Arriba:
1) Homenaje al gaucho Antonio Rivero, líder del
alzamiento argentino de 1833 contra las autoridades de ocupación
2) Habitantes de las islas festejando el
resultado del “referéndum”.
Los doscientos habitantes argentinos originales en Malvinas
fueron expulsados de las islas a la fuerza, primero por los estadounidenses en
1831 y finalmente por los ingleses en 1833.
Nota inédita de la
autora, escrita en octubre de 2012.
A partir de allí,
los ingleses colonizaron nuestras islas. La primera ocupación británica entre
1833 y 1841 fue netamente militar y contaba con cincuenta habitantes (militares
y sus familias). En 1939, un comerciante inglés G.T. Whittington, junto con su
hermano J.B. Whittington (http://www.falklands.info/history4.html) crearon una
asociación comercial de pesca y agricultura para las islas Malvinas y
propusieron a la Corona
que las abriera para su colonización y explotación comercial. En Mayo de 1840,
el permiso fue otorgado y los hermanos viajaron con los primeros colonos. Se
asentaron en Port Louis e hicieron uso de las instalaciones y casas que había
dejado el gobernador argentino Vernet al ser expulsado por la fuerza. El primer
gobernador inglés, Moody, llego a las Malvinas en 1841 acompañado por 12
militares zapadores y sus familias. Al final de dos años se desarrollo lo que
luego seria llamado Port Stanley como capital de las islas. En 1845 se creo la
estructura de gobierno colonial con su consejo legislativo y ejecutivo y en
1846 se ocuparon dichos puestos. Para 1846 ya existían 164 residentes en las
islas alcanzando 200 personas en 1849, la misma cantidad de argentinos que
habían sido echados en 1833.
En 1846, Samuel
Fisher Lafone, un empresario de Liverpool, casado con una argentina y
residiendo oficialmente en Uruguay, obtuvo un contrato de la Reina Victoria
mediante el cual se le cedía la Malvina Oriental, que desde entonces pasó a
llamarse Lafonia en su honor (Alba Mariani, 6tas jornadas de
Investigación en historia económica, AUDHE, Montevideo 10 de julio 2009
–ponencia La Familia
y las Empresas de Samuel Fisher Lafone– 1805 a 1871). Lafone, junto con su hermano y su
cuñado J.P.Dale, abrieron la
Falkland Island Company Limited que originalmente se abocaba
a la ganadería trayendo ganado del Uruguay y Argentina así como peones de campo
gauchos para manejar los animales en las islas. En 1860, el contrato con Lafone
–como individuo– se terminó y se le otorgó a la compañía Falkland Islands
Company (FIC) derecho absoluto sobre la mitad de la tierra de las islas. Entre
1861 y 1869 nueve personas, mayoritariamente residentes en Inglaterra compraron
el resto de la tierra que quedaba disponible en las islas y enviaron a
granjeros escoceses a trabajarla, los que remplazaron a los criollos y los
gauchos del contrato original de Lafone. Como era el sistema ingles de esas
épocas, las tierras de la corona se arrendaban "vendiéndosela" por
noventa y nueve años, a aquellos con el dinero para comprarla, por lo que
poderosas familias como los Packe de Norfolk y los Blake de Holmestead &
Blake adquirieron grandes parcelas y las trabajaron con peones traídos desde
Gran Bretaña y Europa como mano de obra contratada. En 1849 ingresaron también
militares retirados con sus familias trayendo 30 casas prefabricadas
originalmente diseñadas para la campaña militar en La Crimea. Estos
militares retirados formaron la primera policía de las islas. En 1858 llegaron
los infantes de marina con sus familias, así como más policías, que conformaron
la fuerza de defensa de las islas en 1892. Además de la ganadería, las islas
vivían de la industria ballenera y del puerto ya que muchos barcos a vela, mas
que nada estadounidenses, la usaban de base para sus cacerías de lobos y
ballenas y para la navegación a través del Cabo de Hornos al no existir aún el
Canal de Panamá (ver Virginia Gamba. El Peón de la Reina). La Segunda Guerra
Mundial trajo otro grupo de militares a vivir en las islas. Pasada la
conflagración, se volvió a promover la industria pesquera y el turismo lo que
aseguró que Stanley siguiera actuando como puerto preferencial para los buques
británicos frente a las costas argentinas.
En 1964, cuando la
usurpación británica de las Islas Malvinas llega a las Naciones Unidas, las
islas contaban con 1800 habitantes. Había habido más habitantes en la primera
parte del siglo XX, pero la mayoría habían partido a la Argentina donde poseían
tierras, terminando por asentarse en el continente como argentinos. Se habían
quedado en las islas aquellos sin la capacidad de emigrar y comprar tierras en
el continente americano o sin la voluntad de cambiar su primitivo y
discriminatorio modo de vida. Socialmente, el curioso sistema de castas
sociales imperantes en Inglaterra también se impuso en las islas, creándose el
Club de Beneficencia (para los indigentes y pasantes), el Club de Obreros (para
los peones) y el Club de la
Colonia (para los ricos, los funcionarios públicos y los
militares).
