Arriba : Eugenio Zaffaroni acosado por los micrófonos.
5 Agosto, 2011 , para "Iniciativa"
por Jorge Makarz – Director de "Iniciativa poe un proyecto nacional, popular y latinoamericano". Nota Editorial.
En los últimos días hemos asistido a una embestida política mediática contra el Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Eugenio Raúl Zaffaroni. Mientras los medios de comunicación opositores persisten –mediante la extorsión– en condicionar al Tribunal Supremo cuando se aproximan los tiempos de un nuevo fallo sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, los sectores políticos opositores pretenden golpear, a pocas semanas de las elecciones primarias nacionales, las banderas y conquistas centrales del gobierno nacional.
En este agitado bullicio confluyen un sinnúmero de medios y voces, que, mientras prácticamente le imputan responsabilidades delictivas cuando ninguna causa está siendo abierta, reclaman a Zaffaroni una explicación pública, un descargo frente al Congreso de la Nación e incluso su propia renuncia. Honrando el principio procesal penal in dubio pro reo (contemplado en los instrumentos internacionales, con jerarquía constitucional) nadie debería tener que probar su inocencia: la misma se presume.
Zaffaroni, jurista, profesor y doctrinario del Derecho, ex legislador y constituyente, que ha sido siempre un fiel defensor de las garantías constitucionales, los valores democráticos, la protección de los más débiles y la igualdad de derechos, debe tolerar esta auténtica “caza de brujas”. A partir de su denuncia en el espacio público se buscó provocar el actual affaire y ahora se pretende transformarlo en un escándalo que, dirigido al corazón mismo del gobierno, conmocione la opinión pública.
Este es un movimiento que se inscribe en la serie de golpes en que, como se dio en la embestida contra las Madres de Plaza de Mayo, se pretende deslegitimar las luchas y conquistas ampliadas en los últimos años en el campo de los derechos humanos. Esta nueva ofensiva intenta también desandar el camino iniciado por Néstor Kirchner al reformar la repudiable Corte Suprema de los ´90 -denominada como la “Mayoría Automática”-, proceso que dio lugar al nombramiento de magistrados probos, con amplia trayectoria en derechos humanos y gran reconocimiento internacional, dejando de lado la corrupción e inescrupulosidad de la Corte menemista. Luego del arduo proceso de renovación de la Corte, se ha repuesto este espacio vital de institucionalidad democrática, que ha dado claros pasos hacia la reparación de derechos e intereses populares destruidos en las décadas anteriores.
Numerosos políticos y periodistas han salido a declarar que Zaffaroni debía dar explicaciones en el Congreso e incluso renunciar. El candidato presidencial Ricardo Alfonsín y la periodista candidata por De Narváez Fanny Mandelbaum, han acusado, sin criterio ni pruebas contundentes, a una persona de un delito que no cometió, aquello que comúnmente se denominan “calumnias”. Es evidente que algunos abogados que circulan por los medios de comunicación desconocen la “Teoría de la Real Malicia”, réplica de la legislación de Estados Unidos luego del Caso Sullivan donde se intentó desacreditar mediante una solicitada a Martin Luther King.
Desde Iniciativa repudiamos las acusaciones infundadas contra el Dr. Zaffaroni, los irrisorios pedidos de su renuncia y la persecución eminentemente política de la que es víctima, encuadrada, en última instancia, en el intento de dañar al proyecto nacional por haber llevado adelante importantes medidas que dejaron atrás la larga noche del neoliberalismo, a cuya nostalgia convocan estos detractores del Ministro de la Corte.
- Invitamos a leer la entrevista exclusiva realizada por Iniciativa al Ministro de la Corte Suprema de Justicia en diciembre de 2010:
http://espacioiniciativa.com.ar/?p=1213
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