Arriba: La residencia de Rosas en Palermo, demolida por sus vencedores.
Abajo : Estatua de Sarmiento que se ubica exactamente en el dormitorio de la antigua casa, lo que revela el estado mental de sus impulsores.
La reestatización del
predio de Palermo significa mucho más que un mero acto de justicia.
Por:
Federico Bernal
Federico Bernal
Tres de febrero de 1852,
pasado el mediodía. No se había disipado aún el humo de los fusiles de Caseros,
que el verdadero vencedor eliminaba de la ciudad-puerto todo vestigio del color
punzó de chalecos y banderas. Al drástico cambio de color, sobrevino el
fusilamiento de 600 ladrones. Sus cadáveres enviados en carros al cementerio.
¡Estaba linda Buenos Aires! Valentín Alsina, rivadaviano de la primera hora y
precursor de Carlos Tejedor, ingresaba al Gabinete de Urquiza, revelando las
contradicciones del entrerriano y augurando el definitivo triunfo porteño.
Trece días después de Caseros, el gobierno de Vicente López y Planes publicaba
un decreto ordenando que "todas las propiedades de todo género,
pertenecientes a don Juan Manuel de Rosas, y existentes en el territorio de la
provincia" pasen a ser de pertenencia pública. Entre esas propiedades, la
ex casa matriz de la
Sociedad Rural Argentina en Palermo. El fin de Rosas trajo
consigo una marea contrarrevolucionaria. Había que responder a la insaciable
demanda de la industria textil europea. Si el Imperio Británico en formación
era preferible a Rosas para las clases dominantes criollas, la reimplantación
del poder rivadaviano era la mejor garantía para los intereses británicos en el
Plata. El antiguo órgano rosista Agente Comercial, reaparecía con el título Los
Debates bajo la dirección de un joven coronel, furioso antirrosista y
protoporteño, un tal Bartolomé Mitre. Con Caseros no asumió el federalismo de
masas. La burguesía comercial e importadora porteña, desplazada del poder
político por el estanciero bonaerense, retornaría luego de décadas para volver
a intermediar entre el país y el capital extranjero. Urquiza, en última
instancia federal, resultaba incompatible con las chimeneas de Manchester y
Londres. Al frente del golpe de Estado, el ultra unitario Alsina con la inestimable
colaboración de Mitre.
LA CUÁDRUPLE ALIANZA.
LA CUÁDRUPLE ALIANZA.
El victorioso Urquiza
ingresaba a la ciudad al frente de 30 mil hombres, entre los que además de
correntinos, entrerrianos y santafesinos había también orientales y brasileños.
El cintillo punzó que lucía con orgullo no impedía que los vecinos lo
recibieran con flores desde los balcones y azoteas. Entraba con él Sarmiento,
boletinero del Ejército Grande, quien apenas terminado el desfile huiría a
Chile por desacuerdo con el proyecto de Urquiza. Tal proyecto, que establecía
las bases para un acuerdo destinado a recomponer la Confederación Argentina,
reflejaba los viejos postulados federales: declara a la Ciudad de Buenos Aires
"capital de la
Confederación" y nacionaliza "su territorio,
propiedades públicas, su Aduana, establecimientos y empleados". Era el
acuerdo de San Nicolás pensado para contrabalancear el poderío arrollador de
Buenos Aires. Pero la insolencia de los "13 ranchos" se daría de
bruces contra la realidad. Las burguesías mercantilistas de la cuenca del
Plata, enriquecidas casi sin precedentes desde que el "tirano" se vio
obligado a aflojar el control aduanero del puerto en 1841, consecuencia de la
presión europea que alcanzaría su cenit en la invasión de 1845, permitió la
victoria de la
Cuádruple Alianza (el Litoral, Paraguay, la Banda Oriental y
Brasil). Urquiza y la
Confederación habían subestimado el poder de los
contrarrevolucionarios de mayo.
¡A CAÑONAZOS A LOS MINISTERIOS!
¡A CAÑONAZOS A LOS MINISTERIOS!
Ni bien asumido Urquiza, los
legisladores porteños comenzaron con la conspiración. Entre todos, se distingue
uno por su devoción separatista y reaccionaria. Bartolomé Mitre rechazaba el
acuerdo de San Nicolás e invitaba al público de la ciudad imperial a terminar
con Urquiza: "He pasado mi vida en los campamentos y mi oficio es echar a
cañonazos las puertas por donde se entra a los ministerios." ¡Cuándo no el
mitrismo a cañonazos limpios contra la democracia! Era el golpe de Estado del
11 de septiembre (al decir de Jorge Abelardo Ramos, el mes aciago en la historia
argentina). El Estado de Buenos Aires, que así se hacía llamar, rompe con la Confederación. Alsina
es elegido gobernador de la provincia. En su Gabinete figura Mitre. En la
histórica sesión del 31 de octubre de 1853, un ex legislador rosista Lorenzo
Torres dirá lo siguiente: "En el país no hay fábricas sino talleres en que
los trabajadores alcanzarán si se quiere 500 hombres, y no es justo, por
beneficiar a estos pocos, perjudicar a toda la población, haciendo que el
pueblo todo compre más caro, lo que abriendo los puertos tendría más
barato..." Acá el progresismo neoliberal histórico y contemporáneo; acá el
origen de la zoncera de la inflación derivada del proteccionismo industrial,
recogida casi medio siglo después por Juan B. Justo.
LIBRECAMBISMO PARA TODOS.
