El grupo de presión isleño y la claudicación del historiador
elegido por el Foreign Office
El 27 de febrero de 2010, el diario The Telegraph
sorprendía a propios y extraños con un artículo donde informaba el rechazo de
los isleños a los resultados históricos de la investigación (siglos XVIII
y XIX) del profesor Lawrence Freedman.
Por:
F. B.
F. B.
Quién estaba detrás de semejante juicio? ¿Tal vez el partido
conservador, el Foreign Office o el 10 de Downing Street? No, los kelpers. En
efecto, fueron los kelpers quienes protestaron por la argentinizada versión. Y
tanto protestaron que, finalmente, lograron contrarrestar los
"errores" históricos que perjudicaban sus aspiraciones de
autodeterminación. La obra en el banquillo de los acusados fue nada más ni nada
menos que The Official History of the Falkland Campaign, publicada por primera
vez en 2005 y cuyo autor fue el respetado y prestigioso historiador del King´s
College of London, el profesor Lawrence Freedman. Antes de pasar al meollo de
la cuestión, conviene detenerse brevemente en el significado de "historia
oficial". La Jefatura
de Gabinete que administra el Programa Gubernamental de Historia Oficial
contrató a Freedman la investigación y el relato cronológico del conflicto del
Atlántico Sur. La edición se compuso de dos tomos y fue elaborada en el marco
de la Whitehall
History Publishing, iniciativa que coordina los programas
para la publicación de libros de historia de la Cancillería
(Whitehall). Fue así pues que el bendecido Freedman tuvo el privilegio de
acceder a "materiales de archivo del primer ministro, de la Jefatura de Gabinete
(incluyendo minutas y memorandos), del Comité para la Defensa y las Políticas de
Ultramar, del Foreign Office, de la Secretaría de Estado para la Defensa y de funcionarios
del Servicio de Inteligencia" (Freedman. Ob. Cit. Pág. xiv). En otras
palabras, contó con información original, reservada y oficial. Pero sucedió una
inesperada paradoja. Los resultados de la investigación sobre la legitimidad de
los reclamos británico y argentino hallados por Freedman y volcados a su libro,
eran contrarios a los "deseos" de los kelpers. Para colmo de males,
la reimpresión de 2007 reprodujo los supuestos mismos "errores" que
la edición inaugural, dos años antes. ¿Qué fue lo que ocurrió? Una vez más y
como viene sucediendo desde 1968, el Lobby Falkland entró en acción... y
triunfó. Un par de años más tarde a la antedicha reimpresión, la revista Falkland
Islands Newsletters publicaba por primera vez una suerte de fe de erratas para
ser incluida en los libros ya impresos. Ni el Foreign Office ni la Jefatura de Gabinete
dijeron esta boca es mía.
Preguntas clave no respondidas (¿o sí?).
La contradicción entre "historia oficial
británica" y la presión kelper no podía ser desaprovechada. Adquirimos las
ediciones de 2005 y 2007 para comprobar si efectivamente Freedman había sido o
no "pro-argentino". Encontramos que más que "pro-argentino"
había sido en verdad objetivo y sincero. Faltaba únicamente entrevistar al
mismísimo protagonista de la discordia. Y lo conseguimos. A continuación, las
preguntas formuladas a Freedman, basadas en los "errores" que los
historiadores pro-kelpers identificaron en su primer tomo, todos referidos a
fechas y hechos acaecidos en los siglos XVIII y XIX. Al final, su respuesta.
1) Usted mencionó en su The Official History of the Falkland
Campaign (Routledge, 2005), página 9: "la calidad de la demanda británica
no puede depender de la credibilidad acerca del descubrimiento o la ocupación
previos". Si no puede depender de estos conceptos, ¿de qué argumentos
depende entonces el reclamo británico?
2) Los habitantes de las Islas Malvinas criticaron la
historia oficial del gobierno sobre la guerra de 1982, alegando que contiene
una serie de "graves errores" que la tornan demasiado favorable a los
reclamos de la Argentina
sobre dicho territorio. ¿Podría por favor decirnos cuáles son esos
"errores"? ¿Ud. coincide con calificarlos de
"errores"?
