Entrevista. Martín Becerra.
-Me parece que es una propuesta que desborda los requisitos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y que propone reorganizarse como una red de empresas, aprovechando un contexto de convergencia tecnológica. Creo que la propuesta, claramente, apunta a una reorganización muy ambiciosa por parte del Grupo Clarín. Me parece que de grupo muy conglomeral se va a pasar a un grupo de unidades más específicas. No conozco un antecedente de un mismo grupo que, obligado por una regulación estatal, conduzca y administre su propia desconcentración.
-¿Podría ocurrir que esta suerte de seis mini-Clarín que proponen terminaran, en la práctica, trabajando en conjunto?
- Respecto de que trabajen en conjunto o que tengan acuerdos empresas que sean diferentes, la ley no plantea ninguna objeción. Tampoco objeta que tuvieran vínculo familiar. Lo que sí impide es que tengan vínculo societario entre las unidades y el que tiene que controlar eso es el Estado argentino, el Gobierno nacional, a través de la Secretaría de Comercio Interior del área de Defensa de la Competencia. Así que, en mi opinión, la propuesta de Clarín se adecua a las exigencias de la ley.
-¿Considera que la AFSCA debería aceptar esta propuesta?
-Sí. Creo que debería estudiarla bien, a fondo; y en particular, el hecho de que la propuesta contiene menos licencias que las que el Gobierno informa que Clarín posee en televisión por cable. Está igualando la lógica con la que esos otros empresarios presentaron planes de adecuación. Desde ya, habrá que consultar dónde están las licencias que no aparecen. Intuyo que el Grupo contestará que pretende tener un trato similar al que se tuvo con Telecentro, de Pierri, y que gracias a la flexibilidad que le otorgaron pudo extender licencias de cable de un distrito a otro. Superadas estas instancias de consulta y de negociación, creo que es un plan que condice una adecuación del Grupo en condiciones similares a las que propone para su propia realidad el Grupo Vila-Manzano o Telefónica, en el caso de Telefé, u otros grupos que son también concentrados.
-¿Considera que esa adecuación responde al espíritu de la Ley de democratizar las voces?
-Responde a la letra de la Ley que formalmente no impide lo que Clarín propone, ni tampoco impide lo que Vila-Manzano y otros proponen. AFSCA no puede alegar un espíritu, lo que tiene es una ley. Y la ley no impide que los grupos concentrados propongan planes de desinversión o desconcentración en los cuales las futuras unidades de negocios queden en manos de gente que hoy sea allegada al grupo. Esta es la herramienta legal con la que la autoridad estatal, en este caso AFSCA, tiene que moverse, más allá de lo que uno desee o del contexto de los discursos que adornaron y acompañaron la sanción de la ley. La ley en eso es clara, no lo impide, y AFSCA tiene que aplicar la ley.
-Usted habla de “expectativas” ¿Considera que la ley dejó zonas grises que no se habrían visto, que es incompleta, que generó expectativas falsas o considera que la ley puede ser mejorada?
-Sí. Considero todo eso. Considero que las expectativas no están del todo contenidas en el texto de la ley; que la ley debe ser mejorada; y que, al mismo tiempo, tiene objetivos de desconcentración del mercado que son absolutamente necesarios. Pero también considero que hay una responsabilidad política del Gobierno al no haber cumplido la ley en esencia en estos últimos 4 años. Una responsabilidad que los grupos concentrados, por supuesto, intentan eludir, respecto del cumplimiento de los aspectos que les resultan más molestos, los vinculados en términos de patrimonio. Creo que este proceso a Clarín le impacta muchísimo. Clarín va a tener que desprenderse de una buena cantidad de medios de comunicación que hoy funcionan, que hoy es de su propiedad y que van a dejar de serlo.
