Bonadio avanza junto a Magnetto sobre la intimidad presidencial, mientras alecciona a los candidatos: más mercado y menos Estado. Por primera vez en la historia, surge una lista de fugadores seriales. Quién pide el golpe.
Arriba: Claudio Bonadío
Abajo: 200 millones de dólares. Los evadidos a Suiza por el HSBC son QUINCE VECES MÁS
Aunque por debajo no hizo muchas olas, la del 27N fue una jornada de las más frenéticas e intensas que vivió la Argentina para los que acostumbran a mirar el país desde arriba. Varias cosas pasaron en simultáneo ese jueves. La AFIP denunció una maniobra de evasión de 4040 cuentas no declaradas en Suiza a través del private banking del HSBC por más de 3000 millones de dólares. El juez federal Claudio Bonadio se presentó con la policía de Mauricio Macri ante la misma AFIP para exigir las declaraciones juradas de impuestos del extinto ex presidente, Néstor Kirchner, de la actual presidenta, Cristina Kirchner, y de los hijos de ambos, Máximo y Florencia. Y el Foro de la Convergencia Empresarial, con Héctor Magnetto en primera fila, impuso a la clase política de su pliego de condiciones poskirchnerista: en el futuro próximo, ordenaron –ese es el verbo aplicable– tendrá que haber menos Estado y más mercado en la economía.
Todo pasó en menos de 24 horas. La difusión pública del listado acotado a Suiza pero listado al fin de presuntos evasores fiscales, parte insignificante del pelotón de fugadores de divisas que atesoran 400 mil millones de dólares en el exterior, donde figurarían accionistas, socios y directores de las más importantes empresas del establishment local, como Cablevisión o Clarín. La lunática arremetida de Bonadio contra la presidenta, sus hijos y su ex marido fallecido en su tiroteo personal con el gobierno que intenta transformar un mero asunto administrativo de la empresa Hotesur –hay que recordar que el matrimonio presidencial ya fue investigada por supuesto enriquecimiento ilícito y sobreseído– en una suerte de leading case de la corrupción sideral con ayuda de los accionistas de las empresas que editan, casualmente, los diarios opositores Clarín y La Nación, como para ir zafando de las acusaciones que sobre él pesan en el Consejo de la Magistratura y, de paso, esmerilar la figura presidencial que venía recuperando apoyo en la sociedad, según las encuestas. Y la reunión, en la sede de la UCA, del Foro neoliberal, con el Magnetto de Clarín, Techint, la Sociedad Rural, el presidente del HBSC denunciado por la AFIP y el inclasificable Momo Venegas advirtiendo que el país que se viene, después de Cristina, vuelve a ser el de los empresarios que hacen y deshacen a su antojo sin intervenciones de políticos populistas en sus planes de negocios.
Son demasiadas cosas juntas para un solo día. Mejor ir por partes. La lista de la AFIP identifica a buena parte del poder económico del país, con cuentas secretas en Suiza y evadiendo Ganancias, IVA y Bienes Personales. Nunca un gobierno llegó tan lejos en este tema. Hasta hora, la fuga de divisas del sistema era materia de estudio académico y mención gaseosa, innominada en los discursos políticos y empresarios, como un mal de carácter natural. Los fugadores dueños y accionistas de los diarios conservadores lograron instalar en la subjetividad social que enviar plata no declarada al exterior no era asunto de evasores, es decir, de personas o empresas que violaban la Ley Penal Tributaria sino de gente más o menos ingeniosa que ponía su capital bienhabido a resguardo de las periódicas crisis económicas que atravesaba el país. No se los disculpaba desde el discurso, pero se los comprendía. En realidad construyeron un sentido común donde prevalecía, no la mirada sistémica que relaciona con lógica elemental que esas mismas crisis mucho le debían la Patria Fugadora que privó de un Producto Interno Bruto (PIB) completo a la Argentina para inversiones dentro de su propia geografía social y territorial, sino que reescribieron algo así como un Martín Fierro al revés, donde la víctima era el poderoso que escapaba con su plata a otras latitudes perseguido por un Estado