Algo se rompió en la relación de Clarín con el establishment económico y la clase política.
La decisión de la Corte Suprema de Justicia de declarar la
constitucionalidad de la Ley de Medios, más allá de los vericuetos
legales que pueda encontrarle el propio multimedios para seguir
demorando la aplicación efectiva, mostró que el principal grupo de
presión argentino ya no tiene el mismo poder de fuego. En otros tiempos,
cualquier decisión que afectara los intereses del grupo que encabezan
Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble hubiera despertado un
repudio unánime en nombre de la ya trillada libertad de prensa por parte
de los sectores económicos y de la oposición política
Clarín-dependiente. En cambio, esta vez primó el silencio o las
declaraciones de rigor llamando al acatamiento del fallo. El caso más
llamativo fue el de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). La entidad
que aglutina en su seno a firmas como el propio Clarín, Arcor y
Techint, entre otras, ni siquiera logró ponerse de acuerdo para sacar un
comunicado de prensa mínimo en respaldo de uno de sus principales
socios.
Mientras que en otras oportunidades, AEA, una furiosa defensora del
libremercado, ya se había expedido. Por ejemplo, se pronunció a favor
de la chilena LAN en el conflicto con el Estado argentino por el hangar
de Aeroparque y había mostrado su preocupación a través de una
solicitada por el artículo 20 de la nueva ley de capitales que permite
intervenir la Comisión Nacional de Valores cuando están en peligro los
intereses de los accionistas minoritarios de una empresa. Sin embargo,
en el caso Clarín primó el silencio. En una cena que tuvo lugar en el
Golden Center de Parque Norte, en la que estuvieron presentes más de
1500 empresarios nucleados en la Federación de la Industria Gráfica
(FAIGA), a cargo de Juan Carlos Sacco, un alto dirigente de la Unión
Industrial Argentina (UIA) reconoció que la entidad jamás se planteó
siquiera la posibilidad de emitir una gacetilla en "apoyo de Clarín".
"Respaldamos la decisión de la justicia", señaló el referente en
estricto off de record. Diego Coatz, el jefe del equipo económico de la
UIA, fue más claro: "La Corte Suprema ha ganado legitimidad entre los
empresarios y no tendría sentido salir a desautorizarla", dijo en la
fiesta anual de los gráficos en la que también estuvieron presentes el
presidente de la UIA, Héctor Méndez y el ahora economista opositor (por
el massismo), Miguel Peirano, quien a diferencia del año pasado esta vez
no estuvo acompañado de José Ignacio de Mendiguren. El "Vasco" faltó a
la cita y despertó cierto malestar entre los empresarios.
"Dicen que se enojó porque en lugar de ponerlo en la mesa 0 lo
habían colocado en la 1. Pero no creo que sea cierto", comentó Méndez,
medio en serio, medio en broma, antes de retirarse acompañado de su
señora del evento que contó con la participación estelar del cómico y
cantor Miguel Ángel Cherutti. Más allá de las diatribas gráficas, lo
cierto es que ninguna entidad empresaria de fuste y mucho menos las
pymes se ajustaron al latiguillo de defender la libertad de prensa y
expresión como justificación para poner las manos en el fuego por
Clarín. El multimedios ha perdido mucha credibilidad entre los hombres
de negocios, que hace tiempo ya no ven con buenos ojos esta guerra a
todo o nada contra el gobierno. Ni siquiera los empresarios más críticos
del oficialismo están de acuerdo porque la riña de algunos grupos como
Clarín y Techint con el kirchnerismo le ha restado más fuerza incluso a
algunas entidades de por sí desprestigiadas como AEA.
