31.03.2013 | Con las finanzas públicas agobiadas, ahora
serían los ahorristas quienes asisitirán a los bancos
La isla es un paraíso fiscal con una economía real
reducida y un sistema bancario que sufre "elefantitis". El corralito
con quita sobre los depósitos se agravó con un control de capitales y plantea
un antecedente peligroso frente a futuros rescates.
Por:
Federico Schmalen
Federico Schmalen
Los primeros días de diciembre de 2001 los ojos del mundo se
posaron sobre la
Argentina. El ministro de Economía del entonces presidente
Fernando De La Rúa,
Domingo Cavallo, dictaminó la restricción de la libre disposición de dinero en
efectivo para plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorro en todo el
sistema bancario afectando a millones de ahorristas.
En los meses previos ya se habían fugado del sistema
bancario más de 80 mil millones de dólares. Al mismo tiempo, el gobierno había
tomado deudas con tasas de interés reales superiores al 16% anual.
Es probable que muchos de esos fondos que se fugaron
tuvieran como destino alguno de los varios paraísos fiscales que aún persisten
en el planeta.
Paradójicamente, y en un contexto sensiblemente diferente,
hoy es uno de esos paraísos, la pequeña isla de Chipre, quien sufre medidas de
las mismas características y que se han agravado en los últimos días cuando se
dictaminó un control de capitales.
El objetivo de fondo y que tienen en común ambas
experiencias es, sin dudas, el salvataje del sistema financiero a costas de los
depósitos individuales.
Probablemente sea ese el denominador común de ambos
procedimientos entre otros aspectos diferentes que merecen ser valorados.
Para eso, Tiempo Argentino consultó a diferentes economistas
con el fin de establecer puntos en común y diferencias entre hechos ocurridos
con más de una década de distancia.
Héctor Valle, economista de FIDE, confirmó que "es
llamativa la similitud con el caso argentino. Son decisiones que se toman en el
capitalismo globalizado partidario de la economía del libre mercado y de la no
participación del Estado cuando llega la hora del terror. Interviniendo sin
mayores recaudos y en perjuicio del pequeño ahorrista."
A diferencia de la Argentina, según Valle, se trata de "un país
pequeño en su aporte al PBI, en términos de su población y en su participación
en el comercio internacional, pero es el lugar donde se ha localizado una
enorme cantidad de capitales de orígen ruso y que tiene mucha influencia en la
economía de Grecia".
Efectivamente, el PBI de la isla apenas llega a los 20 mil
millones de euros (equivalentes al 4% del actual PBI de la Argentina) mientras que
su sistema bancario ostenta depósitos por más 80 mil millones de euros
equivalentes a cuatro veces su PBI. Esa situación del sistema bacnario fue
descripta como "elefantitis" por analistas europeos.
Esos fondos, atraídos por los beneficios fiscales
existentes, provienen esencialmente de Rusia y Grecia, pero comprometen al
conjunto del sistema financiero europeo y están asociados a inversiones
localizadas en todo el globo. Por eso, según Valle, la pequeña isla tiene
capacidad para "actuar como un castillo de naipes que se cae sobre el
conjunto del sistema financiero mundial". Esos múltiples vasos
comunicantes entre la economía de la isla y el resto del sistema financiero
mundial explican el interés de la troika por contener una crisis que, en
términos absolutos, no debería ser un factor de semejante preocupación.
El default de la Argentina en el año 2001 fue deliberadamente
provocado por la negativa del FMI a seguir financiando la deuda mientras que,
en este caso, es de interés de la troika evitar el default sobre la base de
imponer una fuerte confiscación.
Es que el plan está condicionado por la crisis
internacional. Las arcas estatales ya no están en condiciones de salir al
rescate de los bancos quebrados y, en particular, las de un país cuya relación
entre PBI y sistema financiero es la anteriormente descripta y que además
acarrea una deuda pública equivalente a un 90% de su PBI.
Para el economista de FIDE, "el impacto será más grande
porque en la Argentina,
cuando se produjo la crisis, ya se había agotado el financiamiento
internacional. Los depósitos de los ahorristas fueron la última joya de la
abuela que podía liquidar luego de las privatizaciones y el financiamiento del
FMI y los privados. Acá va a agregar más turbulencias al sistema financiero
internacional y se puede producir un efecto dominó mucho más grave",
concluyó.