3) Su libro The Official History of the Falkland Campaign
fue publicado por primera vez en el año 2005. ¿Por qué Pascoe y Pepper tomaron
tanto tiempo para refutar su trabajo en la prensa pública (The Telegraph, en
2010)?
4) Del trabajo de Pepper y Pascoe False Falklands History,
sírvase leer la página 3. Allí se lee textualmente: "Gran Bretaña no
expulsó a la población argentina de las Falklands en 1833. De hecho, Gran
Bretaña hizo su mejor intento de persuadir a los residentes genuinos para que
permanecieran." ¿Está Ud. de acuerdo con esto?
5) En la página 8 de su The Official... Ud. no usó el
término "expulsar" para describir las acciones de Onslow del 3 de
enero de 1833. Sin embargo, en la página 19 de su primer libro Britain and the
Falklands War (1988), Ud. utilizó esta expresión para describir el
comportamiento de Onslow: "Gran Bretaña, que nunca renunció a su reclamo,
protestó y a comienzos de 1833 expulsó la presencia argentina." ¿Podría
explicarnos por qué esta diferencia? ¿Fueron o no fueron expulsados?
6) Pepper y Pascoe dijeron que la mención que Ud. hizo de la
colonia penal argentina (que se había asentado en las islas), y que por
decisión de Onslow fueron forzados a abandonarlas, es incorrecta. Es decir, que
esa colonia jamás existió. Pero Ud. la menciona en la página 8. ¿Podría
explicarnos esta contradicción?
7) En la página 19 de su libro Britain and the Falklands War
(1988), usted dice que "cualquiera sea la calidad de la posición británica
en 1833, que está lejos de ser inatacable...". ¿Por qué inatacable? En
igual sentido y en la página 11 de su libro The Official..., Ud. señala la
dificultad en "salirse totalmente del tema de la legalidad de la toma de
1833. Si la posición de Gran Bretaña antes de 1833 era débil, lo fue aun más
después de esa fecha." Ambas opiniones van en la misma dirección respecto
de lo expresado por el duque de Wellington en 1829: "No está claro que
alguna vez hayamos poseído la soberanía sobre estas islas", así como del
memorando del Foreign Office de 1946 acerca de la ocupación británica de 1833.
Usted mencionó estos dos ejemplos en su libro Britain and the Falklands War y
en The Official... (2005) ¿Aún piensa lo mismo respecto del accionar británico
de 1833? ¿Quitó Ud. esta información después de conocer las críticas de los
isleños a su trabajo?
8) Pepper y Pascoe declararon en un reciente trabajo, False
Falklands History at the United Nations (2012), que "la Resolución 2065
simplemente invitó a Gran Bretaña y a la Argentina a negociar sobre el futuro de las Islas
Falkland, de conformidad con la carta de la ONU y los ‘intereses’ de los isleños; no emitió
ningún veredicto sobre los méritos del reclamo de cada país sobre las islas. El
texto de la resolución no se refiere a los ‘deseos’ de los isleños (la base de
toda verdadera descolonización); Argentina alega que eso fue para excluir
el principio de autodeterminación, afirmando que Gran Bretaña había ‘expulsado
a la población argentina’ en 1833 y que una población que sustituye a una
‘población expulsada’ no debe tener el derecho a la autodeterminación.
Sin embargo, la afirmación de que Gran Bretaña expulsó a la población argentina
es falsa, por lo que la resolución se obtuvo engañando a la ONU". ¿Coincide Ud. que la Argentina engañó a la ONU?
9) En el mismo trabajo de Pepper y Pascoe, los autores
argumentan que "la
Convención de Perfecta Amistad (Convention of Settlement) fue
un acuerdo internacional entre Gran Bretaña y la Argentina. Fue un
tratado de paz, así que al ratificarlo en 1850, la Argentina aceptó que las
Falklands eran legítimamente británicas y no las consideraba como territorio
argentino". Siendo tan importante a los reclamos británicos, ¿por qué no
se incluyó esta información en su libro The Official...?
