Una investigación en base a los archivos de los medios
ingleses de la época de la invasión sobre el territorio soberano argentino,
muestra que la historia es clara en cuanto a la soberanía argentina sobre las
islas.
Por:
INFOnews
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Entre finales del
siglo XVIII y el inicio del XIX aparecen en artículos de la prensa de Reino
Unido algunas de las discusiones sobre Malvinas, avalando en muchas oportunidades
los argumentos que respaldan los derechos argentinos sobre las islas.
Malvinas Argentinas
Una investigación
realizada por la agencia de noticias Télam reveló que dentro de las más de 40
millones de páginas históricas digitalizadas en la British Library
(Biblioteca Británica), hay notas que hablan de la soberanía española, la toma
de posesión de Buenos Aires tras la independencia y las rápidas protestas
formales realizadas luego de la usurpación inglesa de 1833.
Los derechos
españoles sobre el archipiélago fueron reconocidos de forma expresa por Francia
en 1764, que ordenó a los marinos de Saint-Malo (de ahí el nombre Malvinas),
comandados por Louis Antoine de Bougainville, la transferencia del primer
establecimiento creado en el territorio.
Así lo reflejó el
diario Leeds Intelligencer: “Se ratificó el tratado en el que las Islas
Malouines son cedidas por Francia a este reino (España). Bougainville pronto se
embarcará desde Ferrol para esas islas, con un Comisariado y colonos españoles,
a quienes se les entregará en forma la soberanía”.
No obstante, al poco
tiempo, Gran Bretaña erigió de forma clandestina un pequeño fuerte llamado Port
Egmont, lo que motivó la protesta de España y la expulsión de sus ocupantes en
1770.
El 14 de diciembre
de ese año, la publicación Derby Mercury reprodujo una información de la
entonces Oficina de Guerra británica, que manifestó que “una flota española,
enviada por el gobernador en Buenos Aires, tomó posesión de Port Egmont” y
agregó que en febrero ya se había demandado el territorio “en nombre del Rey de
España”.
Por el incidente se
esperó, como señaló una editorial del Kentish Gazette de 1771, “una guerra abierta
entre España y Gran Bretaña”, sin embargo se firmó un acuerdo donde el país
ibérico hizo reserva expresa de su soberanía sobre la totalidad del
archipiélago. Como parte de las negociaciones se acordó también que Gran
Bretaña se retiraría de Port Egmont en un futuro cercano y así lo hizo.
Varios diarios como
el Oxford Journal y el Derby Mercury, manifestaron en julio de 1774: “Es una
certeza que nuestra gente abandonó la isla”.
Desde entonces y por
las siguientes seis décadas, el Reino Unido no pisó las islas ni tampoco
protestó por la autoridad que ejerció España desde Puerto Soledad.
En 1790 ambos países
firmaron el tratado de San Lorenzo de El Escorial, en el que Londres se
comprometió a no formar ningún establecimiento en las costas de América ni en las
islas ocupadas por España, tal como las Malvinas.
El Caledonian
Mercury, en una breve nota titulada “Paz con España” de noviembre de ese año,
celebró que ese acuerdo “es perfectamente satisfactorio para Gran
Bretaña”. A partir de la
Revolución de Mayo de 1810, los primeros gobiernos argentinos
consideraron las Malvinas como parte del territorio heredado de la metrópoli y
una década después, el Coronel de Marina, David Jewett, tomó posesión del
archipiélago en nombre de las Provincias Unidas del Sur.
Este último acto
público tuvo repercusión en la prensa británica de la época, con notas
aparecidas en agosto de 1821 en The Times, el Leeds Intelligencer y en el
Morning Chronicle (diario donde trabajó Charles Dickens).
El Reino Unido
siguió sin realizar protestas y en 1825 reconoció al naciente Estado argentino
con la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, en el que no hizo
referencia a ninguna pretensión sobre las Malvinas, ya bajo clara jurisdicción
de Buenos Aires.
Un artículo de mayo
de ese año del Morning Post (publicación adquirida luego por The Daily
Telegraph), reprodujo los discursos de los firmantes del acuerdo, el ministro
de Gobierno de Buenos Aires, Manuel José García, y el cónsul general británico,
Woodbine Parish.
El diplomático
inglés dijo que el tratado pone a Argentina “en el rango de las naciones
reconocidas en el mundo” y deseó que “esta amistad sea perpetua”.
Pero ocho años
después, en 1833, una corbeta de la Marina Real británica expulsó por un acto de
fuerza a las autoridades argentinas y la guarnición que se encontraba en las
Malvinas.
Otra vez, el Morning
Post, en mayo de ese año, señaló: “Fuerzas británicas tomaron posesión de las
islas. Es una circunstancia curiosa tras haberlas abandonado tantos años. Una
vez fueron objeto de disputa con España, en manos de quien se las dejó y
después quedó como apéndice de Buenos Aires”.
Argentina nunca
renunció al reclamo de sus derechos y así lo demostraron periódicos como el
London Standard y el Royal Cornwall Gazette, que en noviembre de 1833
subrayaron que el entonces representante argentino en Inglaterra, Manuel
Moreno, hermano menor de Mariano, “protestó formalmente contra la ocupación”.
En diciembre de ese
año, el Morning Post reprodujo una carta del gobernador de Buenos Aires, Juan
Ramón Balcarce, y su ministro de Gabinete, Manual Vicente Maza, dirigida al
Parlamento británico, en la que señalaron que se reclamó “una reparación por el
daño, la restitución de las islas y el reconocimiento de nuestro derecho sobre
ellas”.
De esta forma, la
prensa de la época, junto a documentos oficiales e históricos, reconstruye una
cronología que prueban los derechos argentinos sobre las islas y obligan a
continuar el reclamo por todas las vías diplomáticas.
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