"EL oro es, si se permite la metáfora, el único activo 'natural' con el que cuenta la Unasur, independiente de los vaivenes internacionales y los intereses de la Reserva Federal, el FMI y el BCE."Federico Bernal
La tenencia de oro
en las reservas oficiales de una nación hace a su seguridad económica y a la
confianza internacional sobre sus capacidades financieras y de desarrollo. Se
entiende así la decisión del ex presidente Néstor Kirchner cuando entre enero y
diciembre de 2004 decidió incorporar unas 55 toneladas de oro a las
prácticamente extintas reservas monetarias del país, la mayor incorporación
desde 1959/60. La única incorporación desde entonces, sucedió en septiembre de
2011 con siete nuevas toneladas. Si bien la minería aurífera en la Argentina pegó un salto
cualitativo monumental en el último lustro, el producido se destina
exclusivamente al mercado externo, sediento de oro argentino y suramericano.
¿Por qué? Es sabido que al menos desde 2010, los Bancos Centrales de las
principales economías del mundo han venido diversificando sus reservas,
aumentando la tenencia de oro metálico (compradores neto) y reduciendo el
porcentaje de sus activos en dólares.
MATRIZ
"IDEAL" DE RESERVAS/DIVERSIFICACIÓN.
A nivel mundial, las
reservas oficiales de los Bancos Centrales (BC) se componen fundamentalmente de
activos en dólares, euros y oro metálico en las siguientes proporciones: 54%,
22% y 13%, respectivamente. También están los casos que, a la anterior
conformación, suman yenes japoneses y libras británicas. A todos estos activos
se los denomina comúnmente de activos "tradicionales". Según datos
del FMI (COFER), las reservas de los BC han sextuplicado sus activos entre 2000 a 2012. Sin embargo, se
observa una reducción en la participación del dólar del 62% al 54%, en
detrimento de activos no tradicionales y en un comportamiento que viene
acelerándose desde el inicio de la crisis del capitalismo financiero y
especulador occidental. Nuevas monedas, como la china, la suiza, la canadiense
y la australiana han incrementado su participación (activos alternativos).
Asimismo, la presencia de oro metálico ha venido creciendo notablemente, con
fuertes incorporaciones en estos últimos años. A propósito, el Gold World
Council recomienda disminuir la tenencia del dúo dólar/euro del actual 74% a un
65% (47% dólares y 18% euros). El restante porcentaje, es decir, el 35%,
sugiere dividirlo principalmente entre activos chinos (13%), australianos (6%),
en oro (5%), canadienses (4%) y japoneses (3%). Quedaría así establecida una
suerte de matriz ideal de reservas/diversificación, en función del
convulsionado panorama internacional. Pero sucede que la posibilidad de
recurrir a esas monedas alternativas y sus respectivas proporciones es bien
complicado. Por ejemplo, el yuan chino –la moneda no tradicional de mayor
volumen de mercado– no supera los 1,5 billones de dólares. Si todos los BC
aspiraran a diversificar sus reservas con un 13% de yuanes sería imposible,
matemáticamente hablando.
MATRIZ
"REAL" DE DIVERSIFICACIÓN.
En función de lo
expuesto, queda claro que a la hora de planear una estrategia de
diversificación sea requisito indispensable tener en cuenta el volumen de
mercado y disponibilidad de los activos alternativos y tradicionales
(diferentes al dólar y al euro). Y aquí es justamente donde el oro destaca como
recurso excepcional. Analicemos por qué. Al tercer trimestre de 2012 (últimos datos
disponibles), el total de reservas internacionales en poder de los BC se
ubicaba en 12,3 billones de dólares (COFER + Gold World Council). Si se apunta
a mantener la actual preferencia de diversificación del 65/35 según la matriz
ideal, y corregido por los factores de volumen de mercado y disponibilidad, el
potencial de todas las monedas alternativas queda muy reducido en comparación
con el oro. En primer lugar, porque su "producción" es menos compleja
(por ejemplo, no depende de emisiones ni está tan ligado a la política
doméstica, sino que depende de la minería y la refinación). En segundo lugar,
porque su nivel de riesgo es cuantitativamente inferior a los registrados por
las monedas alternativas como la australiana y la canadiense. En tercer y último
lugar, porque de acuerdo a su volumen de mercado, el oro medido en dólares
alcanza los 3,400 billones, esto es, el doble que los yuanes y las libras
británicas en circulación, y el triple que los dólares canadienses. En
consecuencia, las proporciones ideales del 35% "ideal" quedan así:
oro (8%), yenes japoneses (8%), libra británica (6%), dólar canadiense (5%),
yuan (4%) y restantes activos (5%). El oro al frente como principal activo
diversificador.
