El lunes 24 de octubre a la noche, un grupo de vecinos del barrio de Villa Lugano (donde CFK ganó por el 50% de los votos) organizaron una “Choriceada de la Viktoria y la Alegría”, que se realizó en la calle Guaminí entre Unanué y Barros Pazos, sobre la vereda.
El menú incluía choripan y vacipan, preparados en una parrilla improvisada en la vía pública por un parrillero experto, el señor Walter. La comida se acompañó con vino tinto (en damajuana) y gaseosas varias, y contó con una concurrencia múltiple, ya que los vecinos habían invitado a los integrantes del cercano local de Kolina-Comuna 8, ubicado en Avenida Francisco Fernández de la Cruz 6460. Los integrantes de Kolina-8, en número de una veintena, concurrieron con sus banderas encabezados por dos de sus referentes, Victoria Montenegro y Ezequiel Gómez. También se acercaron algunos vecinos, amigos o parientes de alguno de los presentes, que, si bien eligieron el domingo otras opciones políticas distintas a la candidatura de Cristina Fernández, fueron atraídos por el humo nacional y popular de los choripanes.
Las paredes del predio frente al cual se realizó el asado, perteneciente a uno de los organizadores, se cubrieron con imágenes alusivas, tal como afiches de la campaña de CFK y algunos carteles realizados a mano haciendo referencia a los resultados de las elecciones del 23 de octubre, destacándose dos cuyas leyendas eran :
“A Néstor no lo enterramos, lo sembramos. Y éste es Tiempo de Cosecha”
Y
“Kris pasión 54%”
El asado fue una excusa para una animada charla política que se extendió por espacio de tres horas, y que sólo amainó al terminarse la comida y la bebida, y al irse haciendo muy tarde (la mayoría tenía que trabajar al día siguiente, levantándose algunos muy temprano. Kirchnerismo significa trabajo)., por lo que a eso de las 23.00 la concurrencia comenzó a retirarse.
Desmintiendo viejas leyendas urbanas, la comida fue pagada por los vecinos organizadores. El único clientelismo presente en dicho evento se realizó con aquellos vecinos no-kirchneristas (no más de media docena) que, aprovechando su amistad o parentesco con los organizadores, se arrimaron para obtener su choripán y su vaso de vino …
Por eso, y pese a cierta diversidad ideológica en algunos de los concurrentes, el poderoso aroma de los chorizos y el vacío actuaron como atenuadores de conflictos y crispaciones.
Por el contrario, todo el evento estuvo teñido de una sólida kris-pasión … nacional, popular y choripanera.
Adrián Corbella, 24 de octubre de 2011.
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