Cincuenta verdades sobre Henrique Capriles Radonski,
candidato a la presidencia de Venezuela
Por: Salim Lamrani (*)
El autor es: Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos
de la Universidad
Paris IV-Sorbonne, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de la Reunión y periodista,
especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se
titula Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba,
París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio
de Paul Estrade.
El candidato de la derecha venezolana se presentará a las
elecciones del 14 de abril de 2013 contra el Presidente interino de la República Nicolás
Maduro. ¿Quién es realmente?
Nacido en 1972, Henrique Capriles Radonski procede de dos de
las más poderosas familias venezolanas, las cuales se encuentran a la cabeza de
varios conglomerados industrial, inmobiliario y mediático (Capriles) y poseen
el Circuito Nacional de Exhibiciones (Cinex), segunda cadena de cines del país
(Radonski).
Su familia es propietaria del diario Últimas Noticias, de
mayor difusión nacional, cadenas de radios y un canal de televisión.
En los años 80, militó en el partido de extrema derecha
Tradición, Familia y Propiedad.
Capriles fue elegido diputado en 1999 por el Estado de Zulia
por el partido de derecha COPEI. Contra todo pronóstico y a pesar de su
inexperiencia política, fue nombrado inmediatamente presidente de la Cámara de Diputados,
convirtiéndose en el más joven diputado en dirigir la Cámara baja del Parlamento.
En realidad, logró imponerse a los otros aspirantes con
mayor trayectoria política gracias al poder económico y financiero de su
familia que financió las campañas de muchos diputados.
En 2000, fundó el partido político Primero Justicia con el
conservador Leopoldo López y se alió con el International Republican
Insititute, rama internacional del Partido Republicano estadounidense. El
presidente de la época era George W. Bush, el cual brindó un amplio apoyo a la
nueva formación política que se oponía a Hugo Chávez, particularmente mediante
el National Endowment for Democracy.
Según el New York Times, “La National Endowment
for Democracy se creó hace 15 años para llevar a cabo públicamente lo que ha
hecho subrepticiamente la Central Intelligence Agency (CIA) durante
décadas. Gasta 30 millones de dólares al año para apoyar partidos políticos,
sindicatos, movimientos disidentes y medios informativos en docenas de países”.
Según Allen Weistein, padre de la legislación donde se
establecía la NED,
“mucho de lo que hacemos hoy ya lo hacía la CIA de manera encubierta hace 25 años”.
Carl Gershman, primer presidente de la NED, explicó la razón de ser
de la Fundación
en junio de 1986: “Sería terrible para los grupos democráticos del mundo entero
ser vistos como subvencionados por la CIA. Vimos eso en los años 60 y por eso pusimos
término a ello. Es porque no pudimos seguir haciéndolo que se creó [la NED]”.
Durante su mandato de alcalde de la municipalidad de Baruta,
Capriles firmó varios acuerdos con el FBI estadounidense para formar a su
policía municipal, y recibió fondos de la embajada de Estados Unidos para esa
misión.
Henrique Capriles participó activamente en el golpe de
Estado contra Hugo Chávez organizado por Estados Unidos en abril de 2002.
Alcalde de Baruta, procedió al arresto de numerosos partidarios del orden
constitucional, entre ellos Ramón Rodríguez Chacín, entonces Ministro de
Interior y Justicia, el cual fue violentamente agredido por los partidarios del
golpe frente a las cámaras de televisión.
Al respecto, las palabras de Rodríguez Chacín son
esclarecedoras: “Les hice ver [a Henrique Capriles y Leopoldo López, quienes
llegaron para arrestarlo] el riesgo, el peligro que había para mi integridad
física [de salir frente a la multitud], que la situación se iba a escapar de
sus manos, sugerí salir por otro lugar, el sótano y la respuesta que recibí de
Capriles, precisamente, fue que no, porque las cámaras estaban al frente del
edificio. Ellos querían sacarme en frente de las cámaras, para exhibirme, no
sé, supongo; para vanagloriarse ellos, a pesar del riesgo”.
Unos días antes del golpe de Estado, Capriles apareció ante
las cámaras de televisión con los dirigentes de su partido político Primero
Justicia para reclamar la renuncia de Hugo Chávez, de los diputados de la Asamblea Nacional,
del Fiscal de la República,
del Defensor del Pueblo y del Tribunal Supremo de Justicia. Tras el golpe del
11 de abril, la primera decisión de la junta golpista fue precisamente disolver
todos estos órganos de la
República.
En abril de 2002, Primero Justicia fue el único partido
político en aceptar la disolución por la fuerza de la Asamblea Nacional
que ordenó la junta golpista de Pedro Carmona Estanga.
Durante el golpe de Estado de abril de 2002, Capriles
también participó en el asedio a la embajada cubana de Caracas, que organizaron
la oposición venezolana y la extrema derecha cubanoamericana. Estaba presente
Henry López Sisco, cómplice del terrorista cubano Luis Posada Carriles,
responsable de más de un centenar de asesinatos, entre ellos el atentado contra
el avión de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 2006 que costó la vida a 73
pasajeros.
Tras cortar el agua y la electricidad, Capriles, quien
pensaba que el vicepresidente de la época Diosdado Cabello, se había refugiado
en la entidad diplomática, entró y exigió del embajador revisar el lugar,
violando así el Artículo 22 de la
Convención de Viena, que estipula que las representaciones
diplomáticas son inviolables.
