domingo, 2 de septiembre de 2012
La nueva transversalidad, por Tali Goldman (para “Revista 23” del 29-08-12) Kirchnerismo no peronista
Por Tali Goldman
Son sectores que apoyan al Gobierno y participan en secretarías y ministerios. Tras el acto de Vélez decidieron coordinar sus acciones. El apoyo de Boudou y el guiño de Cristina.
Desde los inicios de su mandato como presidente, Néstor Kirchner inauguró un término que se convertiría en uno de los sellos de su gobierno, y en gran parte también en el de Cristina: la transversalidad. En ese vocablo, en esa idea, el ex presidente dejaba en claro que la era que se inauguraba superaba la de cualquier gobierno existente hasta ese momento. Lejos estaba de ser una Alianza como la del 2001, o una simple coalición electoral. La transversalidad implicaba una ideología de fondo, en la cual un gobierno era comandado por un militante peronista pero acompañado por un conjunto de sectores políticos y sociales “nacionales y populares”. La mayoría de ellos, lejos de las estructuras bipartidistas, vinculados a la centroizquierda. Martín Sabbatella de Nuevo Encuentro, Luis Juez del Frente Cívico, o el movimiento Libres del Sur, de Victoria Donda, eran algunos de los referentes o espacios de aquel primer gobierno de la era K. Ya en 2007, con la inminente candidatura de Cristina y Julio Cobos, cuyo lema fue la Concertación Plural, se profundizó la idea de diversidad. Pero el idilio político se diluyó rápidamente luego de la crisis del campo, el batacazo del vice-opositor y el regreso a las alas del PJ.
Sin embargo, la historia reciente y el 54 por ciento de los votos en 2011 volvieron a reconfigurar el panorama y, con ello, el relanzamiento de una nueva transversalidad bajo el famoso lema “Unidos y Organizados”.
En este espacio kirchnerista y “no pejotista” conviven la Confederación Socialista Argentina, cuyos referentes son el diputado nacional Jorge Rivas; el secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete, Oscar González, y el ex intendente de Rosario Héctor Cavallero (que viene de juntar en un acto una apreciable cantidad de militantes en tierra firme de otro socialista no kirchnerista, Hermes Binner); Forja o ex radicales K, cuya cara visible es Gustavo López, subsecretario general de la Presidencia; el Frente Grande del que participan la ministra de Seguridad, Nilda Garré y la diputada nacional Adriana Puiggrós; el Partido Para la Victoria, de los diputados Roberto Feletti y Diana Conti; el Partido Intransigente, del ex diputado Gustavo Cardesa; el Partido Comunista del Congreso Extraordinario comandado por Jorge Pereyra, y el Partido Humanista de Lía Méndez.
El leitmotiv que la Presidenta acuñó el último 27 de abril en el estadio de Vélez, organizado por el riñón cristinista de La Cámpora, Movimiento Evita, Kolina y Nuevo Encuentro, entre otros, motivó a estos espacios a organizarse como colectivo.
“Vimos la necesidad de organizarnos con el objetivo de apoyar al Gobierno y profundizar el modelo para frenar cualquier avance de la derecha por fuera y por dentro del kirchnerismo”, explicó a Veintitrés Gustavo López. Si bien no hubo una directiva explícita de la Presidenta, lo cierto es que vio con buenos ojos la iniciativa de estos partidos. Es más, como gesto explícito por parte del Ejecutivo, el vicepresidente Amado Boudou suele participar de diversos actos en todo el país que organizan muchos de estos partidos. En política, esa foto significa el visto bueno de CFK y el guiño de que van por el buen camino. “Fue a partir del acto de Vélez y como consecuencia de un profundo análisis político que vimos la necesidad de organizarnos”, continuó el representante de Forja.
Oscar González, que conforma la reciente Confederación Socialista Argentina, como espacio que nuclea a varias de las organizaciones socialistas del país, cree que después de Vélez surgió la necesidad de confirmar una “izquierda popular”. “Lo interesante de este espacio es que cada fuerza reivindica su propia tradición político-cultural pero todos trabajamos para fortalecer la radicalidad democrática o, como muchos dicen, la profundización del modelo”, explicó a esta revista el miembro de la Jefatura de Gabinete.
Por ahora, todos coinciden en que están en una fase preliminar de búsqueda y diálogo pero de modo más informal. Todavía no hubo ni un encuentro ni un comunicado oficial de este nuevo conglomerado de partidos que se apresta a actuar mancomunadamente. El tema fundamental que está en el tapete y en el cual van a centrar las conversaciones es en el debate por la reforma constitucional y la posible “re-reelección”.
Por otra parte, también está claro que deben fortalecerse de cara a 2013 pero, más que nada, la gran energía estará focalizada en el 2015. Saben que el enemigo que hay que sortear no es fácil y muchos lo identifican inclusive en el propio movimiento. El nombre y apellido nadie lo dice pero todos lo dan a entender: Daniel Scioli. Si hay algo que tienen en claro muchos de los referentes de estos partidos es que no contarán con ellos en un posible volantazo a la derecha. Por supuesto que deberán articular con otros espacios políticos que integran el kirchnerismo y que muchos se convirtieron en su columna vertebral, como la agrupación del hijo presidencial. “Unidos y Organizados” es el gran desafío y, como todo desafío, lo que hay por delante es una gran oportunidad.
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http://veintitres.infonews.com/nota-5306-politica-La-nueva-transversalidad.html
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