LIBRECAMBISMO PARA TODOS.
Se achicaba al Estado para
"agrandar" la
Nación. Los derechos de aduana son llevados a su mínima
expresión. Y nada de pensarlos como propulsor de la industria nacional porque,
al decir del fundador de La
Nación: "La
Aduana no es instrumento de protección, sino fuente de
rentas." La Ley
de Aduanas de 1835 (anulada por Rosas en 1841 ante la presión de Francia e
Inglaterra) fue derogada de jure en 1853. A partir de allí, apertura indiscriminada
del mercado de la cuenca del Plata. Librecambismo para todos. La reina Victoria
estaba pariendo el "granero del mundo". Tres años más tarde,
específicamente el 9 de diciembre de 1856, Mitre escribía en el diario El
Nacional un artículo titulado "La República del Río de la Plata", en el que
sugería abiertamente la separación definitiva del Estado de Buenos Aires y su
organización como nación. Buenos Aires había convertido al resto del país en su
patio trasero. A través del control de la Aduana y el todopoderoso imperialismo británico,
la ciudad-puerto prosperaba ilimitadamente. Mientras tanto, la Confederación, con
capital en Paraná, no tenía ni para pagar a los pocos empleados
administrativos. ¿De dónde la matriz ideológica de la autonomía porteña
conseguida en la reforma constitucional de 1994? Se necesita elaborar una geopolítica
interna de y para la emancipación nacional.
LA CUESTIÓN DE FONDO.
LA CUESTIÓN DE FONDO.
En esta Argentina del
Bicentenario que retoma de forma progresiva el espíritu y las grandes
directrices del Plan de Operaciones, del nacionalismo defensivo de Rosas, la
protección de las industrias nativas y de un mercado interno sano y
floreciente; en esta Argentina que ha venido recuperando la participación del
trabajador en la distribución de la riqueza, el rol protagónico del Estado, la
soberanía económica y la democracia de masas como nunca desde el general Perón,
reestatizar el predio de Palermo a través de la anulación de su fraudulenta
venta a la SRA en
1991 significa mucho más que un mero acto de justicia. En primer lugar, implica
continuar con la devolución al pueblo argentino del patrimonio público rematado
o vendido a precio vil durante los años noventa. En segundo lugar, la medida
tomada por la presidenta recuerda que vencer al monopolio mediático de la
semicolonia, democratizar el Poder Judicial (abrumadoramente reaccionario y
corporativista) así como desmantelar uno a uno los marcos regulatorio y
jurídico de la dictadura y la oligocracia entre 1983 y mayo de 2003, no podrán
lograrse sin profundizar en la cuestión de fondo. Es que el proceso de
transformación revolucionaria, nacional, popular y democrático exigido por los
millones de compatriotas históricamente postergados pasa, en última instancia,
por la invariable eliminación del poder cultural y económico de los herederos
contemporáneos de Rivadavia, Alsina y Mitre. Pero la medida tomada por la
presidenta recuerda también y muy especialmente, que sin una fuerza nacional lo
suficientemente unificada en sus objetivos para resistir al capital extranjero,
sobrevendrá otro Caseros, desde que Caseros fue la victoria, no ya de la
oligarquía criolla intermediaria –simple agente comprador, exportador y
mercenario-militar– sino de la burguesía industrial británica (hoy capitalismo
financiero y especulador internacional). Los invasores anglofranceses tuvieron
su revancha con Caseros. Pero la derrota de Caseros nació del fracaso de Rosas
para erigir una política genuinamente nacional, esto es, una que agrupara a
todas las fuerzas económicas y sociales que supo encarnar, directa o
indirectamente. La presidenta sabrá con qué llenar el predio de Palermo,
propiedad del estanciero que no quiso ser gaucho ni caudillo, confiscado por el
Estado con la traición de Urquiza, entregado a título gratuito por 20 años
(renovable automáticamente) a la Sociedad Rural en 1875, recuperado por el pueblo
en 1946 (Fundación Eva Perón), y devuelto a la oligarquía por la
contrarrevolución fusiladora en 1955. Casi cuatro décadas más tarde, en línea
con el desguace del patrimonio público de los años ochenta y noventa, Cavallo
lo termina vendiendo a precio vil a la SRA. Este 2012, una vez más en manos del pueblo.
Oscilaciones, como con tantas otras cosas, producto de la irresolución de la
cuestión de fondo. Desde su casa matriz en Palermo, la SRA apoyó el progreso de los
ferrocarriles, el telégrafo, la producción agrícola, la cultura sarmientina, el
genocidio del país autóctono y los golpes de Estado, en definitiva, la
plataforma administrativa, política y técnica de la dominación imperialista.
Urquiza, héroe de la oligarquía y padre de la Constitución de 1853,
tiene su monumento en Palermo. El golpe de Estado del 11 de septiembre es
honrado con una importante plaza (Plaza Once). No será el mitrismo del siglo
XXI quien emplace monumentos a Rosas, Perón y Néstor Kirchner en la
ciudad-puerto. El corazón del predio renacionalizado podría ser el mejor
comienzo. Y de allí en más, convertirlo en la plataforma administrativa,
política y técnica para renacionalizar la renta agraria argentina (¡la Aduana, la cuestión de
fondo!), para usufructo y felicidad de los 40 millones.
Publicado en:
http://tiempo.infonews.com/2013/01/02/editorial-93780-el-predio-de-rosas-y--la-cuestion-de-fondo.php
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