El gobierno nacional
tomó el máximo del tiempo que estableció la justicia de Nueva York a principios
de marzo para presentar la propuesta de pago a los fondos buitre.
Aquí no hubo ningún
tipo de sorpresas. El menú respeta lo que las autoridades argentinas han venido
sosteniendo desde fines del año pasado, estableciendo iguales condiciones a las
del canje 2010, con el objetivo de respetar el principio de igualdad con el 93%
de los bonistas que ya reestructuró, evitar violar la ley argentina, brindar
sustentabilidad a la deuda y cerrar así definitivamente la etapa del default
que se inició en 2001.
La presentación es
una muestra más del compromiso que siempre ha mostrado el país y que se
demuestra en que se realizaron dos canjes exitosos (el último en pleno despegue
de la crisis griega que hoy ya afecta a todo el continente europeo) y que a
partir de la reestructuración nunca se dejaron de honrar los pagos.
Uno de los pilares
fundantes del modelo económico actual ha sido la política de desendeudamiento,
por la que se pasó de una deuda del 166% del PBI en 2002 a un 41,5% actual, del
cual sólo el 13% es deuda con el sector privado, y sólo un 8,4% es con el
sector privado en moneda extranjera.
El cambio del perfil
del gasto público desde 2003
a la fecha ha sido contundente: menos intereses de deuda
versus más gasto social, educativo y de salud, sumado a los millones de
argentinos incluidos en el sistema previsional y la creciente participación de
la inversión pública para ir subsanando décadas de desinversión en
infraestructura.
El éxito de esta
política se evidencia en todos los indicadores a los que se refirió la
presidenta de la Nación
en la última Apertura de Sesiones Ordinarias. Entre los principales, se observan
la caída abrupta del desempleo de más del 25% al 6,9% actual; la duplicación
del PBI en diez años, la reindustrialización que ostenta hoy el PBI industrial
per cápita más alto de su historia, superávit comerciales aun en épocas de
crisis internacional, y un sistema financiero robusto.
Debemos tener en
cuenta que los fondos buitre rechazarán la propuesta, como lo hicieron en los
dos canjes anteriores, porque su único objetivo es litigar hasta obtener –como
lo han conseguido en otras oportunidades– el pago del 100% adeudado.
Pero la oferta no
fue para el "mercado", sino que debe ser evaluada por la justicia
norteamericana y no por los buitres. Esperamos que reine la cordura y la Corte de Apelaciones acepte
la presentación argentina.
De no hacerlo,
estamos seguros de que los pasos del gobierno seguirán siendo los mismos,
negociar de pie y soberanamente como lo vino haciendo hasta ahora, porque los
resultados están a la vista: crecimos primero y honramos nuestros compromisos
después, pero sin atentar contra los intereses nacionales.
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