siempre malandra y haragán. Para contextualizar la maniobra, y no insistir en el listado que ya se hizo público y puede consultarse aquí (http://www.infonews.com/2014/11/27/politica-174432-la-lista-completa-de-empresas-con-cuentas-ocultas-en-suiza.php), conviene releer un trabajo del Cefid-Ar (Centro de Información y Finanzas para el desarrollo de la Argentina) de diciembre del 2013, encarado por los especialistas Jorge Gaggero, Magdalena Rúa y Alejandro Gaggero, precisamente, sobre este tema: "Una característica importante es que, según los datos disponibles, la mayor parte de la fuga correspondería a capitales no declarados. Comparando el stock de capitales fugados obtenido con los datos del Indec correspondientes al año 2010 (U$S 175.024 millones) contra el stock de activos situados en el exterior declarados por los contribuyentes a través de sus Declaraciones Juradas del Impuesto sobre los Bienes Personales –publicado por el Anuario de Estadísticas Tributarias de AFIP, año 2011, período fiscal 2010– en el organismo recaudador (U$S 14.370 millones, al tipo de cambio de ese momento), podemos concluir que los residentes argentinos sólo han declarado alrededor de una décima parte del total de activos que calcula el Indec (…) El trabajo de Henry (2012), que estima valores de riqueza offshore para el año 2010, ubica a la Argentina en el cuarto lugar de América Latina y en el octavo entre el total de países del 'Sur' del mundo (considerado en sentido amplio, vale decir incluyendo a China y Rusia), en valores absolutos. Sólo China, Rusia, Corea y Kuwait la superan –en ese orden– fuera de la región y Brasil, México y Venezuela –también en orden de importancia– en América Latina. Ahora bien, si se consideran las relaciones riqueza offshore / PIB medido en dólares corrientes (2010) –un indicador útil para calibrar la gravedad relativa del fenómeno entre diversos países–, la Argentina ocupa el tercer puesto (después de Trinidad y Tobago y Panamá) en el ranking regional de la fuga de capitales de América Latina y el Caribe, y el cuarto lugar del 'Sur' del mundo, dado que Kuwait muestra la peor performance (en consecuencia, muy probablemente también se destaca en el nivel incumplimiento tributario asociado a la fuga). La relación riqueza offshore / PIB (medido en dólares corrientes) de Argentina, algo superior a 1, cuadriplica la de Brasil (24% aproximadamente) y es cerca de dos veces y media más elevada que la de México (40% aproximadamente). Por otro lado, si se realiza esa misma relación pero contemplando los PIB estimados de acuerdo a la "Paridad del Poder Adquisitivo" (PPP) de las monedas –un indicador que permite la comparación entre distintos países eliminando los diferentes niveles de precios que existen entre ellos–, la Argentina se ubica en el cuarto lugar de América Latina y el Caribe, y en el quinto lugar del 'Sur' del mundo".
Como se ve, le debemos a nuestra élite un lugar exitoso en el podio mundial de fugadores. La AFIP intimó a los integrantes del listado para que pagaran sus impuestos y trajeran su dinero, ya en blanco, al país. La Ley de Blanqueo, pese a que era generosa porque suspendía las derivaciones penales para los evasores siempre y cuando no tuvieran dinero producto de la trata o el narco, apenas logró repatriar algo más de 1000 millones de dólares. Bueno, ahora la AFIP los denunció ante el fuero Penal Tributario y se armó gran revuelo. ¿Qué puede pasar de aquí en más? El autor de estas líneas es optimista con la información y la conciencia que esta puede generar (permite ver las caras a los beneficiarios de la operatoria del HSBC, descubre un robo al fisco) aunque pesimista con los resultados inmediatos: no hay casi condenados por evasión en la historia reciente, gracias a la acción de abogados, contadores, lobbistas y consultores económicos con pantalla que los protegen. Habrá alguna multa al banco, se confirmará que los banqueros y empresarios tienen bastante merecida la desconfianza que la ciudadanía le atribuye a sus chanchullos y no mucho más, por el momento.
Porque la pelea sigue siendo política.
A LOS TIROS.