Todos estos clubes y
la preponderancia de la
Falkland Islands Company Limited sobre ellos –como única
fuente de trabajo además de la gubernamental/militar– se sostuvieron hasta 1987
donde se "democratizó" a las islas como parte de la decisión
británica de construir poderosas bases militares y navales en el Atlántico
Suroccidental al servicio de Gran Bretaña (1987), la política de seguridad
común de la Unión
Europea (2007/9) y la
OTAN (2010). Las bases militares, a su vez, atrajeron una
nueva población inglesa y europea en las islas haciendo que para 2011 la
población local nacida y criada en las islas se convirtiera en minoría. El
empleo de cerca del 60% de todos los pobladores de las Malvinas al año 2012
depende directa o indirectamente de la base militar o de subcompañias de la Falk-land Islands
Company, la misma que hoy sostiene el turismo, el alquiler de viviendas y
vehículos, la exploración y explotación de hidrocarburos y las tiendas de
comestibles de la ciudad así como de la base militar. La base militar tiene
4000 militares que residen por tiempos cortos en las islas y luego rotan fuera
de ella. Últimamente también han pedido residencia en las Malvinas algunos
militares jubilados ex combatientes de la guerra de 1982.
Por todo ello, es
importante notar que los habitantes de las Islas Malvinas hasta 1983, si bien
descendientes de los primeros ocupantes británicos de las islas (como se vio
más arriba), no poseían aún un status de ciudadano del Reino Unido. Este
estatus les fue otorgado recién en 1983 como consecuencia de la guerra de 1982.
Entre 1983 y 1987, con un estatus nuevo, la tendencia de los habitantes,
al poder viajar libremente hacia y desde Europa, hizo que la poblacion
residente disminuyera. Esto hizo imperativo que el gobierno inglés generara
medidas atractivas para "retener" a los isleños in situ. De ahí que
se abrió el negocio de la base militar permanente con un porcentaje alto de
visitantes y de personal rotativo, siendo estos números de tres a cuatro veces
más que los números de los locales. Esto favorecería el empleo y daría opciones
para los habitantes que optaran por quedarse en las islas. Pero esta medida
tampoco funcionó como se esperaba y la gente continuó abandonando las islas.
Por ello, a partir de 1989 una vigorosa campaña para buscar emigrantes a
Malvinas fue instrumentada por Londres tanto dentro del Reino Unido como en
países miembro de la
Comunidad Europea y del Commonwealth. Un gran número de
nuevos residentes hizo su ingreso a las islas, opacando a los habitantes
locales que hoy son minoría. Estos nuevos residentes son los nuevos habitantes
de las islas y además la controlan política y la economía. Los Consejos de las
Islas estan compuestos mayoritariamente por immigrantes recientes (ingleses).
Es decir, los representantes que dicen negociar por los habitantes de las islas
son mayoritariamente recién arribados para vivir allí.
Este año se habló de
la voluntad de Londres de hacer un referendo sobre la voluntad de los isleños
en optar por ser argentinos o ingleses: este referendo se haría a
comienzos de 2013. Es importante notar aquí que un referendo para optar por una
nacionalidad generalmente sólo se puede hacer si ambas partes a un conflicto
territorial estan de acuerdo en consultar la voluntad de los habitantes
dándoles la opción de escoger. La
Argentina, que sostiene el diferendo con Gran Bretaña, no fue
consultada ni aceptó jamás un referendo sobre la voluntad de los isleños. Por
tanto, cualquier referendo que tuviera lugar es unilateral y no vinculante para
la contraparte del diferendo. El referendo es sólo una anécdota más detrás del
conflicto de base entre Gran Bretaña y la Argentina. Más
preocupante es notar la tensión entre los viejos y nuevos habitantes de las
islas. Los habitantes nacidos y criados en las mismas son ahora una clara
minoría, los demás son ingleses o tienen ya otras nacionalidades como ser
chilenos, neozelandeses o habitantes de Santa Helena además de proveniencias
varias europeas. Si se pregunta a un inglés o a un europeo si quiere seguir
siendo inglés o europeo, ¿qué va a responder? Si los habitantes nacidos en
Malvinas antes de 1983 están en desacuerdo con la política británica para con
ellos, qué les conviene hacer: ¿Emigrar o pelear desde una posición de minoría
en las islas? La respuesta está en la constante emigracion de ese sector de
habitantes hacia Europa y hacia la Argentina.
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