Arriba : A un año del 15-M, los españoles vuelven a las calles para demostrar que el reclamo sigue latente
En Barcelona van llegando esta tarde también varios bloques de manifestantes a la céntrica Plaza de Cataluña.
La Puerta del Sol de Madrid, símbolo y epicentro de las protestas de hace un año, allí van a confluir cuatro marchas desde diversos puntos de la ciudad, en la que se prevé que será la manifestación más grande del país.
Un año después, los indignados españoles vuelven a tomar la calle. En medio de un fuerte despliegue policial el que el gobierno de Mariano Rajoy pretende evitar acampadas en las plazas. Hay más de 80 ciudades ibéricas que serán el epicentro de manifestaciones y debates. La manifestación se realiza también en otros países.
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INFOnews
Un año después de su nacimiento, el "movimiento de los indignados" volvía hoy a salir a las calles de España para conmemorar su aniversario, en medio de un fuerte despliegue policial con el que el gobierno de Mariano Rajoy pretende evitar acampadas en las plazas.
En la tarde de hoy comenzaron manifestaciones en varias ciudades del país que se prevé que lleguen a su clímax con la llegada de la noche.
La Puerta del Sol de Madrid, símbolo y epicentro de las protestas de hace un año, era esta tarde el centro de todas las miradas: en una tarde calurosa, allí van a confluir cuatro marchas desde diversos puntos de la ciudad, en la que se prevé que será la manifestación más grande de unas 80 convocadas en todo el país.
El gobierno ha desplegado más de 1.500 policías antidisturbios en la capital española.
El también llamado "movimiento 15-M" ha recibido permiso de las autoridades para manifestarse en el kilómetro cero de Madrid hasta las 22:00 horas (local), pero los indignados ya mostraron en los últimos días su rechazo a respetar ese límite horario impuesto.
Así, se abre la incógnita de cuál será la actuación de la policía si los indignados permanecen concentrados más allá de la hora límite.
En Barcelona, la segunda ciudad del país, iban llegando esta tarde también varios bloques de manifestantes a la céntrica Plaza de Cataluña.
Los indignados no son alternativa porque no quieren serlo. Su objetivo no es tomar el poder; quieren forjar un cambio político y social, de alguna forma, derrotar al capitalismo a través de la cultura, de la reconstrucción de lazos sociales sobre bases que no sean las estrictamente mercantiles.
Hace un año, el 15 de mayo de 2011, una manifestación de la plataforma Democracia Real Ya (DRY) logró capitalizar el descontento de miles de ciudadanos españoles, que reaccionaron expresando su indignación a tres años de crisis económica, desesperanza, falta de expectativas y una clase política al servicio de los mercados y a espaldas de la ciudadanía.
Los ciudadanos tomaron las principales plazas del país, convertidas en asambleas populares, y en poco tiempo la experiencia traspasó las fronteras, y se expandió por el mundo.
Un mes después, la mayoría de los manifestantes, que habían tomado el nombre de "indignados" o movimiento 15-M, se replegaron de las plazas y se volcaron a los barrios, para desde allí, trabajar en grupos temáticos y afrontar problemas cotidianos, al tiempo que se coordinaban a nivel global. Los masivas manifestaciones del 19 de julio (19-J) y el 15 de octubre (15-O) de 2011 fueron hitos del movimiento.
Del 12 al 15, los indignados españoles vuelven a tomar la calle, en el marco de una protesta planetaria.
"Este fin de semana vamos a saber cuál es la realidad del 15-M", dijo César Ruano, miembro de la plataforma Democracia Real Ya (DRY).
"El 15M no es un elemento sino una fuerza de cambio. No es algo rígido que va a cambiar el poder", remarcó César.
"Sabemos hacia dónde vamos, sabemos que el cambio debe surgir desde la ciudadanía, pero no ofrecemos una alternativa a modo de sistema o programa, sino del cambio de hacer política", explicó.
"Queremos transformar las relaciones sociales entre las personas, y nuestra relación con la política. Ese es el verdadero cambio, y está sucediendo", aseguró este activista.
"La naturaleza del 15M no es ofrecer un modelo único de cambio. Hay tantas realidades como cambios posibles.
En Madrid hay más de 14.000 propuestas que surgen de individuos. No vamos en bloque en una dirección, sino que somos ciudadanos que juntos queremos forjar un cambio", analiza este arquitecto de 27 años.
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