Al amante de las pistolas Glock que ejerce de juez federal hace más de 20 años, cosechó 60 denuncias en su contra y tiene diez pedidos concretos de destitución, que en menos de 72 horas allanó la sede constituida de Hotesur y exigió de modo prepotente las declaraciones juradas de la familia presidencial, le corresponde un mérito cristalino: desnudó por torpeza innata que está en abierta guerra personal con el oficialismo y no encabezando una cruzada contra las prácticas corruptas de la política en general. Si el "mani pulite" en la Argentina viene asociado a su historial de Tandanor, muerte de hemofílicos y la tragedia de Once, su accionar quedará retratado en una decena de tapas negativas y catastróficas de Clarín y La Nación, no mucho más. Bonadio no es el fiscal Campagnoli, aunque este último haya querido protegerlo con su capa de dudoso superhéroe armada con papeles de diario. Campagnoli tuvo decenas de denuncias por mal desempeño y abusos diversos, su ideología es reprochable desde el más sensato progresismo democrático. Su conservadurismo irrita, su antikirchnerismo clarinesco es evidente. Pero, hasta donde se sabe, nunca ejerció el comercio en simultáneo con su actividad en el Poder Judicial.
En el despliegue de Bonadio hay parcialidad, enojo manifiesto, y hasta podría decirse que un trato insidioso hacia la mujer titular del Poder Ejecutivo. No porque la presidenta no puede ser allanada (en una República, todos somos iguales ante la ley, incluso la presidenta), sino porque la saña, el tufillo a operación política, el encarnizamiento con sus hijos –que no son los del menemismo que lo convirtió en magistrado–, el abastecimiento logístico de Clarín y La Nación para justificar sus procederes, impone una mínima cuota de sensatez general como para decir lo obvio: la presidenta merece idéntico trato que los otros, nunca uno peor. La inversión de la carga de la prueba en asuntos del funcionariado es una cosa. Casi la misma que le corresponde al juez. Pero usar la figura presidencial para blindarse de las acusaciones –y esto dicho por fuera de las defensas apologéticas de Cristina Kirchner que salen del riñón oficial– se parece mucho a levantar un falso escudo personal que pisotea instituciones garantes de la convivencia democrática. Bonadio debe dar explicaciones en el Consejo de la Magistratura, como las viene dando Norberto Oyarbide: no por avanzar sobre la presidenta, esto es lo de ahora, hay otros antecedentes que aquí se enumeran (http://www.telam.com.ar/advf/documentos/2014/11/54776d7dac109.pdf).
Desconectar su accionar del contexto sería ingenuo. Detrás de su avance alocado se oculta la oposición de la judicatura conservadora al gobierno. La lista del radical antikirchnerista Ricardo Recondo ganó las elecciones de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional que buscan frustrar el nuevo Código Procesal Penal que quita el poder discrecional a los jueces federales y se lo da a los fiscales que dependen de Alejandra Gils Carbó, funcionaria a la que aborrecen por lo que tiene de bueno: no pertenece a ninguna cofradía reaccionaria del único poder que, del '83 a la fecha, sigue resistiendo los cambios democráticos convirtiéndose en los hechos en la trinchera de los intereses del poder económico, el mismo que fuga los capitales.
A propósito, la charla entre Recondo y Jorge Lanata en Radio Mitre del viernes 28 es de antología. Si Bonadio es un jugador rústico, Recondo es un combatiente nepalí en operaciones. Hablan sobre el asunto de Hotesur y el jury en el Consejo contra el magistrado:
Lanata: ¿Bonadío es el nuevo Campagnoli?
Recondo: Van a tratar, sí…. Acá lo grave que puede suceder, que no sucedía cuando estábamos nosotros, es que si bien necesitan los dos tercios para hacerle un jury a un juez, con simple mayoría le pueden imponer una sanción y la acumulación de sanciones es causal de juicio político. Entonces pueden hacer este recorrido para tratar de parar la investigación. Esto es escandaloso, pero en este país lo escandaloso parece rutinario. Es tan burdo que no van a conseguir los dos tercios, es como cuando la doctora Gils Cargó quiso asociar a 200 empleados de ella para ganarnos la elección en el Consejo, que igual no hubiera podido ganarnos. Son maniobras de un país bananero (…)
Lanata: El gobierno desde el Código Civil en adelante encaró algunas reformas. Algunas las logró, y en otras fracasó, como el caso de la democratización de la Justicia. ¿Cómo se imagina que van a quedar esas normas en un nuevo gobierno?