Lo verdaderamente novedoso del escenario europeo es
precisamente la aplicación de medidas de esta naturaleza en una economía
integrada a la zona euro y cuya capacidad de aislamiento está descontada. En
efecto, se ha llegado a plantear que el corralito chipriota constituye un
"punto de inflexión" en la gestión de crisis financieras en del viejo
continente, puesto que se postula como una alternativa a los rescates bancarios
promovidos por la CE
y el BCE en casos anteriores.
Es que las finanzas estatales se encuentran agobiadas y la
insolvencia de muchos bancos se explica, precisamente, porque sus carteras se
encuentran plagadas de bonos soberanos de los Estados que debieran socorrerlos.
De ahí el eufemismo adoptado por los funcionarios del BCE que plantean que
"ya no serán los contribuyentes los que se hagan cargo de la crisis
bancaria". A partir de la experiencia de Chipre, serán los depositantes de
más de 100 mil euros los que resignen hasta un 40% de sus ahorros en favor de
la fuga de capitales y el rescate a los bancos.
Analistas europeos atribuyen la medida al retraso por
establecer la Unión
Bancaria europea que, en rigor, es la creación de un fondo de
rescate financiado por todo el sistema bancario continental.
En la práctica, es lo que no quieren ni Alemania ni Holanda,
cuyos bancos serían los rescatistas en última instancia. De esta forma,
Alemania promueve la persistencia del euro (impidiendo una salida del default
de Chipre a la Argentina)
y, al mismo tiempo, un rescate bancario por parte de los depositantes de clase
media. Para Gabriel Holand, consultor de HR Global, "por ahora, parece
surtir efecto la bravuconada de Mario Draghi, en septiembre del año 2012 cuando
aseguró que haría cualquier cosas para salvar la moneda euro, claro que a costa
de dejar cada vez más débil el tejido social y económico de la UE".
Sin embargo, otra vez el remedio parece ser peor que la enfermedad,
puesto que la cerrada negativa de que sea el sistema financiero el que asuma
los rescates y a cualquier salida del euro plantea la amenaza cierta de
corralitos en otros países de la periferia europea.
Esa sola presunción podría generar una corrida bancaria en
toda la región a partir del temor de los ahorristas a sufrir una medida
similar. La crisis en el Viejo Continente sólo ofrece nuevos capítulos y
ninguna salida. «
La cifra
4
veces el PBI de la isla es el monto total de los depósitos
del sistema bancario chipriota, que llega a 80 mil millones de euros.
Las "torpezas" de Dijsselbloem
Para Jeroen Dijsselbloem el presidente del Eurogrupo y a la
vez ministro de finanzas holandés no fue una gran semana. Es que, una vez
estallada la crisis, fue quien formuló primero la propuesta de un
"impuesto financiero" (eufemismo para ocultar la confiscación de los
ahorristas) del 30% a todos los depósitos bancarios incluidos aquellos por
montos inferiores a los 100 mil euros. Semejante medida, más allá del alcance
de la confiscación y el repudio social que conllevaría, comprometió la
continuidad de Chipre dentro de la zona euro al ser violatoria de una ley que
estipula taxativamente la intangibilidad de esos depósitos. El funcionario tuvo
que desdecirse y revertir la medida.
Al día después, en supuestas declaraciones al Financial
Times, Jeroen aseguró que el chipriota sería un modelo para los próximos
rescates en Europa produciendo pánico entre los ahorristas de los países
periféricos y casi provocando una corrida bancaria. Nuevamente se desdijo
aunque, para algunos, lejos de una "torpeza" se trató de una
expresión interesada de los bancos de su país.
Visiones
"Es de esperar que Chipre vaya a un cambio de régimen y
es lo que está tratando de evitar el BCE y el FMI. Tiene capacidad para actuar
como un castillo de naipes sobre todo el sistema financiero".
Héctor Valle
Economista FIDE
"La bravuconada de Mario Draghi, presidente del BCE, al
decir que haría cualquier cosas para salvar al euro parece surtir efecto. Claro
que a costa de dejar cada vez más débil el tejido social y económico de la UE."
Gabriel Holland
HR Global
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