10) Usted ha mencionado en su libro de 1988, página 20, que
"la posición de Gran Bretaña es más fuerte con relación a la Falkland del Oeste que
con respecto a la Falkland
del Este". ¿Cree usted que esto podría ser parte de una solución pacífica
y definitiva a la disputa? Quiero decir, los kelpers se trasladarían a la Falkland del Oeste y la Falkland del Este pasaría
a ser administrada por Argentina (desmantelando la base militar)?
11) En su libro The Official History... (2005), páginas 24 y
25, usted mencionó la propuesta británica de 1967: "El Gobierno de Su Majestad
reconocerá la soberanía argentina de las Islas siempre y cuando las garantías y
las salvaguardas ofrecidas a los isleños por el Gobierno argentino sean
aceptables para los isleños." Más adelante (página 25) mencionó la presión
ejercida por el Consejo Ejecutivo de la isla en 1968 para acabar con esta
negociación, la cual terminó en la frustrada visita de Chalfont (página 26). La
presión ejercida por los kelpers ha sido un constante obstáculo para una
resolución negociada entre 1967 y 1982 (incluido marzo de 1982 y la escalada
del incidente Davidoff). Usted lo menciona en sus libros, especialmente en la
página 28 de su Britain and the Falklands War (1988). También en el libro
escrito con Virginia Gamba, en la página 90. Eric Hobsbawm –entre otros– piensa
que la presión de la
Falkland Islands Company (y del Comité de las Islas Falklands
en el Parlamento británico) durante marzo y abril de 1982 fue decisiva en la
escalada bélica. ¿Está Ud. de acuerdo?
12) ¿Puede darnos su opinión sobre el referéndum de marzo?
La insólita respuesta de Freedman.
A estas 12 preguntas –que enviamos a comienzos de esta
semana al diario The Telegraph y al The Guardian para que algún ilustre
historiador inglés o algún funcionario de Whitehall o de 10 Downing Street se
digne responder (mientras se escribían estas líneas no había llegado aún
ninguna respuesta)–, Lawrence gentilmente nos contestó lo que sigue:
"Estimado Federico. Estoy en Estados Unidos y sin mis libros y papeles. He
llegado a una tregua con Pepper hace algún tiempo y no estoy interesado en
reabrir el tema. Nadie me presionó a cambiar nada, razón sobre la que tuvimos
el
desacuerdo. No tengo ni idea en este momento por qué escribí
cosas diferentes entre mis libros y no dispongo de tiempo para volver sobre
esto. Probablemente, la mejor explicación sea que leí algo nuevo y que no
estaba eligiendo mis palabras con abogados mirando por encima de mi hombro (¡sic!).
Ese período era del todo secundario a mi principal preocupación. Se han hecho
numerosos trabajos muy concienzudos en la primera parte del siglo XIX que
incluyen también aspectos de la disputa respecto de la soberanía, que
ciertamente tomo con seriedad, aunque cuando salió la primera edición del
libro, el trabajo mencionado estaba lejos de tener una forma definitiva. Pepper
acepta que hay sólo unas 8 páginas sobre esto en mis dos libros y no declaré
haber hecho una investigación original. Mi opinión es que ni el caso del Reino
Unido ni el caso argentino eran particularmente fuertes en 1833, pero el caso
del RU ha ido adquiriendo más fuerza progresivamente debido a la ocupación
continua (no dije que la ocupación continua no fuera un fundamento) y ahora producto
de la autodeterminación. Me parece ofensiva la indiferencia oficial de la Argentina con relación a
las opiniones y a los derechos de los isleños. Explica por qué estamos teniendo
el referéndum de marzo, para recordarle a la gente que no se trata de una
cuestión de colonialismo. Si en la
Argentina (a) hubiera un gobierno y una economía más
atractivos y (b) hubieran sido más pacientes, entonces las cosas podrían haber
sido diferentes. El deterioro social y económico, en lugar de los argumentos
capciosos sobre legalidad, hubiera forzado la cuestión. Pero como la Argentina invadió, los
británicos se comprometieron más y las islas prosperaron. Por supuesto que el
lobby de las Falkland Islands marcó una diferencia, pero las acciones
argentinas le dieron mayor credibilidad a su punto de vista. Mis mejores
deseos, Lawrence."
