De tanto estar tristes, ¿somos tristes? Estamos jodidos. Pero, ¿somos jodidos? ¿Es un destino, el bajón? ¿O es un desafío?
Eduardo Galeano (El Derecho a la Alegria, 1992)
Y un buen día, un hombre visionario del cambio de paradigmas necesario para el resurgimiento de una nueva política y una nueva militancia se atrevió y dijo:” A los jóvenes les digo sean transgresores, opinen, la juventud tiene que ser un punto de inflexión del nuevo tiempo”. Al principio muy tímidamente y con comprensible resquemor, nos embarcamos en ese sueño que nos propuso cuando asumió la presidencia en el 2003 con apenas un 22,24 %. Vino a proponernos un sueño y al comienzo sonó utópico, veníamos desde el 83 con gobiernos democráticos cargados de un exacerbado pragmatismo donde asistíamos pasivamente a la defunción de las ideologías, donde el neoliberalismo lo invadía todo y el Estado se reducía a su mínima expresión. Necesitábamos tiempo y pruebas concretas para volver a creer, para llenar espacios de militancia reales que habían quedado tan vacíos como nuestras esperanzas de ser representados y representar. Impulsados por los vientos de cambio favorables y la gestación de acciones políticas reales, fue que los jóvenes decidimos contrarrestar aquella percepción que se hallaba incrustada en el inconsciente imaginario de muchos cuando sostenían que “la juventud está perdida” o que a los jóvenes no les interesa participar en la vida política.
Ante todo, quiero destacar que creo profundamente que todas las personas somos seres políticos, simplemente que durante bastante tiempo estuvimos huérfanos de identificación y representación. Muchos, y me incluyo, asistíamos a los actos eleccionarios para dejar nuestro voto en las urnas y ese hecho era nuestra máxima participación ciudadana ya que los modelos políticos no motivaban a otra cosa. Ayer veíamos al Estado como nuestro mayor opresor. Hoy nos encontramos parados en otra vereda, hemos logrado romper con la apatía política, hemos respondido al llamado de ese presidente poco convencional, idealista y con escasa predisposición al protocolo pero con un inmenso coraje para realizar junto con Cristina las reformas imprescindibles que un país devastado reclamaba a viva voz.
Hoy encontramos como adversario político a determinados grupos económicos y hegemónicos, vemos una operación mediática ligada a un grupo en decadencia que no hace más que tirar manotazos de ahogado. No podemos ignorar este proceso tan complejo e innovador de transformaciones políticas, económicas, sociales y fundamentalmente culturales. Así, a pesar de los pesares y junto con el resto de pueblo, los jóvenes resurgimos del silencio de voces acalladas por la impotencia, por las botas genocidas, por la falta de futuro, la crisis de representación política y la ideología individualista preponderante no hace muchos años atrás. Hoy damos el presente, no queremos ser espectadores pasivos, fuimos llamados a ser parte de un sueño, de un proyecto que hoy ya se convirtió en realidad y modelo. Hoy ratificamos que no volveremos a desandar el camino de los logros obtenidos, de los principios sociales, de esta realidad efectiva. Hoy sabemos con certeza que “nunca menos”.
Andrea Verónica García
Publicado por la kolina de lugano
http://kolinacomuna8.blogspot.com.ar/2012/05/kirchnerismo-y-juventud-divinos-tesoros.html
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