Recondo: Mi idea es que si el gobierno que venga se pone a tratar de deshacer el ovillo como Penélpe se le van a pasar los cuatro años y después lo van echar porque no ha podido hacer ninguna gestión. Yo creo que esto tiene que ser un golpe de cirugía mayor donde se tiene que dejar sin efecto todo esto (…) Bueno, quien venga va a tener que hacer cirugía mayor. Va a tener que decir "acá, esto, se cortó todo". Los 50 mil empleados que están nombrando por todos lados cesaron en el mismo momento, se derogan esas leyes. Porque si no, le digo, va a pasar que se van a pasar peleando…
En fin, Recondo quiere "un golpe de cirugía mayor". Se presume que habla de una política pública del sucesor democrático a este gobierno, ¿no? Ay, el inconsciente freudiano… Menos mal que hay elecciones, los militares están en los cuarteles y la Argentina es distinta a la que fue en el siglo XX. Cuánta nostalgia sienten algunos, que no pueden reprimir ante el micrófono las ganas de volver a lo que ya no va a volver. Nunca más.
MAGNETTO VIVE.
Estaba allí, en primera fila, junto a José Aranda, a unos metros del presidente del HSBC, Gabriel Martino, en el salón "Juan Pablo II" de la Universidad Católica Argentina. Detrás de su nuca, aparecía Venegas. Desafiante y feliz, acunado por la sonrisa de sus pares para la foto, el ideólogo de la oposición política y mediática al kirchnerismo, el jefe del neoliberal Foro de la Convergencia Empresarial, escuchaba lo que el representante de Techint, Luis Betnaza, tenía para decirle a la clase política: "Yo no creo que haya un debate entre el Estado y el Mercado. Creo que el Mercado le va a ganar al Estado, y el debate es cómo liberar las fuerzas del mercado para producir." Sentados, disciplinados, haciendo banquito, estaban Mauricio Macri, Sergio Massa, Ernesto Sanz, Julio Cobos y Hermes Binner. Según la crónica de Infonews, "los empresarios presentaron una serie de estimaciones propias en caso de aplicar un programa económico de liberalización económica. Esto incluye U$S 73 mil millones en exportaciones de las automotrices, U$S 37 mil millones de intercambio con Brasil, U$S 24 mil millones de inversión para 15 proyectos mineros, y U$S 200 mil millones en exploraciones de petróleo, de las cuales U$S 140 mil millones serán en no convencional (…) Por el lado del sector financiero, Claudio Cesario, de la Asociación de Bancos de Argentina (ABA) sostuvo que podemos financiar hasta U$S 500 mil millones. Hay que recuperar la confianza. Hay U$S 220 mil millones de dólares en el exterior (NdR: se calcula, exactamente, que son 399 mil millones). También podemos conseguir U$S 20 mil millones de inversión extranjera."
Traducido: si el gobierno democrático hace lo que los empresarios y banqueros que Magnetto lidera quieren, ellos se dejan de evadir y traen los capitales que fugaron al exterior durante todos estos años como autopréstamos. Quieren el gobierno. Y, una vez que lo vuelvan a tener, volver a diseñar un país donde el Estado, en vez de husmearle balances y cuenta en el exterior, los ayude a ganar más plata.
Lo de José María Arancedo, titular de la Conferencia Episcopal Argentina, no estuvo del todo mal, pareció una apelación cristinista, casi evangélica, frente a los barrabrava de la renta: "Agradezco cuando nos ayuden para las obras, pero el mayor acto de caridad es generar empleo (…) El verdadero liderazgo supera la prepotencia de poder. La ejemplaridad viene de arriba, de los que tienen algún tipo de responsabilidad."
Unos 500 empresarios lo aplaudieron protocolarmente. Ya habían presentado en sociedad su ultimátum devaluatorio: menos Estado, un dólar más caro, para retornarlos y comprar activos a bajo precio, y quedarse otra vez con el país, como cada diez años. A metros de allí, la AFIP denunciaba la mayor lista de evasores de la historia impositiva y Bonadio se llevaba las declaraciones presidenciales bajo el brazo como escudo de sí mismo y de todo un sistema conservador del privilegio.
Si algo dejó el 27N para comprender la excepcionalidad política del kirchnerismo es que bajo su gobierno se hicieron visibles los verdaderos engranajes oxidados del poder en la Argentina.
Eso, y el haber iluminado el escenario dramático donde todos, absolutamente todos, nos movemos.
