Arriba : Felipe Solá, uno de los pocos legisladores opositores que mostró una actitud digna
La oposición no acompañó
Los diputados
aprobaron ayer, en su última sesión del período ordinario, dos declaraciones
que no consiguieron la unanimidad requerida. Por un lado, repudiaron al ahora
suspendido fallo del juez estadounidense Thomas Griesa. Y también rechazaron el
intento del Grupo Clarín de enjuiciar tanto a legisladores como a periodistas.
Los proyectos fueron aprobados pero la oposición votó en contra.
El primero fue el que rechazó el fallo Griesa. Fueron 129
votos a favor, los que tiene el Frente para la Victoria y sus aliados.
El voto contrario cosechó 65 voluntades y 22 se abstuvieron. El radicalismo
repitió su conducta de siempre oponerse a las iniciativas oficialistas. Si bien
Ricardo Gil Lavedra repudió la actitud del juez estadounidense no perdió la
oportunidad para sostener que respondió a "la mala conducta" del
gobierno nacional: "En la UCR
no podemos ser indiferentes a los modos y formas que el gobierno pretende
llevar adelante su estrategia cuyos lineamientos desconocemos y no
compartimos." El macrismo coincidió con esa lectura y tomó la misma
decisión.
Uno de los más firmes defensores de la necesidad de que el proyecto se vote por unanimidad fue el peronista Felipe Solá: "Hay que ser muy cipayos para no calentarse con el fallo de Griesa. No deben importar las diferencias que tenemos acá", afirmó pero no logró conmover a sus colegas de la oposición.
A su turno, el jefe del bloque del FPV, Agustín Rossi, insistió en la necesidad de que todo el cuerpo vote esta declaración para estar en sintonía tanto con el Poder Judicial como el Ejecutivo. No los convenció ni siquiera cuando todos los diputados se enteraron que el fallo había sido suspendido en los Estados Unidos.
Una vez superado este tema comenzó el debate del proyecto que repudia la actitud del Grupo Clarín de denunciar periodistas y funcionarios. Uno de los acusados, el diputado Edgardo Depetri, fue el primero en hablar: "Clarín quiere una democracia tutelada", aseguró.
La oposición aprovechó el debate para diluir su tibia solidaridad con la persecución a los periodistas y endilgare al gobierno nacional todos los males del país y alrededores. Por caso, Enrique Thomas, del peronismo disidente, puso en igualdad de condiciones a los que definió como "los medios oficiales y para-oficiales" con el Grupo Clarín, de quienes dijo que "tienen la misma escuela". En tanto, Gerardo Milman, del GEN, quiso ser irónico al sostener que lo que se debate en realidad es sobre la pelea entre "el Grupo Clarín y el Grupo Casa Rosada". De todas formas rechazó la actitud del monopolio pero con una marcada tibieza.
El PRO no sólo repudió el ataque a los periodistas sino también a los legisladores que también están incluidos en la demanda. Pero a partir de allí mostró la verdadera intención de su bloque ya que advirtió que sólo votarían el proyecto oficial si incluían modificaciones al texto donde no figuraba el Grupo Clarín. Rossi consideró que la actitud de la oposición era hipócrita: "Ustedes miran para el costado, no se quieren pasar de la raya y lo critican a Clarín porque se rectificó", los azuzó. Luego de ello se votó. Fueron 131 por el sí, 55 en contra y 18 abstenciones.
Uno de los más firmes defensores de la necesidad de que el proyecto se vote por unanimidad fue el peronista Felipe Solá: "Hay que ser muy cipayos para no calentarse con el fallo de Griesa. No deben importar las diferencias que tenemos acá", afirmó pero no logró conmover a sus colegas de la oposición.
A su turno, el jefe del bloque del FPV, Agustín Rossi, insistió en la necesidad de que todo el cuerpo vote esta declaración para estar en sintonía tanto con el Poder Judicial como el Ejecutivo. No los convenció ni siquiera cuando todos los diputados se enteraron que el fallo había sido suspendido en los Estados Unidos.
Una vez superado este tema comenzó el debate del proyecto que repudia la actitud del Grupo Clarín de denunciar periodistas y funcionarios. Uno de los acusados, el diputado Edgardo Depetri, fue el primero en hablar: "Clarín quiere una democracia tutelada", aseguró.
La oposición aprovechó el debate para diluir su tibia solidaridad con la persecución a los periodistas y endilgare al gobierno nacional todos los males del país y alrededores. Por caso, Enrique Thomas, del peronismo disidente, puso en igualdad de condiciones a los que definió como "los medios oficiales y para-oficiales" con el Grupo Clarín, de quienes dijo que "tienen la misma escuela". En tanto, Gerardo Milman, del GEN, quiso ser irónico al sostener que lo que se debate en realidad es sobre la pelea entre "el Grupo Clarín y el Grupo Casa Rosada". De todas formas rechazó la actitud del monopolio pero con una marcada tibieza.
El PRO no sólo repudió el ataque a los periodistas sino también a los legisladores que también están incluidos en la demanda. Pero a partir de allí mostró la verdadera intención de su bloque ya que advirtió que sólo votarían el proyecto oficial si incluían modificaciones al texto donde no figuraba el Grupo Clarín. Rossi consideró que la actitud de la oposición era hipócrita: "Ustedes miran para el costado, no se quieren pasar de la raya y lo critican a Clarín porque se rectificó", los azuzó. Luego de ello se votó. Fueron 131 por el sí, 55 en contra y 18 abstenciones.
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