En una
misiva extensa, la primera mandataria se ocupa de aclararle al protagonista de
"El secreto de sus ojos" su situación patrimonial y la de quien fuera
su esposo, el fallecido presidente Néstor Kirchner. Sobre ese tema se había
referido Darín en el marco de una entrevista concedida a la revista Brando,
donde dijo que le gustaría que le explicaran "el crecimiento patrimonial
de los Kirchner".
Sobre
este tema, Cristina indica en su carta: "no ha habido funcionarios
públicos, sean políticos, gobernadores, legisladores, intendentes, jueces o
jefes de gobierno más denunciados penalmente e investigados por la justicia
argentina en materia de enriquecimiento, que quien fuera mi esposo y compañero
de toda la vida, y quien le escribe. No sólo se investigó a fondo sino que también
se designó al cuerpo de peritos de la Corte Suprema de la Nación para que realizara
pericias contables, que duraron meses, y concluyeron que no se había cometido
ningún acto ilícito, lo que obligó al juez a desestimar las denuncias".
"Nunca
en toda la historia política de la
Argentina se ha podido acceder a las Declaraciones Juradas de
un funcionario público con mayor facilidad, frecuencia y publicidad que a las
de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner", agrega la Presidenta.
Asimiso,
la jefa del Estado se mostró partidaria de transparentar la presentación de
declaraciones juradas. "Sería bueno, sano y transparente para el
sistema democrático si todas las Declaraciones Juradas de gobernadores,
intendentes, jueces, magistrados, ministros de la Corte, estuvieran a
disposición de toda la sociedad, publicadas, analizadas y publicitadas como
siempre lo son las de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner",
sostuvo.
También,
Cristina mencionó, aunque sin hacer juicio de valor, una entrevista al
Gobernador de la Provincia
de Buenos Aires, Daniel Scioli, en la que él expresó que "mantiene sus
ahorros en dólares", además de que, según palabas de la mandataria,
"cuando el periodista le preguntó por el monto de sus divisas, se rehusó a
contestar y declaró que el monto figura en su Declaración Jurada, que es
pública".
En otro
orden, la Presidenta
también se refiere a otro de los puntos que el actor tocó referidos a la
actualidad nacional, el referido a la presunta necesidad de una
"reconciliación".
"Me
interesa saber a que qué se refiere", responde Cristina. "¿A los
juicios de lesa humanidad? Porque ha habido alguna jerarquía eclesiástica que
se ha referido a terminar con los juicios por la memoria, verdad y justicia
utilizando justamente el término “reconciliación”. O tal vez usted se refiera a
que me reconcilie con quienes me desean la muerte, festejan la de Néstor o les
gustaría destituirme. ¿No sería mejor pedir que cesen los insultos, las
agresiones, los golpes a periodistas o la falta de respeto a la voluntad
popular?", señala.
A
continuación, el texto completo de la misiva abierta firmada por Cristina
Fernández de Kirchner.
Estimado
Ricardo Darín
De mi
consideración,
Quiero
en primer término felicitarlo una vez más por su trayectoria artística y por
haber dado al cine argentino memorables actuaciones. Entre otras, El Secreto de
sus Ojos y un Cuento Chino me parecen interpretaciones, sobre todo esta última,
que no sólo evidencian su enorme talento sino que han logrado premios y
reconocimiento internacional a nuestro cine.
¿No sé
si sabe que soy una cinéfila total?
Pero
bueno, como usted imaginará no le envío la presente sólo para comentarle la
cartelera cinematográfica. Si. Acertó. He querido escribirle luego de leer en
varios periódicos del día de hoy sus inquietudes e interrogantes:
“Declaraciones sobre política del protagonista de la Luz de tus Ojos. Darín: Que
alguien me explique el crecimiento patrimonial de los Kirchner”, titula hoy
Clarín en página 24. Se ve que quien escribe la columna, que por otra parte no
tiene firma, no ha visto sus películas, no por lo menos la que yo considero una
de las más lindas, porque confunde el título. Vió. Nada que ver.
No
quiero apartarme de una de las cuestiones centrales de sus preocupaciones: “Que
alguien me explique el crecimiento patrimonial de los Kirchner”.
Es obvio
que, por razones de público, notorio y doloroso conocimiento, - esto último por
lo menos para algunos argentinos -, la única que le puede responder soy yo,
Cristina. Y es precisamente una de las razones que más me movilizaron y
decidieron a hacerlo. Es tan difícil que alguien que no está pueda defenderse
que usted entenderá los motivos por los que le escribo.