MATRIZ DE
RESERVAS/DIVERSIFICACIÓN PARA LA
UNASUR Y LA
ARGENTINA.
Asistimos a la
segunda etapa de la frenética carrera por la diversificación de reservas
oficiales (inaugurada en 2010), tanto de las economías desarrolladas como de
las emergentes. En este sentido, los BC de las "potencias" europeas,
de EE UU, Japón, China, Australia y Canadá tendrán siempre más ventajas
políticas, económicas, comerciales y financieras para acceder a las monedas
alternativas que los BC de las naciones emergentes, sobre todo las de América
Latina. Migajas pues sobrarán a la banca oficial de la periferia que, como las
del primer mundo, se propongan dotar de mayor seguridad y robustez a sus
propios activos. Y es en este punto donde retornamos nuevamente al oro. Porque
dicho recurso, si bien refinado prácticamente en su totalidad fuera de la
periferia, es en cambio extraído por los países latinoamericanos en altísimas
proporciones. El oro es, si se nos permite la metáfora, el único activo
"natural" con el que cuenta la Unasur, independiente de los vaivenes
internacionales y los intereses de la Reserva Federal,
el FMI y el Banco Central Europeo. En efecto, la Unasur y, particularmente, la Argentina –siempre
después de Perú, claro– cuenta con la ventaja de ser un gran productor de oro
(aunque no refinador). Lamentablemente y a pesar de haber incrementado su
tenencia en las reservas del BCRA (de aproximadamente 54,7 en 2004 a 61,7 toneladas en
2011), nuestro país no ha dejado de considerarlo commodity, razón por la cual
se lo exporta en su totalidad.
EL ORO COMO RIQUEZA
CAPITAL Y ACTIVO ESTRATÉGICO.
De cara a la crisis
del capitalismo financiero y especulador occidental que no cesa; de cara a la
lenta pero progresiva pérdida de valor del dólar en un EE UU que asimismo va
perdiendo peso específico en el mundo; de cara al proceso de consolidación
económica, monetaria y financiera de la Unasur, y por supuesto, y como fuera explicado
más arriba, contemplando el acceso y los volúmenes de activos alternativos o
tradicionales para la diversificación de reservas, el oro es, para los BC de
América del Sur, pieza clave no sólo para resguardarse y blindarse frente a la
crisis sino también para fundar los pilares de un comercio, unas finanzas y un
sistema de crédito sólido e independiente de las corporaciones y la banca
primermundista (léase Banco del Sur). Repensar al oro de commodity a riqueza
capital y activo "natural" estratégico tornará indispensable en la Argentina la creación de
una empresa estatal para su exploración, explotación, refinación y
comercialización (ver de este autor "La minería aurífera como una
actividad estratégica. Yacimientos Auríferos Fiscales"-Tiempo Argentino,
19/7/12). El oro recuperado y refinado en el país será una fuente
extraordinaria de recursos genuinos para la consolidación del modelo, el
blindaje y fortalecimiento de las reservas, tanto para enfrentar la crisis
externa como para superar los procesos internos de desestabilización (corridas
contra el peso). Contribuirá, finalmente, a acelerar el desendeudamiento
(reaseguro para bonos soberanos) y a acelerar la desdolarización de la economía
nacional al elevarlo como activo de ahorro para el ciudadano común, mucho menos
volátil, más robusto y redituable que la moneda estadounidense.
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