La incomodidad expresada por algunos militantes, ante el anuncio de la fórmula presidencial que hizo Cristina, en una movida política de estrategia totalizadora de la problemática de este tiempo, en la cual el enemigo intentaba encerrarla a ella y al peronismo, en la mira telescópica del fusil francotirador, por lo cual desplazó el centro de atención, retomó la iniciativa, dejó a los adversario sin excusas y al enemigo sin agenda propia.
Sin dudas el clamor popular exigía a Cristina, nadie duda de su liderazgo, pero los dirigentes políticos y los líderes aún más, deben velar por sus pueblos, ante que por sus posiciones personales, está escrito en las 20 verdades del peronismo, ya que nuestras construcciones siempre fueron, son y serán colectivas, quien así no lo entienda, está invadido del individualismo neoliberal que es la cultura dominante a derrotar.
Los caminos de la lucha son múltiples, nunca unidireccionales, las estrategias son secretas, “hasta la almohada, es demasiado consejera” decía San Martín y reafirmaba Perón. La sorpresa suele desarmar al enemigo, desbaratar sus planes, obligarlo a rehacer su agenda y sentir que perdió la iniciativa, signo de la etapa final de una batalla, cuando se logra quebrar el ánimo de lucha de quienes nos enfrentan.
Intentaron todo, persecuciones, agravios, calumnias, presos políticos, ataques a familiares. No pudieron, mientras Cristina crecía, aumentaba la crispación y el odio sembrado, necesitaban “su cabeza” como trofeo a llevar al Imperio.
Ahora se quedaron sin la foto, sin la fiesta de cumpleaños que preparaban frente al juicio, se les sopló la velita. La manos vacías, el respaldo popular, integrar la fórmula, sin encabezarla es un gesto de humildad, pero también un mensaje: debemos construir la unidad sin rencor y con humildad, con todos aquellos dispuestos a reparar la Patria, y derrotar al enemigo neoliberal y neocolonial, que ha hecho del dolor social su naturalización y de la muerte su cotidianeidad.
Nadie tiene derecho a excluir a nadie dispuesto a luchar contra ese enemigo que ha debilitado la democracia, arrasado las instituciones y amputado derechos. Nadie puede bajar a nadie, ni exigir posiciones, sin competir en un marco de códigos que fortalezcan el movimiento nacional, antes que debilitarlo. Cristina ha dado un paso trascendente, los militantes y compañeros que dicen referenciarse en ella, sin perder el pensamiento crítico, comprenderán que cambiar el escenario, es necesario para discutir, después de la victoria, en términos de Patria.
Jorge Rachid
CABA, 19 de mayo de 2019
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