Además impacta en este incipiente intento de reunificación que
busca reanimar el famoso G-6, donde convergen la UIA, la Cámara de
Comercio (CAC), la Sociedad Rural (SRA), la Bolsa de Comercio, la Cámara
de la Construcción (CAC) y la Asociación de Bancos Privados de Capital
Argentino (ADEBA). "En una reunión en la que estaba el propio (Paolo)
Rocca les dije que AEA es piantavotos", admitió Méndez, una pieza clave
del empresariado que ha ganado autoridad dentro del ámbito empresario
porque "no se calla nada" cuando habla con altos funcionarios del
Ejecutivo ni tampoco con los principales popes de negocios como el
todopoderoso Rocca. La incapacidad para forzar el apoyo de ciertos
sectores empresarios a su causa contra la Ley de Medios representa una
clara muestra de debilidad en el universo maquiavélico de Héctor
Magnetto. Pero hay algo que debe preocupar más al CEO de Clarín: la
imposibilidad de alinear a toda la oposición política "amiga" contra el
fallo "traidor" de Ricardo Lorenzetti. Es cierto que el macrismo,
necesitado de una proyección nacional que, en teoría, sólo puede darle
en el corto plazo los tentáculos del Grupo Clarín, salió a agitar a viva
voz su respaldo al multimedios. El presidente del bloque de diputados
nacionales del PRO, Federico Pinedo, dijo que "es incomprensible el
fallo, por lo que habrá una presentación ante la justicia para pedir que
no se aplique si antes no se aclaran algunas cuestiones". De hecho la
presentación se formalizó.
Sin embargo, la lógica del PRO es conducente con su visión
político-ideológica. Además esta fuerza de derecha apunta esencialmente a
una polarización de la sociedad similar a la que existe en España,
donde, más allá de que las diferencias reales cada vez son menores, el
socialismo representa conceptualmente a los sectores de centro y
centro-izquierda, y el Partido Popular, a la derecha y a la
centro-derecha. El apoyo explícito de Pinedo, uno de los hombres más
lúcidos de la derecha argentina, apunta en ese sentido. De la actitud de
Elisa "Lanata" Carrió convocando a una marcha en apoyo de Clarín, ni
hablar, porque forma parte más de su show mediático y la postura cada
vez más alejada de la realidad y cercana a la ficción política, que le
da impunidad para banalizar temas muy serios y ensuciar la imagen de
otros en nombre de su propia inimputabilidad política.
Sin embargo, si se analiza la respuesta de los partidos y
referentes "ganadores" de las últimas elecciones legislativas con
intenciones de disputar la presidencia en un plazo más corto, se puede
observar con más claridad la orfandad que sufre hoy el Grupo Clarín. Por
ejemplo, el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, consideró que la
ley "tiene que aplicarse tal cual lo dice la Corte, eso sí: con
pluralidad y donde todo el mundo pueda expresarse con libertad". No se
trata de un dato insignificante, Bonfatti es la mano derecha de Hermes
Binner, un hombre que triunfó con holgura en su provincia y no pierde
las esperanzas de liderar un espacio de centro que desplace al peronismo
del poder en las próximas presidenciales. "Yo abogo por la pluralidad y
estoy de acuerdo con que tenemos que tener Ley de Medios y todo el
mundo pueda tener la palabra", agregó Bonfatti para que no quedaran
dudas de la postura favorable del socialismo. Por su parte, el dirigente
del radicalismo, Raúl Alfonsín opinó que "no hay otro camino que no sea
cumplir con la ley".
Ricardito después matizó para darle un título al diario La Nación,
diciendo que "también los medios afines al gobierno van a tener que
cumplir y ajustarse", aunque lo cierto es que habló de forma muy
mesurada y también pidió a Clarín que se someta al fallo de la Corte.
Sin embargo, el caso más llamativo, sin lugar a dudas, es el que implica
a Sergio Massa. El intendente, creación mediática del Grupo Clarín,
debe ser la principal decepción del club ejecutivo Magnetto-Herrera
Noble. Massa rompió el libreto y en lugar de sumarse a los desvaríos de
Carrió o a la postura más extrema del macrismo también dijo, ya conocido
el fallo, que "lo que decida la Corte hay que respetarlo". La frase
completa de Massa en realidad fue así: "Argentina tiene un tribunal de
control constitucional que es la Corte Suprema, y lo que decida la Corte
hay que respetarlo. Hay que respetar todo el fallo de la Corte, lo que
hace a los imperativos como en los obiter y las recomendaciones al
Estado", dijo Massa.
Publicado en:
http://www.infonews.com/2013/11/03/economia-106829-la-soledad-del-grupo-clarin.php
No hay comentarios:
Publicar un comentario