El lobby Falkland contra la historia oficial británica.
Comencemos desde el final. En primer lugar y sobre el rol
del lobby de las Falkland Islands, ¿a qué acciones argentinas se refiere? En
realidad, el lobby actuó por primera vez y tuvo su bautismo de fuego al
presionar y revertir la decisión británica de ceder la soberanía a la Argentina, plasmada en
el memorando de 1967. En segundo lugar y sobre el "deterioro social y
económico" de las islas y el supuesto no aprovechamiento de esta cuestión
por la diplomacia argentina, cabe responder que entre 1971 y marzo de 1982,
nuestro país contribuyó enormemente (y en mucha mayor medida que Londres) a
mejorar las paupérrimas condiciones socioeconómicas de los isleños. Sin
embargo, tal ayuda no provocó en los kelpers ningún cambio en relación a una
posible transferencia de la soberanía a la Argentina. El
historiador Clive Ellerby en su The Role of the Falkland Lobby, 1968-1990
(International Perspectives on the Falklands Crisis, de Alex Danchev) demuestra
cabalmente la anterior afirmación. Bastó que vuelva Perón en 1973 y que la ONU emitiera la Resolución 3160 para
que el lobby se reactivara. El resultado: la misión Shackleton de 1975. En
tercer lugar, nos resulta una pena que el Prof. Freedman carezca de tiempo para
responder, pues nadie mejor que él para echar luz a la resolución de esta
disputa en función de los resultados históricos que encontró y que,
lamentablemente para los "deseos" de los isleños, son
favorables a la
Argentina. Dijo también: "Probablemente, la mejor
explicación [a las diferencias con Pepper y Pascoe] sea que leí algo nuevo y
que no estaba eligiendo mis palabras con abogados mirando por encima de mi
hombro (sic)". Replicamos: si leyó algo nuevo, eso nuevo se debió a
su calidad de historiador oficial, la cual le permitió acceder a informes
oficiales clasificados. Ahora bien, ¿cómo se explica que eso nuevo que leyó le
llevó a repetir los argumentos históricos favorables a la posición argentina
que 17 años antes ya había escrito para su primer libro? Es decir, ¿acaso lo
nuevo que leyó le indujo a reiterar iguales "errores" a los cometidos
dos décadas antes? Otra cosa. Si dice que sus "errores" fueron
producto de no haberse asesorado por abogados, ¿nos está insinuando entonces
que a la hora de relatar las bases históricas de los reclamos británicos, la
defensa de su titularidad precisa de un abogado más que de un historiador? Por
último, Lawrence dice al comienzo de su respuesta que el trasfondo histórico
del conflicto fue secundario dentro de su investigación. Preguntamos pues:
¿cómo puede ser que el contexto histórico sea considerado
"secundario" justamente en esta disputa de soberanía, si la misma
lleva ya 180 años de irresolución? El argumento de "secundario" suena
más bien a una excusa, como queriendo decir que no estuvo lo suficientemente
preparado. Sin embargo, y como hemos visto, su primer libro sobre Malvinas fue
escrito en 1988. Y ese libro mantiene exactamente los mismos "errores"
que el de 2005 y la reimpresión de 2007. ¿Cómo se explica que un historiador no
logre capacitarse en determinado asunto durante casi dos décadas? ¿No sería más
sencillo afirmar que los documentos oficiales abiertos al "historiador
oficial" terminaron por confirmar los resultados de sus investigaciones
encaradas por lo menos 17 años antes? A modo de cierre, nos gustaría traer a
colación lo siguiente. Cuando entrevistamos a Freedman el año pasado
(Suplemento Tiempo de Descolonización) y le preguntamos por el significado de
"historia oficial", nos respondió : "En el Reino Unido,
‘historia oficial’ significa que se le ha encargado a un historiador
independiente revisar todos los archivos de tal suerte de elaborar un relato
creíble de los eventos." ¿Relato creíble de los eventos o
