de las pasiones del entonces presidente Néstor Kirchner: discutir con su par ecuatoriano de economía. Poco antes de hablar ante las 5000 personas que participaron de las jornadas “De la derrota del ALCA a la Unasur”, aceptó tomarse un café con Tiempo Argentino, y analizar los nuevos movimientos telúricos del sistema financiero internacional.
–Hace cuatro días, la presidenta Cristina Fernández habló en Cannes ante los presidentes del G-20, de anarco-capitalismo. ¿Cuál es su opinión?
–Creo que hizo un diagnóstico fundamental que no va a caer en suelo estéril. Hay importantes sectores del capital, del poder y de los propios países del G-20 que están viendo con desesperación el curso de los acontecimientos. Perciben con mayor angustia que la agenda de la oligarquía financiera que se está desplegando en todos los terrenos no tiene salida para ellos, y significa su desaparición como actores sociales, como sujetos económicos. Me parece que estamos ante una disputa hegemónica y de una crisis preñada de sobreproducción y sobreacumulación. En ese contexto, las fracciones angloamericanas buscan debilitar al capital continental europeo a cualquier precio. Estamos asistiendo a ese proceso.
–¿Cómo jugó la IV Cumbre de las Américas en ese proceso?
–Aquello que se percibió como un arrebato, como un capricho, o un divertimento en el camino al fin de la historia, a lo Fukuyama, ha mostrado que abrió las puertas para otro tipo de posibilidades en el continente sino a nivel mundial. La presidenta Cristina fue al G-20, y con lo que dijo, abrio una cantidad de puertas para una cantidad de sectores al nivel de las élites de esos países. El problema es cómo logramos concretar opciones ante la crisis.
–¿A qué opciones se refiere?
–Los capitalistas pueden tomar vacaciones, pero los capitales no, y como no tienen oportunidades de inversión productiva, se encargan del expediente más fácil, del cortoplacismo, de crear burbujas, y de la guerra. Y lo que estamos viendo es la guerra. El problema de Europa no es lejano a América porque forma parte de una correlación de fuerzas mundial que tiene características irreversibles. Se trata de una crisis estructural del sistema, no es una crisis financiera, y por eso, en esa lógica, esa dinámica de reproducción del gran capital monopólico, necesita, adictivamente, opciones de inversión que si no se las resuelve como dijo la presidenta, van a tener que forzarla en términos de más especulación y más guerra. América Latina se vuelve un plato suculento en ese contexto.
–Ante ese proceso, ¿qué papel puede jugar el Banco del Sur?
–El Banco del Sur no puede ser una réplica del Banco Mundial, del BID o de los otros bancos creados en las alturas del poder, y llenos de contenidos tecnocráticos alejados de las necesidades de los pueblos, es una propuesta institucional diferente donde la participación tiene que ser la clave. Al menos así lo entendimos en Ecuador, que está a cargo de la negociación con los países hermanos y siempre hemos dicho, el tema de construir un edificio y nombrar un gerente no tiene nada que ver con el Banco del Sur.
–Hay países que todavía no avanzaron mucho con el Banco, además de la Argentina. ¿Cuándo se concretará el Banco del Sur?
–Nos falta que Brasil, Uruguay y Paraguay firmen. El banco está creado, pero todavía no nació, tiene la firma de los siete presidentes que acordaron una banca distinta, con otras prácticas financieras, como el uso de una moneda regional. Es vital que exista un criterio de soberanía supra nacional en el plano de la alimentación, de la energía, de la salud, de la producción de conocimintos, de los recursos naturales, y del diseño de la infraestructura, sobre todo la conectividad, que no sólo nos permita proveer bienes de bajo valor agregado al norte, sino que nos haga construir mercados domésticos que generen crecimiento interno de bienestar y prosperidad.
Publicado en :
http://tiempo.elargentino.com/notas/crisis-del-sistema-es-estructural
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