Publicado en:
http://www.infonews.com/2014/11/30/politica-174719-entre-la-patria-fugadora-y-la-glock-del-magistrado-operativo-escudo-suiza-operativo-escudo.php
Abajo: 200 millones de dólares. Los evadidos a Suiza por el HSBC son QUINCE VECES MÁS
Aunque por debajo no hizo muchas olas, la del 27N fue una jornada de las más frenéticas e intensas que vivió la Argentina para los que acostumbran a mirar el país desde arriba. Varias cosas pasaron en simultáneo ese jueves. La AFIP denunció una maniobra de evasión de 4040 cuentas no declaradas en Suiza a través del private banking del HSBC por más de 3000 millones de dólares. El juez federal Claudio Bonadio se presentó con la policía de Mauricio Macri ante la misma AFIP para exigir las declaraciones juradas de impuestos del extinto ex presidente, Néstor Kirchner, de la actual presidenta, Cristina Kirchner, y de los hijos de ambos, Máximo y Florencia. Y el Foro de la Convergencia Empresarial, con Héctor Magnetto en primera fila, impuso a la clase política de su pliego de condiciones poskirchnerista: en el futuro próximo, ordenaron –ese es el verbo aplicable– tendrá que haber menos Estado y más mercado en la economía.
Todo pasó en menos de 24 horas. La difusión pública del listado acotado a Suiza pero listado al fin de presuntos evasores fiscales, parte insignificante del pelotón de fugadores de divisas que atesoran 400 mil millones de dólares en el exterior, donde figurarían accionistas, socios y directores de las más importantes empresas del establishment local, como Cablevisión o Clarín. La lunática arremetida de Bonadio contra la presidenta, sus hijos y su ex marido fallecido en su tiroteo personal con el gobierno que intenta transformar un mero asunto administrativo de la empresa Hotesur –hay que recordar que el matrimonio presidencial ya fue investigada por supuesto enriquecimiento ilícito y sobreseído– en una suerte de leading case de la corrupción sideral con ayuda de los accionistas de las empresas que editan, casualmente, los diarios opositores Clarín y La Nación, como para ir zafando de las acusaciones que sobre él pesan en el Consejo de la Magistratura y, de paso, esmerilar la figura presidencial que venía recuperando apoyo en la sociedad, según las encuestas. Y la reunión, en la sede de la UCA, del Foro neoliberal, con el Magnetto de Clarín, Techint, la Sociedad Rural, el presidente del HBSC denunciado por la AFIP y el inclasificable Momo Venegas advirtiendo que el país que se viene, después de Cristina, vuelve a ser el de los empresarios que hacen y deshacen a su antojo sin intervenciones de políticos populistas en sus planes de negocios.
Si algo dejó el 27N para comprender la excepcionalidad política del kirchnerismo es que bajo su gobierno se hicieron visibles los verdaderos engranajes oxidados del poder en la Argentina.
Son demasiadas cosas juntas para un solo día. Mejor ir por partes. La lista de la AFIP identifica a buena parte del poder económico del país, con cuentas secretas en Suiza y evadiendo Ganancias, IVA y Bienes Personales. Nunca un gobierno llegó tan lejos en este tema. Hasta hora, la fuga de divisas del sistema era materia de estudio académico y mención gaseosa, innominada en los discursos políticos y empresarios, como un mal de carácter natural. Los fugadores dueños y accionistas de los diarios conservadores lograron instalar en la subjetividad social que enviar plata no declarada al exterior no era asunto de evasores, es decir, de personas o empresas que violaban la Ley Penal Tributaria sino de gente más o menos ingeniosa que ponía su capital bienhabido a resguardo de las periódicas crisis económicas que atravesaba el país. No se los disculpaba desde el discurso, pero se los comprendía. En realidad construyeron un sentido común donde prevalecía, no la mirada sistémica que relaciona con lógica elemental que esas mismas crisis mucho le debían la Patria Fugadora que privó de un Producto Interno Bruto (PIB) completo a la Argentina para inversiones dentro de su propia geografía social y territorial, sino que reescribieron algo así como un Martín Fierro al revés, donde la víctima era el poderoso que escapaba con su