"errores"? Una vez más, el lobby Falkland por encima de Londres. Más
que pro-argentino, Freedman pecó de ser demasiado anti-kelper. Y es por ello
que humildemente le recomendamos leer sus propias y reveladoras palabras
plasmadas en su libro de 1988, página 122: "Tengo alguna esperanza de
pasar los últimos años de mi carrera universitaria en 2013, examinando en la Oficina de Registros
Públicos los nuevos informes desclasificados del conflicto de las Falkland
Islands de 1982, chequeando las valoraciones que hice del conflicto en los años
posteriores inmediatos a la guerra. Indudablemente habrá revelaciones en 2013,
pero con menor probabilidad de sorpresas." ¡Oh, pero... si estamos en
2013! Sin necesidad de ninguna desclasificación, las contradicciones entre la
historia oficial del conflicto editada por la Cancillería británica
y los historiadores británicos contratados por el sempiterno y efectivo lobby
Falkland constituyen por sí mismas una sorprendente revelación. Mal ejemplo el
de Freedman a las nuevas generaciones de historiadores británicos. Queda claro
que dejó sus convicciones en la puerta de la casa del gobernador kelper en
Puerto Argentino. Una vez más, y como desde 1968, el lobby Falkland logró
torcer el brazo a Londres.
A confesión de culpa... relevo de mentirosos
El aludido artículo de The Telegraph menciona también las
opiniones de algunos isleños sobre el daño que tales "errores"
producirían a los intereses nacionales británicos y a las aspiraciones kelpers
de no modificarse. "Los errores objetivos contenidos en el libro The
Official History of the Falklands Campaign fueron detallados por los
historiadores que escribieron el último boletín de la Falkland Islands
Association, un grupo de británicos reunido para apoyar a los isleños. El Dr.
Graham Pascoe y Peter Pepper indicaron que los errores están en el primer
capítulo del libro, que abarca los siglos XVIII y XIX. Advirtieron que el
trabajo tergiversa los tratados celebrados entre España y Gran Bretaña, y
repite un falso reclamo acerca de que los argentinos fundaron una colonia penal
en las islas. Refieren que el libro da cuenta de un relato 'claramente
engañoso' de los eventos que tuvieron lugar en las décadas de 1820 y 1830,
cuando se realizaron los primeros reclamos argentinos sobre las islas. Los
acontecimientos de esa época resultan fundamentales para el reclamo actual del
país sudamericano sobre las islas (sic). El Sr. Pepper dijo: ‘Este trabajo
tiene el sello de la historia oficial. Ese es el problema. Si fuera solo otro
libro de historia, realmente no tendría importancia. Quisimos poner las cosas
en claro.’ Mike Summers, vocero de la Asamblea Legislativa
de las Islas, manifestó: ‘Si hubiera sido un libro de historia normal hubiera
podido ser parte de un debate histórico sano, pero como se trata de la historia
oficial, adquiere cierto protagonismo que de otro modo jamás tendría. Nos hemos
puesto en contacto con la
Jefatura de Gabinete, señalamos las inexactitudes y les
sugerimos que debían ser modificadas. Siendo quien es el autor y dado que
supuestamente se trataba de una historia oficial sobre la guerra, nadie querría
que tuviera imprecisiones que se hubieran pasado por alto’. Colin Wright,
secretario honorario de la
Falkland Islands Association, expresó: ‘Hay varios errores
que el gobierno argentino podría examinar y que podrían contribuir para poner
en cuestión y quitar valor al estatus de las islas, a la vez que fortaleciendo
sus propios reclamos’." Cerramos este recuadro con una frase de la
página 11 del censurado libro de Freedman, frase del mismo autor y con la cual
no podemos estar más de acuerdo: "[Aunque Gran Bretaña quisiese] Resultaba
difícil salirse totalmente del tema de la legalidad de la toma de 1833. Si la
posición de Gran Bretaña antes de 1833 era débil, lo fue aun más después de esa
fecha."
