“Nobleza Ombligo :
La aristocracia periodística, a la cual Lanata pertenece por anhelados derechos adquiridos, está muy molesta con 678. Sobre todo porque somos de la plebe. Cuando Lanata nos pegó por primera vez (¿Un ensayo para ver si valía la pena?) dijo que éramos cuatro boludos en un escritorio. Fue la última vez que estuvimos de acuerdo. Es cierto, no somos “nombres”. No tenemos pedigrí. No somos famosos. No ganamos cifras de seis ceros. No tenemos trayectorias de gente “brillante”, y menos de enfants terribles (y me dan ganas de poner “elefants terribles” y caer en la burla fácil). Somos, Girogio te doy la derecha, cuatro boludos que un día, como el nene desubicado de aquel cuento, empezamos a decir ‘miren, el rey está desnudo’ (‘El traje nuevo del Emperador’ de Andersen es un clásico que habría que mandar a leer a los estudiantes de Comunicación antes de que agarren los libros de semiólogos, sociólogos, comunicólogos, y las clases teóricas sobre 678 que con mucha solvencia brinda Alabarces).
‘¡Les están mintiendo!’, se desgañitaba Lanata pocos días atrás. Después de asumir que su preocupación no era por él mismo –él es re-pistola y nadie lo engaña- sino por los jóvenes que 678 engaña (y ¿saben qué? ¡Los llevan de las narices hacia un nuevo montonerismo irracional que sumirá al país en un caos de loca rabia peroncha y obligará nuevamente a que los militares vengan a poner orden!). Eso es lo que anda argumentando el hombre.
Es que ser progre teniendo por ideología no más que los valores personales y la propia vanidad fue muy adecuado durante los 90. Era así : sos un tipo bienpensante, emprendedor, audaz, desfachatado, inteligente. En años de corrupción gorda podés denunciar algo nuevo todos los días y defender las buenas causas eternamente postergadas, te volvés diferente, un producto con demanda, y por lo tanto estás bien pago, y aunque no protejas el statu quo podés ser parte de él : serás la oveja negra de la familia. Ergo : serás de la familia. Y la familia es la aristocracia periodística.
En la neblina como un turco
Al llegar los Kirchner, sin el drugstore de la corrupción abierto las 24 horas para abastecer de titulares a los medios, y con políticas que –más o menos o bastante- cumplen con los deseos que vos siempre expresaste, ¿dónde queda tu valor diferencial? ¿Cómo haces para seguir siendo único y distinto si decís ‘qué buena la estatización de las AFJP’, ‘por fin la AUH’, ‘qué grosso, le sacan el fútbol a esos truchos’, ‘qué loco, hay más laburo’, ‘qué increíble, juntamos plata en el Central en vez de endeudarnos’, ‘uy, hay menos pobres’, ‘¡fah! Jubilaron a cientos de miles de viejos’, ‘epa, importamos poco y exportamos mucho’, ‘chucu, chucu, salió la Ley de Medios’.Eso no te sirve. Porque te convierte en un oficialista y ser oficialista es pertenecer a un grupo. Y ser parte de un grupo te resta visibilidad. Y pertenecer al grupo que está gobernando te resta glamour y originalidad. Y cualquier periodista sabe que el negocio periodístico se hace criticando al gobierno , porque el gobierno es el único poder a la vista, y si estás contra el poder a la vista sos más pulenta. Y de paso capaz que asustás un poco a los del gobierno y conseguís algo. Porque si laburás para una empresa, un grupo inversor, un operador político o exclusivamente para vos mismo, eso rara vez se nota. Pero si apoyás a un gobierno quedás en la más flagrante evidencia.
Pero en este último tiempo se te empezaron a quemar los papeles. Porque resulta que el gobierno ya no es el poder, porque el verdadero poder no se pelea con nadie. De ahí que el estilo K sea belicoso, porque se llevan mal con ese poder que durante los 90 estaba en total armonía con el gobierno. Pensá, Giorgio : ¿no creés que si estos tipos hicieran todo lo que quieren hacer las corporaciones, el país viviría una calma chicha?. Estos tipos les dan un poco y les sacan lo que pueden. Y entonces una gran porción de ese poder de siempre no los soporta más. Igual que vos. Porque al igual que esas corporaciones (aunque vos sos chiquito) el gobierno te saca cosas que querés. Cuando vos decís ‘dejen de robar con los 70’ es porque vos robaste con los 70. Y ahora no podés robar más. Cuando decís que estás harto del pasado, es porque vos robaste con el pasado. Cuando te enojás por lo de Papel Prensa, es porque vos robaste con Papel Prensa. Y estos tipos te vienen a dejar sin agenda. ¡Te robaron la agenda, Giorgio!. Te robaron el papel que te habías ganado en esa obra. Son chorros.
Entonces te queda insultar, y te queda retroalimentarte con viejos amigos-enemigos-nuevos amigos que te confirman que esto es la peor dictadura de derecha que podíamos imaginar. Te queda ver débiles a los más poderosos empresarios del país. Te queda enfrentarte con violencia al único gobierno que hizo algo para que hoy te sea muchísimo más difícil encontrar una Barbarita desnutrida. Hay barbaritas, Giorgio. Lo sé, pero no es muy justa tu virulencia con un gobierno que baja índices de pobreza y mortalidad infantil y miseria. Si hoy estuviera gobernando cualquiera de los que hoy felicitan tus misiles contra este capitalismo que te asquea, Barbarita estaría muerta por desnutrición.
No te dejen solo
Giorgio, yo lo siento mucho. Es penoso escucharte decir que estamos en el culo del mundo, que ese mundo se nos caga de risa, que ellos hablan del Minicooper mientras Cristina nos vende un Torino, que la dictadura fue la reacción a la violencia montonera, que debemos saber cómo nos ven afuera para saber cómo estamos, que las Abuelas ya no son tan buenas como antes, que hay revancha en lugar de justicia, que en vez de tomar colegios los pibes tienen que estudiar … ay, Giorgio. Cuántas coincidencia tendrías hoy con Neustadt. Claro que Bernardo decía esas mismas cosas en el momento correcto, cuando esas eran las ideas que movían al mundo. Aquel mundo en donde vos te hiciste importante. ¿Será eso lo que extrañás? ¿Qué ya no sos importante y querés volver a serlo?.
Pero quedate tranquilo que siempre serás importante pata mí y mi generación. Los que fuimos progres y no soportábamos el liberalismo individualista y privatizante. Por eso, porque te seguíamos es que hoy nos duele tanto verte liberal, individualista y filo-privatista. Esto no es una carta de amor, pero nunca me hubiese tomado el trabajo de escribirte si no te fuera a extrañar. Sí, te voy a extrañar ahora que ya te fuiste de viaje hacia lo conocido. Cuando puedas contanos cómo es vivir entre la gente como vos. Chau, Giorgio.”
Por Carlos Barragán
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