Germán Sánchez Otero, entonces embajador cubano en
Venezuela, le respondió lo siguiente: “Si usted conoce el derecho internacional
debe saber que tanto Venezuela como Cuba tienen derecho a que un ciudadano sea
evaluado para recibir asilo político en cualquier sede diplomática. Un
demócrata, un humanista, no puede admitir que haya niños sin agua, sin
electricidad y sin comida”.
Al salir de la embajada, Capriles, lejos de calmar la
multitud alterada, declaró a la prensa que no había podido revisar la
representación diplomática y que estaba en la imposibilidad de confirmar o no
la presencia de Cabello, lo que suscitó nuevas tensiones.
Por su participación en el golpe de Estado, Capriles fue
enjuiciado y encarcelado de modo preventivo por sustraerse a la justicia.
El fiscal de la
República, Danilo Anderson, encargado del caso Capriles fue
asesinado en noviembre de 2004 en un atentado con coche bomba.
En 2006, los tribunales absolvieron a Capriles.
En 2008, se abrió un nuevo juicio penal que todavía está en
curso.
Tras su elección en 2008 como gobernador del Estado de
Miranda, Capriles expulsó de las instalaciones de la región a los funcionarios
encargados de los programas sociales que elaboró el gobierno de Chávez.
En su programa electoral, Capriles promete luchar contra la
delincuencia. No obstante, desde su llegada al poder en Miranda, la inseguridad
se incrementó haciendo del Estado uno de los tres más peligrosos de Venezuela.
Entre 2011 y 2012, la tasa de homicidios aumentó más de un 15%.
A pesar de este balance, Capriles, reelegido en 2012,
todavía se niega a aceptar la implantación de la Policía Nacional
Bolivariana en el territorio que dirige.
Entre 2008 y 2012, Capriles despidió a más de mil
funcionarios en el Estado de Mirando –que trabajaban en el sector cultural– por
considerarlos sospechosos de ser partidarios del antiguo gobernador chavista
Diosdado Cabello, y procedió al cierre de decenas de bibliotecas.
En 2012, Capriles se reunió secretamente en Colombia con el
general Martin Demsey, Jefe del Estado Mayor de Estados Unidos. No se filtró
nada de esas conversaciones.
Capriles no deja de reclamarse del antiguo presidente
brasileño Lula da Silva. No obstante, éste brindó varias veces su apoyo a Hugo
Chávez, particularmente en las últimas elecciones de octubre de 2012. “Tu
triunfo será nuestro”, declaró en un mensaje al Presidente Chávez.
Candidato a la elección presidencial de 2012, en nombre de la Mesa Unidad
Democrática que agrupó los partidos de oposición, Capriles perdió el escrutinio
con más de diez puntos de diferencia.
En caso de victoria en las elecciones presidenciales del 14
de abril de 2013, Capriles prometió la amnistía para Pedro Carmona Estanga,
antiguo presidente de Fedecámaras que encabezó la junta militar durante el
golpe de Estado, actualmente prófugo de la justicia y refugiado en Colombia.
El programa presidencial de Capriles es de esencia
neoliberal y preconiza una aceleración de las privatizaciones en una economía
controlada en más del 70% por el sector privado, una autonomía y una
descentralización.
En caso de victoria de Capriles, la empresa petrolera
nacional Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), no se encontrará bajo control
político.
El programa de Capriles prevé la suspensión de la ayuda
financiera que otorga PDVSA al Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN), el cual
financia las infraestructuras y los programas sociales.
Capriles impondrá un aumento del precio de la gasolina que
se consume en el mercado nacional.
Se cancelarán las reformas agrarias que realizó el gobierno
de Chávez y se restituirán las tierras a los latifundistas.
La Ley
de Pesca, de la cual se beneficiaron decenas de miles de trabajadores del mar,
también se abrogará.
Capriles autorizará en Venezuela el cultivo de organismos
genéticamente modificados.
Capriles propone “incorporar en el sistema educativo básico
y medio, temas demostrativos sobre la conexión entre propiedad, progreso
económico, libertad política y desarrollo social”.
Capriles prevé otorgar independencia total al Banco Central
de Venezuela, con el fin de evitar todo control democrático sobre las políticas
financieras y monetarias, y le prohibirá “financiar el gasto público”.
Capriles anunció que pondría fin a la relación especial con
Cuba, lo que afectará los programas sociales en los campos de la salud, la
educación, el deporte y la cultura.
Capriles pondrá término a la Alianza Bolivariana
para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), organismo de integración regional.
Capriles suprimirá el programa Petrocaribe que permite
actualmente a 18 países de América Latina y el Caribe, o sea 90 millones de
personas, conseguir petróleo subvencionado y asegurar su abastecimiento
energético.
Capriles prevé firmar tratados de libre cambio (TLC),
particularmente con Estados Unidos y la Unión Europea.
Capriles prevé volver a otorgar la concesión hertziana al
canal RCTV, que emite ahora vía cable y satélite, a pesar de su participación
abierta en el golpe de Estado de abril de 2002.
Capriles prohibirá todos los programas políticos en el canal
nacional Venezolana de Televisión, dejando así el monopolio del debate
ciudadano a los canales privados.
Capriles prevé “supervisar y controlar la proliferación de
emisoras de radio […] y regular el crecimiento de las emisoras de radio
comunitarias”.
El Programa de la
MUD prevé reducir sustancialmente el número de funcionarios.
Capriles eliminará el FONDEN, fondo especial destinado a
financiar los programas sociales.
Capriles pondrá término a la regulación de precios que
permite a toda la población adquirir los productos de primera necesidad.
Capriles acusa al gobierno venezolano y a la familia de Hugo
Chávez de haber ocultado la muerte del Presidente. Para él, su fallecimiento
ocurrió antes del 5 de marzo.
Página
Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel
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