“Si te arrancan al niño, que llevamos por dentro,
Si te quitan la teta y te cambian de cuento
No te tragues la pena, porque no estamos muertos
Llegaremos a tiempo, llegaremos a tiempo
Si te anclaran las alas, en el muelle del viento
Yo te espero un segundo en la orilla del tiempo
Llegaras cuando vayas más allá del intento
Llegaremos a tiempo, llegaremos a tiempo…
Si te abrazan las paredes desabrocha el corazón
No permitas que te anuden la respiración
No te quedes aguardando a que pinte la ocasión
Que la vida son dos trazos y un borrón
Tengo miedo que se rompa la esperanza
Que la libertad se quede sin alas
Tengo miedo que haya un día sin mañana
Tengo miedo de que el miedo, te eché un pulso y pueda más
No te rindas no te sientes a esperar
Si robaran el mapa del país de los sueños
Siempre queda el camino que te late por dentro
Si te caes te levantas, si te arrimas te espero
Llegaremos a tiempo, llegaremos a tiempo…
Mejor lento que parado, desabrocha el corazón
No permitas que te anuden la imaginación
No te quedes aguardando a que pinte la ocasión
Que la vida son dos trazos y un borrón
Tengo miedo que se rompa la esperanza
Que la libertad se quede sin alas
Tengo miedo que haya un día sin mañana
Tengo miedo de que el miedo te eché un pulso y pueda más
No te rindas no te sientes a esperar
Solo pueden con tigo, si te acabas rindiendo
Si disparan por fuera y te matan por dentro
Llegaras cuando vayas, más allá del intento
Llegaremos a tiempo, llegaremos a tiempo…”
Rosana
La autora e intérprete es española, pero el tema parece que hubiera sido escrito para la Argentina del siglo XXI…
“No se puede”… “Es lo único que se puede hacer” … “No hay otra alternativa” … Eso fueron los noventa. El “Pensamiento Único” neoliberal. El fatalismo político. Los “astrólogos” (John Weeks dixit) neoliberales conduciendo el barco hacia el seguro naufragio…
2001 … Final inevitable … La plata “acorralada” en los Bancos, enormes niveles de desocupación, cuarenta y pico de meses de recesión, festival de cuasi monedas, llamamientos masivos al voto en blanco, un helicóptero con un inepto que huye, cinco presidentes en siete días, asambleas populares, clubes del trueque …
“¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!” es un canto angustiado al nihilismo… Es el canto de una sociedad desesperada y desesperanzada, a quien todos engañaron, que ya no cree en nadie. De una sociedad que está dispuesta a realizar un último y glorioso salto hacia la muerte.
Pero rara vez las sociedades se suicidan. La sociedades, si llegaron al fondo del mar, al último de los infiernos, buscan salir de allí.
¿Cuál es la alternativa al nihilismo del “que se vayan todos”? …
Pues es simple : si no confío en nadie me tengo que comprometer personalmente en las cuestiones sociales. La democracia no es sólo votar. También es participar, movilizarse, opinar, informarse, dedicar tiempo y esfuerzo a tratar de resolver los problemas. La única alternativa real al nihilismo es la militancia, porque el nihilismo es la muerte, y la militancia es una apuesta a la vida.
Y los argentinos elegimos bien.
Parados en una estrecha cornisa entre una pared y un abismo, la primera reacción de muchos fue saltar. Iba a ser el final, pero a lo grande.
Luego empezó el cambio, inevitable. Saltar no es ninguna solución. La solución es unirnos y construir un puente hacia nuestros sueños, hacia nuestras esperanzas : la solución es la militancia…
¿Qué es un militante? … No es un marciano, ni el monstruo que nos presentan los medios oligopólicos cartelizados cuando demonizan a alguna organización. El militante es una persona común y corriente, que tiene un trabajo, una familia y responsabilidades. Que a veces estudia y trabaja. Pero es una persona que, concluida la jornada, en lugar de sentarse en el sillón del living a ver la televisión, se acerca a su local partidario, al local de su organización, sea esta cual sea, y lleva “un ladrillo” : lleva su tiempo y su esfuerzo. Todos los días ve como esa cornisa se ensancha porque el puente va creciendo, y ve como sus sueños están cada vez más cerca.
Mucha gente ajena al kirchnerismo se asombró en la tarde del 27 de abril de 2012 ante el espectáculo que se vio en la cancha de Vélez Sarsfield
Algunos, que siguen atrapados en un nihilismo incurable, continúan con sus diatribas frente al espectáculo de 120.000 personas, miles más o miles menos, en su mayoría jóvenes, con las camisetas y banderas de sus organizaciones, en un festival de una policromía impactante, escuchando con entusiasmo a un dirigente político.
Frente a esto, estas otras personas a las que hacíamos referencia antes sólo logran manifestar su desprecio.Les pasa lo mismo que les pasó el 17 de octubre de 1945, y tantas otras veces. No entienden que, aunque ellos no compartan o no acompañen esos cambios, están frente a un fenómeno social de una magnitud muy importante.
Otros, más inteligentes, racionales y analíticos, se sorprenden positivamente. Una amiga totalmente ajena al kirchnerismo me envió ayer durante el acto un mensaje de texto con su celular : “Es increíble la cantidad de gente que hay”, y luego “Me alegra ver interés por la política. Día histórico”.
La sociedades no se suicidan.
Argentina era, en 2001, un paciente en coma conectado a decenas de aparatos, que mantenían al organismo funcionando artificialmente.
La peleamos.
Nos pusimos de pie.
Conseguimos muchas cosas, algunas totalmente impensables.
Vamos por más.
Queremos terminar el puente hacia nuestros sueños.
¿Quién dijo que no se vuelve de la muerte?
Adrián Corbella, 28 de abril de 2012.