Siempre ha sido desigual la pelea entre las corporaciones y la política, pero, ¿tal es el pavor que hoy les genera este proyecto político, el nivel de organización y la conciencia de nuestro pueblo que han decidido utilizar las armas no convencionales de sus dispositivos mediáticos y jurídicos con tanta anticipación a la contienda electoral?
Es domingo 21 de diciembre por la mañana. Se repite el rito de ir hasta el quiosco de diarios y la charla amable con los compañeros canillitas. “Llevo los de siempre”, digo.
Con la pava y el mate en la mano, y esa pasión dominguera inalterable de repasar las noticias, editoriales, desatinos y contrapuntos que conlleva la prensa gráfica argentina de este tiempo, de repente veo en un golpe de vista la tapa del inefable pasquín.
Lo primero es la duda. ¿Será la mañana o la falta de concentración o realmente dice eso? ¿Dice lo que dice? ¿Dice Máximo? Si, dice Máximo.
La tapa del diario que en teoría leen más argentinos dice Máximo. No es la primera vez que lo mencionan, pero es la primera vez que lo nombran solo a él en el título central. Aún puede ser un error, ¡Pero no! Dice eso.
“Hotesur: la Justicia analiza el verdadero rol de Máximo”. Debajo desarrolla el título con una serie de imprecisiones, como que habría firmado dos papeles y luego viene un divague que se va esfumando en la nada.
La tapa tiene una sola explicación. El susodicho habló frente a 40.000 personas organizadas, marcando un punto de inflexión en el año político que se está cerrando y hay que alertar sobre lo que eso significa hacia el futuro.
El título traiciona el inconsciente de Clarín, ya que su operativo desgaste, que ahora se traslada a la figura de Máximo después de haber fracasado con sus 2.500 tapas negativas contra Cristina, trasluce la preocupación que lo desvela: el verdadero rol de Máximo.
Pero no ya en su comedia tardía de peritos contables que poca gente puede prestar atención a esta altura de los acontecimientos, sino por el rol real y el que verdaderamente le duele: Máximo es un cuadro político sensible, metódico y apasionado en el que los propios, los extraños, los amados por muchos y los “temidos” por pocos, ya avizoraron rasgos de sus padres.
Por eso, ese título bien podría haber sido: “Peligro: el poder analiza el verdadero rol de Máximo”. Hubiera sido más sincero de parte del Grupo.
Siempre ha sido desigual la pelea entre las corporaciones y la política, no es necesario detallar aquí la disparidad de recursos, pero, ¿Tal es el pavor que hoy les genera este proyecto político, el nivel de organización y la conciencia de nuestro pueblo que han decidido utilizar las armas no convencionales de sus dispositivos mediáticos y jurídicos con tanta anticipación por temor a enfrentar lo que pueda ser una ulterior contienda política?
Quizás habría que empezar, de una vez por todas, a llamar a las cosas por su nombre. No existe explicación, de otra manera, para dedicar una tapa a quien no sería un actor principal de la política o quizás lo sea para Clarín, y ha decidido anticipar los tiempos.
Ya lo hicieron con Néstor y Cristina, así que ya estamos acostumbrados al ataque sin ningún tipo de reparo, criterio, decoro o preocupación por la verdad y todas esas cuestiones que hacen a la dignidad de la vida. Pero lo que llama poderosamente la atención es la acción preventiva respecto del futuro de Máximo Kirchner. ¿Tan grande es el temor? Evidentemente sí.
La verdad, con tantos asesores que deben tener y con tanta plata que gastan en esas cosas, alguien debería decirles: aflojen un toque, se nota mucho…
Andrés Larroque
*Diputado Nacional y Secretario General de La Cámpora
Publicado en:
http://www.telam.com.ar/notas/201412/89734-aflojen-un-toque-se-nota-mucho.html
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