plata a otras latitudes perseguido por un Estado siempre malandra y haragán. Para contextualizar la maniobra, y no insistir en el listado que ya se hizo público y puede consultarse aquí (http://www.infonews.com/2014/11/27/politica-174432-la-lista-completa-de-empresas-con-cuentas-ocultas-en-suiza.php), conviene releer un trabajo del Cefid-Ar (Centro de Información y Finanzas para el desarrollo de la Argentina) de diciembre del 2013, encarado por los especialistas Jorge Gaggero, Magdalena Rúa y Alejandro Gaggero, precisamente, sobre este tema: "Una característica importante es que, según los datos disponibles, la mayor parte de la fuga correspondería a capitales no declarados. Comparando el stock de capitales fugados obtenido con los datos del Indec correspondientes al año 2010 (U$S 175.024 millones) contra el stock de activos situados en el exterior declarados por los contribuyentes a través de sus Declaraciones Juradas del Impuesto sobre los Bienes Personales –publicado por el Anuario de Estadísticas Tributarias de AFIP, año 2011, período fiscal 2010– en el organismo recaudador (U$S 14.370 millones, al tipo de cambio de ese momento), podemos concluir que los residentes argentinos sólo han declarado alrededor de una décima parte del total de activos que calcula el Indec (…) El trabajo de Henry (2012), que estima valores de riqueza offshore para el año 2010, ubica a la Argentina en el cuarto lugar de América Latina y en el octavo entre el total de países del 'Sur' del mundo (considerado en sentido amplio, vale decir incluyendo a China y Rusia), en valores absolutos. Sólo China, Rusia, Corea y Kuwait la superan –en ese orden– fuera de la región y Brasil, México y Venezuela –también en orden de importancia– en América Latina. Ahora bien, si se consideran las relaciones riqueza offshore / PIB medido en dólares corrientes (2010) –un indicador útil para calibrar la gravedad relativa del fenómeno entre diversos países–, la Argentina ocupa el tercer puesto (después de Trinidad y Tobago y Panamá) en el ranking regional de la fuga de capitales de América Latina y el Caribe, y el cuarto lugar del 'Sur' del mundo, dado que Kuwait muestra la peor performance (en consecuencia, muy probablemente también se destaca en el nivel incumplimiento tributario asociado a la fuga). La relación riqueza offshore / PIB (medido en dólares corrientes) de Argentina, algo superior a 1, cuadriplica la de Brasil (24% aproximadamente) y es cerca de dos veces y media más elevada que la de México (40% aproximadamente). Por otro lado, si se realiza esa misma relación pero contemplando los PIB estimados de acuerdo a la "Paridad del Poder Adquisitivo" (PPP) de las monedas –un indicador que permite la comparación entre distintos países eliminando los diferentes niveles de precios que existen entre ellos–, la Argentina se ubica en el cuarto lugar de América Latina y el Caribe, y en el quinto lugar del 'Sur' del mundo".
Como se ve, le debemos a nuestra élite un lugar exitoso en el podio mundial de fugadores. La AFIP intimó a los integrantes del listado para que pagaran sus impuestos y trajeran su dinero, ya en blanco, al país. La Ley de Blanqueo, pese a que era generosa porque suspendía las derivaciones penales para los evasores siempre y cuando no tuvieran dinero producto de la trata o el narco, apenas logró repatriar algo más de 1000 millones de dólares. Bueno, ahora la AFIP los denunció ante el fuero Penal Tributario y se armó gran revuelo. ¿Qué puede pasar de aquí en más? El autor de estas líneas es optimista con la información y la conciencia que esta puede generar (permite ver las caras a los beneficiarios de la operatoria del HSBC, descubre un robo al fisco) aunque pesimista con los resultados inmediatos: no hay casi condenados por evasión en la historia reciente, gracias a la acción de abogados, contadores, lobbistas y consultores económicos con pantalla que los protegen. Habrá alguna multa al banco, se confirmará que los banqueros y empresarios tienen bastante merecida la desconfianza que la ciudadanía le atribuye a sus chanchullos y no mucho más, por el momento.
Porque la pelea sigue siendo política.
A LOS TIROS.