Ricardo,
permítame llamarlo por su nombre de pila como usted lo hace conmigo en su entrevista
en la revista Brando, porque es más amigable y aleja toda posibilidad de pelea
y confrontación que tanto parecen afectarlo. No quiero imaginar cómo se
sentiría usted si alguien llevara carteles escritos por la calle insultándolo,
deseando su muerte o festejando la de su compañero de toda la vida como me
ocurre a mi en algunas manifestaciones opositoras. ¿Nunca vió alguna? Seguro
que sus múltiples ocupaciones y compromisos propios de un artista exitoso le
restan tiempo para una observación más completa de la realidad, pero no se
preocupe, tampoco es culpa suya, seguramente los medios que usted lee no
publican esa información.
Pero
sigamos con el tema del crecimiento patrimonial. Quiero decirle que no ha
habido funcionarios públicos, sean políticos, gobernadores, legisladores,
intendentes, jueces o jefes de gobierno más denunciados penalmente e
investigados por la justicia argentina en materia de enriquecimiento, que quien
fuera mi esposo y compañero de toda la vida, y quien le escribe. No sólo se investigó
a fondo sino que también se designó al cuerpo de peritos de la Corte Suprema de la Nación para que realizara
pericias contables, que duraron meses, y concluyeron que no se había cometido
ningún acto ilícito, lo que obligó al juez a desestimar las denuncias.
Nunca en
toda la historia política de la
Argentina se ha podido acceder a las Declaraciones Juradas de
un funcionario público con mayor facilidad, frecuencia y publicidad que a las
de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
Ríos de
tinta, fotografías, y todo lo que uno pueda imaginar en torno a una Declaración
Jurada. Lo desafío a que intente encontrar lo mismo de algún funcionario
público opositor ma non troppo, juez, gobernador, legislador o intendente.
Mire
Ricardo, sin ir más lejos hoy otro diario, La Nación, propietario de la revista Brando donde
usted formuló las declaraciones que llamaron mi atención, publica en su página
16 un reportaje al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. No sólo
me enteré de que mantiene sus ahorros en dólares (está en todo su derecho a
hacerlo) sino que cuando el periodista le preguntó por el monto de sus divisas,
se rehusó a contestar y declaró que el monto figura en su Declaración Jurada,
que es pública. En un apartado de la nota los periodistas se se muestran luego
sorprendidos porque además, cuando pretendieron acceder a la información, no se
les permitió hacerlo.
Nadie
parece preocuparse por ninguna otra Declaración Jurada que no sea la de “Los
Kirchner” (sic). Sólo se conocen fotos de las casas en que vivíamos nosotros, y
ahora habito solamente con mi hija. ¿Se publican fotos de las casas de
gobernadores, jueces, altos magistrados, intendentes, concejales, legisladores
actuales o de mandato cumplido? Sin embargo todo el país conoce mi casa, la de
Rio Gallegos, y a pesar de que a pocas cuadras y en el mismo barrio viven dos
legisladores de la oposición en casas mucho más importantes que la mía, nunca
se vió una foto. ¿No le parece raro, Ricardo? Ni hablar de mi casa de El
Calafate. Vió que los medios nunca van al Delta, Punta del Este, Miami. ¿Es
extraño verdad?
Siempre
me pregunto por qué siguen también la vida de mis hijos, dónde van, con quién,
y nadie parece preocuparse de la vida rumbosa que esposas, hijos, hijas y otras
yerbas de otros políticos llevan adelante en fiestas y viajes permanentes que
parecen no tener fin. ¿No le llama la atención? Me parece que las personas con
tantas inquietudes e interrogantes deberían observar estas cosas. Pero sabe
qué, después de todo, el haber sido y seguir siendo los únicos funcionarios
públicos observados y fotografiados con tanta tenacidad, nos ha permitido
demostrar que vivir en un país donde el único político investigado es el
Presidente (o la Presidenta,
como me gusta decir a mi), significa que vivimos con la más absoluta libertad.
Eso sí, con la información más retaceada sobre otros funcionarios.
Sería
bueno, sano y transparente para el sistema democrático si todas las
Declaraciones Juradas de gobernadores, intendentes, jueces, magistrados, ministros
de la corte, estuvieran a disposición de toda la sociedad, publicadas,
analizadas y publicitadas como siempre lo son las de Néstor Kirchner y Cristina
Fernández de Kirchner.
Usted
quería que alguien le explicara. Ya se lo hemos explicado a la Justicia y a peritos de la Corte. Descarto,
Ricardo, que usted confía en la Justicia. Usted mismo fue acusado y detenido por
un juez en marzo de 1991, por el delito de contrabando de una camioneta que
ingresó al país con una franquicia especial para discapacitados. Perdón, no le
deseo el mal a nadie, pero menos mal que no estábamos “Los Kirchner” en el
gobierno, o hubiera sido considerado una persecución política. ¿Lo recuerda? La
verdad yo lo había olvidado, con tantas cosas en la cabeza, pero hoy entré a
clarín.com y leí la nota “Un fallo benefició a Darín”, algunos de cuyos
párrafos le transcribo:
Los
jueces de la Sala A
de la Cámara,
Nicanor Repetto y Edmundo Gendler, consideraron que por el paso del tiempo la
acusación contra el actor está prescripta. Pero se preocuparon por aclarar que
el actor sabía que estaba comprando la camioneta en forma irregular.