-Pero tendría la posibilidad de manejarlos con gente afín, aunque armando nuevos directorios…
-Ya no serían parte del mismo grupo. Serían empresas separadas. No van a poder operar económicamente como una unidad. Serán sociedades distintas que podrán tenerse simpatía, pero no operar como una unidad. Creo que para Clarín esto representa un impacto mayúsculo. Creo que es la primera vez en la historia argentina que va a tener que desconcentrarse un grupo tan importante de medios de comunicación. Que tuviera unidades societarias separadas es, claramente, una situación muy distinta de la que existe en la actualidad. En otros términos, Clarín y La Nación hoy tienen una suerte de acuerdo o de empatía en la línea editorial respecto de la cobertura de algunos temas, pero eso no hace que Clarín y La Nación sean la misma empresa. Del mismo modo que no lo son los medios del Grupo Spolsky y del Grupo de Cristóbal López, o de éste y Página 12, aunque guarden simpatías editoriales. Son empresas distintas y lo que coyunturalmente hoy los une, posiblemente dentro de dos años, no. Y entonces, la vida sigue. En este sentido, me parece que Clarín va a tener un fuerte impacto. La resistencia que tuvo el Grupo a esta adecuación tiene que ver con el impacto evidente que tiene y a que presentarán resistencia, como cualquier grupo conservador con posición dominante, a cualquier cambio regulatorio o político que amenace esa posición. Esta es, para mí, la principal explicación, más allá de que creo que la estrategia de la conducción del grupo ha sido muy mala. La ley audiovisual obliga a Clarín a realizar una reorganización que otros grupos de medios, en otros países del mundo, han realizado como hipótesis por los cambios tecnológicos y no por cambios regulatorios. Esta idea según la cual, en la unidad 1 concentran medios audiovisuales tradicionales y producción de contenidos. Y en la 2, transporte de contenidos, nuevas tecnologías, Internet, redes, pensando en la convergencia, es una reorganización que otros grupos ya habían hecho o han analizado, porque son fruto del avance de las tecnologías con las que funcionan los medios.
-¿Considera esta adecuación un triunfo de la democracia? Cree que la resistencia de Clarín para hacer esta adecuación confirma las acusaciones de que ha incurrido en manejos espurios para lograr el crecimiento indiscriminado que tuvo la empresa?
-No de la democracia. Yo creo que la adecuación es un logro en la medida en que apunta a niveles de concentración más moderados en un mercado que está muy concentrado. En ese sentido, me parece que es un avance. Soy menos ampuloso en mi concepción; prefiero no apuntárselo como un logro a la democracia. Pero sí reconozco, claramente, que es un avance. Porque toda desconcentración es un logro y ésta, además, es moderada. Insisto porque tampoco el sistema de medios admite, por su naturaleza, una desconcentración absoluta… y tampoco sé si sería deseable… En su plan de adecuación, Clarín es muy claro al decir que lo hace forzado por el fallo de la Corte, por la regulación audiovisual, y no porque esté de acuerdo, ni mucho menos; al contrario, hay muchos párrafos donde Clarín, tal vez para no dar el brazo a torcer o para no parecer tan derrotado, insiste en la línea de que esta regulación es mala y que atenta contra la libertad de expresión. Pero que se allana, y se somete al derecho vigente… bueno, no tiene otra.
-Mencionó la relación entre distintos medios de papel; ¿considera que hace falta también una ley de medios gráficos?
-No. Al menos no en los términos en que está planteada la ley audiovisual. El enfoque interamericano de Derechos Humanos ha inspirado enormes avances en materia de regulación de medios, y no solamente de medios en la Argentina. Es un enfoque donde los medios gráficos tienen una completa libertad para colocar los contenidos que deseen. El marco constitucional argentino es también bastante claro al respecto. Sólo creo que los medios gráficos tendrían que tener es una regulación que todavía no veo que esté siendo impulsada ni por el oficialismo ni por la oposición; me refiero a una regulación sobre el mercado de distribución de papel. Para mí, si hay una empresa única de abastecimiento de papel de prensa en la Argentina, la lógica sería que estén sentados en los organismos de dirección todos los medios que participan de ese mercado, incluyendo a Clarín y a La Nación, y no excluyéndolos, como era la iniciativa del oficialismo.
-¿Incluyendo también a los independientes y a las cooperativas? ¿En igualdad de condiciones?
- Incluyendo a todos. Conformar un gran directorio donde todos, absolutamente todos los sectores de diarios y revistas estén sentados…con la misma voz y voto.
Publicado en:
http://sur.infonews.com/notas/los-medios-graficos-tendrian-que-tener-una-regulacion
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