El 13 de diciembre de 1907, la Dirección General de Minas, Geología e Hidrología a cargo del ingeniero Enrique Hermitte (Ministerio de Agricultura) descubrió petróleo en Comodoro Rivadavia.
Por:
Federico Bernal
La historia oficial escrita y divulgada por los vencedores de Pavón atribuyó el hallazgo a una simple casualidad. De esta suerte y como en infinidad de otros pasajes claves de nuestra historia, la realidad fue tergiversada. En el caso del petróleo, había nacido la Zoncera del Agua (buscaban agua y mágicamente apareció petróleo). Era necesario borrar de un plumazo el rol estratégico que toda una generación de ingenieros, técnicos y trabajadores, y al frente del Estado, habían tenido en el histórico hecho.
Sin embargo, lejos estuvo el 13 de diciembre de ser un acontecimiento fortuito. Por el contrario, se trató de uno deliberadamente planificado por un Estado eficiente y consciente de la necesidad de erigir los pilares de la soberanía energética nacional. ¿Por qué entonces la Zoncera del Agua? Porque el mito del descubrimiento azaroso borra el prestigio necesario mediante el cual la ciencia en acción, y produciendo excelentes resultados, provoca en las nuevas generaciones el estímulo fundamental (vocación) por las profesiones de mayor importancia, para el desarrollo independiente de nuestra ciencia y tecnología (investigación científica aplicada a las necesidades del país); todos, pilares fundamentales de la industrialización y del progresivo desarrollo en salud, educación, bienestar social, etcétera. En segundo lugar, porque inhibe el desarrollo de una conciencia nacional colectiva acerca de la importancia del petróleo y gas natural. Y en tercero, consecuencia del anterior, porque nutre la falacia de creernos ineficientes, que el Estado es mal administrador y que, por ende, estamos incapacitados para explotar los recursos del propio país.
Pero la Argentina real avanzó igual. El hallazgo de 1907 obligó a extender las atribuciones de la Dirección de Minas, la cual tres años después pasaría a denominarse Dirección General de Explotación de Petróleo. La Argentina se colocaba a la vanguardia de la explotación estatal, luego ratificada con la creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales en 1922, precediendo de hecho a las empresas de petróleo estatales de muchos países industrializados: Francia (1924), Alemania (1935), Italia (1953), Japón (1967), Suecia (1969) y Canadá (1975), así como a las petroleras latinoamericanas (Petrobras fue inaugurada en 1954).
Apenas creada, el primer director de YPF, el general Enrique Mosconi, asumió el cargo de la petrolera. Sin solicitar un solo dólar al extranjero, financiada con el petróleo que extraía, Mosconi desarrolló una de las más importantes industrias petroleras del continente, piedra basal de muchas de las actuales empresas nacionales latinoamericanas de hidrocarburos. Noventa años transcurrieron desde la creación de YPF. Noventa años que encuentran al programa histórico nacional y popular –renacido en 2003 después de casi medio siglo de persecución, proscripción y ausencia– gobernando el presente y los destinos del país.
En materia energética, mucho se ha revertido el modelo neoliberal entre 1976 y 2003. A 2011, las inversiones en el sector por más de $ 76 mil millones (72% provinieron del Estado Nacional), permitieron la mayor modernización de la historia. Es hora pues, de que el modelo de desarrollo vigente tenga la empresa hidrocarburífera que se merece. Es tiempo que los españoles con mentalidad y accionar de conquistadores, así como los empresarios argentinos que no han querido estar a la altura del desafío sean sustituidos por las 23 provincias, por el solvente y eficiente Estado, por sus 40 millones de ciudadanos, por sus pymes, y, fundamental, por las principales petroleras estatales de la gran Nación Sudamericana, petroleras a las que tanto contribuyó en fundar el mismísimo Mosconi.
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http://www.infonews.com/2012/04/12/politica-17585-hacia-una-ypf-de-y-para-todos.php
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