Al amante de las pistolas Glock que ejerce de juez federal hace más de 20 años, cosechó 60 denuncias en su contra y tiene diez pedidos concretos de destitución, que en menos de 72 horas allanó la sede constituida de Hotesur y exigió de modo prepotente las declaraciones juradas de la familia presidencial, le corresponde un mérito cristalino: desnudó por torpeza innata que está en abierta guerra personal con el oficialismo y no encabezando una cruzada contra las prácticas corruptas de la política en general. Si el "mani pulite" en la Argentina viene asociado a su historial de Tandanor, muerte de hemofílicos y la tragedia de Once, su accionar quedará retratado en una decena de tapas negativas y catastróficas de Clarín y La Nación, no mucho más. Bonadio no es el fiscal Campagnoli, aunque este último haya querido protegerlo con su capa de dudoso superhéroe armada con papeles de diario. Campagnoli tuvo decenas de denuncias por mal desempeño y abusos diversos, su ideología es reprochable desde el más sensato progresismo democrático. Su conservadurismo irrita, su antikirchnerismo clarinesco es evidente. Pero, hasta donde se sabe, nunca ejerció el comercio en simultáneo con su actividad en el Poder Judicial.
En el despliegue de Bonadio hay parcialidad, enojo manifiesto, y hasta podría decirse que un trato insidioso hacia la mujer titular del Poder Ejecutivo. No porque la presidenta no puede ser allanada (en una República, todos somos iguales ante la ley, incluso la presidenta), sino porque la saña, el tufillo a operación política, el encarnizamiento con sus hijos –que no son los del menemismo que lo convirtió en magistrado–, el abastecimiento logístico de Clarín y La Nación para justificar sus procederes, impone una mínima cuota de sensatez general como para decir lo obvio: la presidenta merece idéntico trato que los otros, nunca uno peor. La inversión de la carga de la prueba en asuntos del funcionariado es una cosa. Casi la misma que le corresponde al juez. Pero usar la figura presidencial para blindarse de las acusaciones –y esto dicho por fuera de las defensas apologéticas de Cristina Kirchner que salen del riñón oficial– se parece mucho a levantar un falso escudo personal que pisotea instituciones garantes de la convivencia democrática. Bonadio debe dar explicaciones en el Consejo de la Magistratura, como las viene dando Norberto Oyarbide: no por avanzar sobre la presidenta, esto es lo de ahora, hay otros antecedentes que aquí se enumeran (http://www.telam.com.ar/advf/documentos/2014/11/54776d7dac109.pdf).
Desconectar su accionar del contexto sería ingenuo. Detrás de su avance alocado se oculta la oposición de la judicatura conservadora al gobierno. La lista del radical antikirchnerista Ricardo Recondo ganó las elecciones de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional que buscan frustrar el nuevo Código Procesal Penal que quita el poder discrecional a los jueces federales y se lo da a los fiscales que dependen de Alejandra Gils Carbó, funcionaria a la que aborrecen por lo que tiene de bueno: no pertenece a ninguna cofradía reaccionaria del único poder que, del '83 a la fecha, sigue resistiendo los cambios democráticos convirtiéndose en los hechos en la trinchera de los intereses del poder económico, el mismo que fuga los capitales.
A propósito, la charla entre Recondo y Jorge Lanata en Radio Mitre del viernes 28 es de antología. Si Bonadio es un jugador rústico, Recondo es un combatiente nepalí en operaciones. Hablan sobre el asunto de Hotesur y el jury en el Consejo contra el magistrado:
Lanata: ¿Bonadío es el nuevo Campagnoli?
Recondo: Van a tratar, sí…. Acá lo grave que puede suceder, que no sucedía cuando estábamos nosotros, es que si bien necesitan los dos tercios para hacerle un jury a un juez, con simple mayoría le pueden imponer una sanción y la acumulación de sanciones es causal de juicio político. Entonces pueden hacer este recorrido para tratar de parar la investigación. Esto es escandaloso, pero en este país lo escandaloso parece rutinario. Es tan burdo que no van a conseguir los dos tercios, es como cuando la doctora Gils Cargó quiso asociar a 200 empleados de ella para ganarnos la elección en el Consejo, que igual no hubiera podido ganarnos. Son maniobras de un país bananero (…)
Lanata: El gobierno desde el Código Civil en adelante encaró algunas reformas. Algunas las logró, y en otras fracasó, como el caso de la democratización de la Justicia. ¿Cómo se imagina que van a quedar esas normas en un nuevo gobierno?
