Leo en los diarios que el dólar “paralelo” (así llaman al
ilegal) no detiene su caída en un mercado acorralado por los controles
oficiales y cada vez más seco de
demanda. Ahora bien: según la más rancia teoría del comercio, cuando un
producto se vuelve escaso su precio tiende a subir. Al revés, si la cosa
abunda, el precio se mantiene estable o incluso baja. Bueno, parece que el
dólar ilegal no se rige por las leyes del mercado.
Nadie duda del “interés” que tiene el ciudadano medio pelo
argento por poner sus ahorros en dólares, más allá de qué enfermedad tenga en
el marote que lo justifique. Por eso llama extraordinariamente la atención que
cuando el acceso al ilegal más difícil se ha vuelto, debido a que arreciaron
los controles, las limitaciones y demás trabas, en lugar de subir en su valor…
baje. ¿Por qué sucede tal cosa?
No es tan difícil. El truco es que no se trata de un
comercio, y por lo tanto no está sujeto a las leyes del comercio. Es un crimen.
Cuanto más peligroso es el crimen, más difícil es encontrar a alguien que
quiera cometerlo. Entonces, el que “vende” el crimen tiene que “pagar más”
(esto es, ganar menos) para volverlo interesante. Por eso el precio del blue
baja, para hacerlo interesante ante los compradores temerosos de caer en una
redada de la AFIP.
Siendo un crimen, o un ilícito si quieren, es ridículo que
alguien use al dólar blue como estándar de valor, ¿No les parece? Por eso es que la insistente prédica de que
el desfasaje entre ilegal y el legal implica que el gobierno hace mal las cosas
en la economía es burda y falaz.
Ya alguno dijo que publicar el valor del blue en un medio
público (un diario cualquiera) era como publicar en el mismo medio el valor del
kilo de cocaína según su pureza. Pero no es muy comparable. Es más comparable
que los diarios publiquen cuánto anda cobrando un esbirro para ejecutar un
asesinato a pedido, y pretender que ese sea un valor de referencia para los
sueldos de la policía.
Por Carlos Morales
cmorales@citedef.gob.ar
Publicado en la sección CARTA DE LECTORES del diario Tiempo
Argentino del 30-11-14, pag. 24
[TIEMPO ARGENTINO no digitaliza sus cartas de lectores. La
digitalización de la misma es responsabilidad exclusiva del editor de MIRANDO
HACIA ADENTRO]
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