Arriba:
Imagen 1: Algunos de los líderes latinoamericanos con episodios de salud extraños en estos años.
Imagen 2: Pistola cancerígena ofrecida en "Mercado Libre".
Imagen 3: Senadores de EE.UU. Frank Church and Tower John examinaron el arma de la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) del dardo del veneno que causa
cáncer y ataques al corazón, durante una investigación del Comité del Senado de los EE.UU. en 1975.
A pocas horas del fallecimiento del presidente venezolano
Hugo Chávez en Venezuela, grupos defensores de los derechos civiles de Estados
Unidos y otros países señalaron a la
CIA, el Departamento de Estado y la Agencia de Inteligencia de
la Defensa
estadounidense como presuntos implicados en el acontecimiento y formularon
demandas a agencias federales para recabar información sobre planes para
envenenar o de otra manera asesinar al líder venezolano.
Al amparo de la
Ley de Libertad de Información (Freedom of Information Act, o
FOIA), la Sociedad
del Fondo por la
Justicia Civil(Partnership for Civil Justice Fund), la
coalición ANSWER (Act Now to Stop War and End Racism -Actuar Ahora para Detener
la Guerra y
Eliminar el Racismo) y el periódico francés Libération presentaron una demanda
a este fin ante tribunales estadounidenses.
La demanda recababa la búsqueda en todos los archivos y
documentos, incluyendo correos electrónicos, cartas, cables y otros mensajes,
memorandos, notas, minutas, fotografías, grabaciones de audio, grabaciones de
video, evaluaciones de inteligencia y otros datos e información relativa a
planes para envenenar o de otra forma asesinar al Presidente de Venezuela, Hugo
Chávez quien acababa de fallecer.
Los demandantes declaraban actuar guiados por el notorio
historial en materia de encubrimiento de atentados de asesinato de dirigentes
extranjeros del gobierno estadounidense. Actuaban también a la luz de la
reciente exhumación del cadáver del líder palestino Yasser Arafat para
determinar si su muerte fue causada por envenenamiento y los posteriores
reportes de prensa acerca del hallazgo por el Instituto de Radiofísica, que
procesó los datos de niveles anormales de polonio-210 en sus efectos
personales.
Argumentaban los demandantes que el público tenía urgente
necesidad de información subyacente respecto a cualquier esfuerzo por asesinar
al Presidente de Venezuela, incluyendo cualquier conocimiento que el gobierno
estadounidense tenga o haya tenido en relación con tales macabros propósitos, y
en particular cualquier participación suya en ellos.
Por su parte, según múltiples fuentes mediáticas, el
gobierno venezolano lleva a cabo una profunda investigación acerca de las
circunstancias de la enfermedad que causó la muerte al Presidente Hugo Chávez,
en especial para saber si éste fue envenenado o deliberadamente expuesto a
elementos causantes de cáncer.
El método de asesinar adversarios se ha convertido en
práctica usual del gobierno de Estados Unidos. Tanto, que parece ser su
propósito insensibilizar a la opinión pública mundial acerca del magnicidio
como delito de lesa humanidad mediante la reiteración de noticias al respecto
convenientemente manipuladas por los medios corporativos bajo su control o
influencia.
Aunque se conoce de ejecuciones extraterritoriales sin
juicio por parte del gobierno estadounidense en países desarrollados, la mayor
parte de éstas se llevan a cabo en naciones del Tercer Mundo, generalmente con
la anuencia de gobiernos serviles cómplices. Otras, mediante pago a bandas
delincuenciales.
Cuando se trata de adversarios poderosos que fueron sus
cómplices en asuntos muy graves y dejan de serles útiles, suelen actuar
directamente usando sus enormes recursos de todo tipo para evitar testimonios
embarazosos. Comienzan con la demonización del objetivo en la prensa local,
regional y global -vinculándolos a notorios delitos del pasado que antes
parecían ignorar- y pueden terminar con complejas operaciones especiales como
las del asesinato de Rafael Leónidas Trujillo, en la República Dominicana,
o el de Osama bin Laden, en Paquistán.
Cuando es su adversario un Jefe de Estado inconveniente que
no pueden remover por los métodos habituales del golpe de Estado o brindando
apoyo económico suficiente a la oposición, debido a que el objetivo disfruta de
una clara legitimidad popular en su país, suelen llegar a aplicar mecanismos
tan extremos de guerra irregular como los que han aplicado contra Cuba por casi
55 años o los que llevan a cabo para quebrar la voluntad independentista del
pueblo venezolano, contra el que infructuosamente han ensayado tácticas y
estrategias de todo tipo.
Es esa la razón básica por la que tanta gente en el mundo
sospecha que la muerte del Presidente Hugo Chávez pudo haber sido inducida por
los servicios de inteligencia estadounidenses, o por el de alguna otra nación
por encargo de éstos.
Los venezolanos parecen dispuestos, en cualquier caso, a dar
respuesta a las agresiones contra su proceso revolucionario en los comicios que
tendrán lugar el 14 de abril próximo para elegir al continuador de la
revolución bolivariana o al llamado a liquidar sus logros y su futuro
socialista e independiente.
Abril de 2013
*Abogado, periodista, economista y politólogo. Profesor
adjunto del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI). Entre
otros importantes cargos, fungió como Director Nacional fundador del Sistema de
Información Tecnológica (TIPS) del Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) en Cuba y Secretario del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los
Pueblos.
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