Recondo: Mi idea es que si el gobierno que venga se pone a tratar de deshacer el ovillo como Penélpe se le van a pasar los cuatro años y después lo van echar porque no ha podido hacer ninguna gestión. Yo creo que esto tiene que ser un golpe de cirugía mayor donde se tiene que dejar sin efecto todo esto (…) Bueno, quien venga va a tener que hacer cirugía mayor. Va a tener que decir "acá, esto, se cortó todo". Los 50 mil empleados que están nombrando por todos lados cesaron en el mismo momento, se derogan esas leyes. Porque si no, le digo, va a pasar que se van a pasar peleando…
En fin, Recondo quiere "un golpe de cirugía mayor". Se presume que habla de una política pública del sucesor democrático a este gobierno, ¿no? Ay, el inconsciente freudiano… Menos mal que hay elecciones, los militares están en los cuarteles y la Argentina es distinta a la que fue en el siglo XX. Cuánta nostalgia sienten algunos, que no pueden reprimir ante el micrófono las ganas de volver a lo que ya no va a volver. Nunca más.
MAGNETTO VIVE.
Estaba allí, en primera fila, junto a José Aranda, a unos metros del presidente del HSBC, Gabriel Martino, en el salón "Juan Pablo II" de la Universidad Católica Argentina. Detrás de su nuca, aparecía Venegas. Desafiante y feliz, acunado por la sonrisa de sus pares para la foto, el ideólogo de la oposición política y mediática al kirchnerismo, el jefe del neoliberal Foro de la Convergencia Empresarial, escuchaba lo que el representante de Techint, Luis Betnaza, tenía para decirle a la clase política: "Yo no creo que haya un debate entre el Estado y el Mercado. Creo que el Mercado le va a ganar al Estado, y el debate es cómo liberar las fuerzas del mercado para producir." Sentados, disciplinados, haciendo banquito, estaban Mauricio Macri, Sergio Massa, Ernesto Sanz, Julio Cobos y Hermes Binner. Según la crónica de Infonews, "los empresarios presentaron una serie de estimaciones propias en caso de aplicar un programa económico de liberalización económica. Esto incluye U$S 73 mil millones en exportaciones de las automotrices, U$S 37 mil millones de intercambio con Brasil, U$S 24 mil millones de inversión para 15 proyectos mineros, y U$S 200 mil millones en exploraciones de petróleo, de las cuales U$S 140 mil millones serán en no convencional (…) Por el lado del sector financiero, Claudio Cesario, de la Asociación de Bancos de Argentina (ABA) sostuvo que podemos financiar hasta U$S 500 mil millones. Hay que recuperar la confianza. Hay U$S 220 mil millones de dólares en el exterior (NdR: se calcula, exactamente, que son 399 mil millones). También podemos conseguir U$S 20 mil millones de inversión extranjera."
Traducido: si el gobierno democrático hace lo que los empresarios y banqueros que Magnetto lidera quieren, ellos se dejan de evadir y traen los capitales que fugaron al exterior durante todos estos años como autopréstamos. Quieren el gobierno. Y, una vez que lo vuelvan a tener, volver a diseñar un país donde el Estado, en vez de husmearle balances y cuenta en el exterior, los ayude a ganar más plata.
Lo de José María Arancedo, titular de la Conferencia Episcopal Argentina, no estuvo del todo mal, pareció una apelación cristinista, casi evangélica, frente a los barrabrava de la renta: "Agradezco cuando nos ayuden para las obras, pero el mayor acto de caridad es generar empleo (…) El verdadero liderazgo supera la prepotencia de poder. La ejemplaridad viene de arriba, de los que tienen algún tipo de responsabilidad."
Unos 500 empresarios lo aplaudieron protocolarmente. Ya habían presentado en sociedad su ultimátum devaluatorio: menos Estado, un dólar más caro, para retornarlos y comprar activos a bajo precio, y quedarse otra vez con el país, como cada diez años. A metros de allí, la AFIP denunciaba la mayor lista de evasores de la historia impositiva y Bonadio se llevaba las declaraciones presidenciales bajo el brazo como escudo de sí mismo y de todo un sistema conservador del privilegio.
Si algo dejó el 27N para comprender la excepcionalidad política del kirchnerismo es que bajo su gobierno se hicieron visibles los verdaderos engranajes oxidados del poder en la Argentina.
Eso, y el haber iluminado el escenario dramático donde todos, absolutamente todos, nos movemos.
Publicado en:
http://www.infonews.com/2014/11/30/politica-174719-entre-la-patria-fugadora-y-la-glock-del-magistrado-operativo-escudo-suiza-operativo-escudo.php
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