The telegraph: “la historia oficial británica sobre la
guerra de las falklands se considera demasiado pro-argentina”
A continuación, el artículo referido en el título (publicado
el 27/2/2010): "Los habitantes de las Falklands (sic) han criticado la
historia oficial del gobierno sobre la guerra de 1982, alegando que contiene
una serie de ‘gruesos’ errores que la hacen demasiado favorable para los
reclamos argentinos en ese territorio. Los críticos dicen que varias
afirmaciones sobre los hechos que aparecen en el libro son ‘tonterías’ y
presentan ‘serias deficiencias’, haciendo que el reclamo histórico de Buenos
Aires sobre el archipiélago del Atlántico Sur ‘parezca más fuerte de lo que
realmente es’. La asamblea legislativa de las islas escribió a la oficina del
gabinete que encargó la obra, para quejarse y pedir que se corrijan los
errores. El profesor Sir Lawrence Freedman, que es el autor del libro y también
miembro del grupo de investigación de Chilcot que está investigando la guerra
de Irak de 2003, dijo que estaba ‘feliz de aceptar las correcciones’. El
episodio tiene lugar en momentos en que la Argentina está intensificando la presión
diplomática sobre la soberanía, después del arribo de una plataforma petrolera
británica a las aguas territoriales la semana pasada. [...] La respuesta del
Dr. Pascoe y del Sr. Pepper ha sido publicada completa ahora en el Falkland
Islands Newsletter, bajo la forma de una separata para ser insertada en las
copias del libro. El profesor Freedman, subdirector del King's College of
London, también escribe en la separata. Esta, la explicación de Freedman: 'No
era parte de mi misión hacer mucha investigación original respecto del siglo
XVIII. Estaba tratando de explicar la naturaleza de los argumentos. No
investigué las fuentes principales. No puedo decir que sea un historiador de
ese período. Mi trabajo se ceñía a 1982.' Más adelante, se exculpaba diciendo
que 'en ningún momento he dado indicios de apoyo al reclamo argentino sobre la
soberanía. Es más una cuestión histórica que de apoyo a la Argentina. Sucede.
Es la naturaleza del trabajo. No creo haber cometido ninguna falta grave
[....].' La oficina del gabinete omitió hacer comentarios. Algunos errores: 1)
Historia oficial: Cuando España devolvió el asentamiento de Port Egmont, en las
islas, a Gran Bretaña en 1771, los españoles declararon en el tratado con Gran
Bretaña que 'reservaban su posición respecto de la soberanía'. Corrección: Esta
afirmación no se hizo en el texto final del tratado; 2) Historia oficial: Otro
tratado entre España y Gran Bretaña 'impedía claramente que Gran Bretaña
ocupara las Malvinas'. Corrección: El tratado permitía la fundación de un
asentamiento si otra potencia (como Argentina) lo hacía; 3) Historia oficial:
Cuando un marino británico, el capitán Onslow del HMS Clio, llegó a las islas
en 1833, le dijo al capitán de un buque de guerra argentino que 'las islas no
pertenecían a nadie'. Corrección: El motivo principal del viaje de Onslow era
apoyar el reclamo británico, que databa de su base en las islas 60 años antes.
Eso le dijo al comandante argentino; 4) Historia oficial: Después del arribo de
Oslow, los convictos de la colonia penal argentina establecida en las islas
fueron forzados a abandonarlas. Corrección: No existió tal colonia penal.
Onslow dijo a la guarnición argentina que se fuera pero pidió a los civiles que
se quedaran, como terminó haciendo la mayoría de ellos."
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