Las redes sociales son estructuras sociales: son el mapa de las relaciones que se establecen entre los seres humanos en tanto seres sociales. No las inventó nadie, no son nuevas, no son virtuales ni superfluas. En virtud de la red social, los hijos no fecundan a sus madres. En virtud de su ausencia, dos árboles “hermanos” ignoran que lo son. Por imperio de la red social conozco mi historia o la desconozco, respeto a mis mayores o los aborrezco, y los amigos de mis amigos son mis amigos. Con las redes sociales en mente, dime con quién andas y te diré quién eres.
La sociedad se entreteje en redes, y no es sensato analizarlas o pronosticar acerca de ellas si no se las hace visibles, tangibles y comprensibles.
Si nos referimos a las redes sociales con sustento en la internet, el paralelo no es casual, dado que se conforman por la misma lógica. La compleja teoría de las redes puede aportarnos un interesante caudal de conocimiento, pero no es necesario entenderla acabadamente para vivir y desenvolvernos cómodamente en ellas.
Aún así, considero que hay una mala interpretación demasiado extendido acerca de las redes sociales de internet, producto -en su mayor parte- de la tradicional falta de flexibilidad de los mayores para interpretar los cambios y, en menor medida, del propio nombre dado a este fenómeno, que oculta su carácter comunicacional: las llamadas “redes sociales” son medios de comunicación masivos e interactivos. Ni más ni menos.
Dicha interactividad se produce dentro del alcance de la red en la que se involucra cada usuario, y cuanto más amplia fuera, mayor interactividad permitiría, pero eso no es lo más importante.
La relevancia de este novedoso aparataje consiste en que los -hasta hoy- inquebrantables relatos del periodismo, son minados por ejércitos de usuarios que discuten hasta el último punto de cada noticia que leen. Sólo la necedad más recalcitrante dejaría de percibir que los diarios se ven obligados a cambiar sus titulares frente a una acción conjunta de cibberusuarios que denuncian errores, falsedades u omisiones.
Sólo la necedad más recalcitrante pontificaría que “Doña Rosa no usa internet”, como si esa afirmación de dudoso gusto tuviera algún peso para el análisis de la cuestión. ¡Que no use! “Doña Rosa” es una entelequia, es como decir que “Don Eladio no mira la tele” o que “Martha detesta la radio”. La cuestión es que en la Argentina hay una computadora cada cuatro habitantes, un acceso a banda ancha cada tres y, según datos del censo de 2010, .“sobre la cantidad de accesos, se registraron un total de 4,1 millones en residencias, de los cuales 3,9 millones correspondieron a cuentas de abono y el resto a usuarios free. En tanto, los accesos de organizaciones a Internet sumaron 852 mil, de los cuales 851 mil son cuentas de abono”
Ciberactivismo y militancia.
“La verdadera militancia está en la calle” es otra frase absurda, hueca, inconsistente y remanida que se repite mucho y no significa nada. ¿Qué hace el militante en la calle? Comunica, cosa que también hace el militante en las redes. Discúlpenme los cultores de esta cantinela, pero no veo banquitos en los parques donde los militantes se paren a discutir temas políticos, bajar línea o producir mitines multitudinarios. Las bombas anarquistas pasaron de moda por cantidad de motivos que no viene al caso enumerar. “NO, LA MILITANCIA ESTÁ CON LA GENTE QUE NECESITA”. Así, con mayúscula (que en las redes significa ‘a los gritos’). De esa afirmación se desprende que la única militancia consiste en la asistencia social, lo que además de ser inexacto y escaso, excluye el hecho que mediante una cadena comunicacional efectiva en la red, se puede informar al resto de la población del modo de hacer llegar su aporte y ayuda a quienes lo necesiten. Aporte y ayuda coordinados territorialmente, sin duda alguna.
“En las redes no podés saber si te están mintiendo”. Ah, porque cara a cara te das cuenta volando, no… si a vos no se te escapa una. Nadie te dijo una mentira cara a cara, nadie te traicionó. Nunca te estafaron. Capo. ¿Puedo ser tu amiga?
“Estamos todos dispersos” ¿Perdón? ¿No somos los mismos en todos lados, a pesar de mayores o menores desencuentros? ¿Nunca notaste el movimiento de enjambre que se produce frente a una acción concreta? No es el SITIO el que establece la red, sino la RED la que propone los sitios. Esa red que conforman los ciberactivistas, de comunicación, de información y, en muchos casos, de afecto, se traslada, flexible, al sitio en donde se proponga la ciberacción. Hoy será en tal muro, mañana en tal plataforma y pasado por mail. La red ya está generada, y se mueve JUNTA hacia un objetivo QUE ES SOCIAL, PORQUE LA RED LO ES.
Lo más escandaloso es que esto lo discuten ¡los ciberactivistas! Suena más a complejo de culpa por no estar en las barricadas que a una lectura adecuada del fenómeno. No hay barricadas. En los locales partidarios hay computadoras, y detrás de ellas, hay militantes comunicando y comunicándose entre sí.
Ahora, si querés ir casa por casa, tocar timbre y entregar un panfleto, para llegar a treinta en lugar de a trescientos, pero con las piernas cansadas y la satisfacción del deber cumplido, dale, hacelo. Hacelo y no jodas más que me tenés podrida.
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http://perraintelectual.com.ar/no-es-un-pajaro-no-es-un-avion-es-el-presente.htm
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