"Debe
descartarse bajo todo punto de vista la buena fe de la compra", apuntaron
los jueces. Y advirtieron que el actor "tuvo una actitud claramente
responsable".
Lo que
leí y me llamó la atención en la entrevista de Brando, es su convocatoria a una
reconciliación. Y disculpe si le digo que soy yo la que me gustaría que
explicara que significa para usted “reconciliación” (no se sienta presionado o
intimidado, si prefiere no hacerlo está en todo su derecho). Porque no vivimos
en un país niño, como ha dicho usted y es el título de la nota de la revista
Brando, sino en un país democrático donde cada uno es libre de decir lo que se
le de la gana, y le aclaro que me encanta vivir así y no como lo hicimos
durante los años de la dictadura. Por eso, ¿Cómo llamaría usted a un país donde
nadie hablaba excepto las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo? Si este es un país
niño, ¿aquel qué sería, un país in vitro?
Sigamos
con el tema de la reconciliación. Me interesa saber a que qué se refiere. ¿A
los juicios de lesa humanidad? Porque ha habido alguna jerarquía eclesiástica
que se ha referido a terminar con los juicios por la memoria, verdad y justicia
utilizando justamente el término “reconciliación”. O tal vez usted se refiera a
que me reconcilie con quienes me desean la muerte, festejan la de Néstor o les
gustaría destituirme. ¿No sería mejor pedir que cesen los insultos, las
agresiones, los golpes a periodistas o la falta de respeto a la voluntad
popular?
La
palabra “reconciliación” goza de múltiples acepciones. ¿Con quiénes deberíamos
reconciliarnos? Porque créame, no estoy peleada con nadie, aunque sí es público
y claro que existen diferencias de pensamiento con respecto a nuestro proyecto
de país, políticas públicas, la memoria, verdad y justicia... y eso es vivir en
un país democrático. No ponerse de acuerdo también es un derecho, como lo es
resolver de acuerdo a la voluntad y responsabilidad que el voto popular le ha
asignado a cada uno, sin la menor soberbia, simplemente con la responsabilidad
que me otorga la
Constitución Nacional.
Usted
define que el problema de nuestro país es la falta de “tolerancia”. Hubo un
tiempo en que yo usaba esa palabra, sin embargo me di cuenta de que la
significación de tolerar, era algo así como que te aguanto porque no me queda
otro remedio, entonces decidí cambiarla por “aceptación”. Aceptar al otro, al
diferente, al que piensa y actúa diferente. Piénselo, es más positivo que tolerar.
¿Recuerda
usted algún otro momento del país con tanta libertad, libertad de palabra, de
pensamiento y de acción?¿Recuerda usted que se haya tratado a un Presidente de la Nación como se me trata a
mi desde medios, dirigencia opositora, etc.? No crea que me molesta, yo he
vivido cuando era joven otro país que era el que cantaba Charly cuando decía
“Los que están en los diarios pueden desaparecer, los que están en la radio
pueden desaparecer, los amigos del barrio pueden desaparecer, pero los
dinosaurios van a desaparecer”. Afortunadamente ya no estamos en esa etapa del
país, aunque algunos dinosaurios resisten, atacan, impiden y algunas cosas
peores. Estoy segura de que a usted los dinosaurios tampoco le gustan.
No lo
distraigo más. Usted se preguntará y esta mujer, con todo lo que tiene que
hacer, se ocupa de escribirme... Y debo reconocer que soy un poco cholula y
usted es uno de mis actores preferidos. Hoy es sábado 5 de enero, víspera de
Reyes, estoy en El Calafate, leí los diarios y me pregunté, por qué no
explicarle a Ricardo Darín, algo que lo tiene tan preocupado.
Con todo
mi respeto y admiración.
Cristina
Fernández de Kirchner
Presidenta
de la Nación
Argentina
P.D.:
Podría haberle contado también como se encontraba nuestro país en mayo de 2003
cuando Néstor Kirchner asumió con apenas el 22% de los votos, pero como nunca
lo había escuchado hacer declaraciones políticas antes, en su extensa y exitosa
trayectoria, supongo que debía estar más de acuerdo con el otro país que con
este. No lo tome como reproche, está en todo su derecho. Ah! Me dijeron que su
nueva película, un thriller (le aclaro que me encantan), es muy buena y desde
ya me atrevo a recomendarla. Atentamente y con la misma consideración de
siempre.
Cristina Fernández de Kirchner
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