"Elevó al pueblo y enfrente colocó a su
histórico enemigo, al tocar la médula de la cuestión nacional con la
estatización parcial de la renta agraria. Un humilde homenaje para tu
ausencia".
Permítannos comenzar refrescando la memoria de lo vivido por el
pueblo argentino diez años y medio atrás. Tuvo como protagonista
excluyente al fundador de la República Argentina y la Patria Grande en
este siglo XXI, presidente argentino y primer secretario general de
Unasur libre y unida, Néstor Kirchner. El 27 de abril de 2003 había
ganado Menem con el 24,4% de los votos. Seguía Néstor, con 22,2%. Pero
en vez de ir a la segunda vuelta el 18 de mayo, el cobarde y nefasto
riojano que se hizo pasar por peronista "huyó" para beneficio de
Washington y las corporaciones. Si Kirchner asumía con el 50 y pico por
ciento de los votos como se auguraba (Néstor creía que sacaba cerca del
60%), nada bueno podrían esperar los intereses de la republiqueta
atrofiada y bananera en la que nos habían convertido. Kirchner debía
asumir con ese 22% y rendirse a la semicolonia.
Fue entonces que comenzó su acción revolucionaria. No se quedó
callado ni cedió a las presiones. Denunció la maniobra del imperialismo y
su servidumbre local el 14 de mayo, en ese histórico discurso del Hotel
Panamericano, apenas antes de conocerse públicamente la renuncia de
Menem. Se trató de su primer discurso como presidente, el de las
"convicciones no las voy a dejar en nombre del pragmatismo en la puerta
de entrada de la Casa Rosada". Allí denunció la renuncia al ballottage
como una opereta "absolutamente funcional a los intereses de grupos y
sectores del poder económico que se beneficiaron con privilegios
inadmisibles durante la década pasada, al amparo de un modelo de
especulación financiera y subordinación política".
Después agregó: "No he llegado hasta aquí para pactar con el
pasado. Ni para que todo termine en un mero acuerdo de cúpulas
dirigenciales. No voy a ser presa de las corporaciones... Tenga el
pueblo argentino la certeza de que quien les habla, está decidido a dar
vuelta una página de la historia y construir junto a ustedes un país
diferente. Quiero que sepan todos los argentinos que entre todos un
nuevo tiempo está a punto de comenzar". Y no se equivocó el gran
patriota. Cambio de época, lo bautizó su gran amigo Rafael Correa, otro
revolucionario. Segunda Independencia, lo llama la presidenta de la
Nación, otra revolucionaria.
EL ULTIMÁTUM DEL DIARIO LA NACIÓN. Un día después
del discurso de Kirchner, La Nación en editorial de Escribano divulgaba
el encuentro que este sátrapa había mantenido con el presidente de la
Nación. El "mensajero" le había entregado ese célebre ultimátum escrito
por el Departamento de Estado, ultimátum en el que se le imponía, so
pena de no durar más de un año, los siguientes cinco puntos: "1) La
Argentina debe alinearse con los Estados Unidos. No son necesarias
relaciones carnales, pero sí alineamiento incondicional. Es
incomprensible que aún no haya visitado al embajador de los Estados
Unidos; 2) No queremos que haya más revisiones sobre la lucha contra la
subversión... Creemos necesaria una reivindicación del desempeño de las
Fuerzas Armadas en el contexto histórico en el que les tocó actuar; 3)
No puede ser que no haya recibido a los empresarios. Están muy
preocupados porque no han podido entrevistarse con usted; 4) Nos
preocupa la posición argentina con respecto a Cuba, donde están
ocurriendo terribles violaciones a los Derechos Humanos"; y 5) Es muy
grave el problema de la inseguridad. Debe generarse un mejor sistema de
control del delito y llevarse tranquilidad a las fuerzas del orden con
medidas excepcionales de seguridad."
"PROCEDA". El diario de Mitre, ese que se llena
la boca de moralidad, democracia, paz e instituciones, exigía al
presidente no sólo que reivindique a las FF AA asesinas de su propio
pueblo, sino que saque al Ejército y a las FF AA a la calle otra vez.
Las FF AA del "Proceso", las de todos los golpes de Estado en los siglos
XIX y XX; el mismo Ejército que Mitre usó para doblegar al país
profundo y convertirnos en colonia inglesa después de Caseros y Pavón,
masacrando de paso al pueblo paraguayo. En fin, en mayo de 2003 el
imperialismo a través del house organ de la colonia le exigía a Kirchner
volver a sacar ese Ejército a las calles, para diezmar al pueblo que
venía sacadito desde el 19 y 20 de diciembre. A través de La Nación, el
imperialismo y las corporaciones locales nos decían que no tolerarían ni
un minuto más de interrupción del período 1976-2002. ¿La respuesta de
Néstor? Ante el primer 24 de marzo que tuvo oportunidad, ordenó
descolgar los cuadros de los discípulos de Lavalles, Mitres y
Sarmientos, genocidas de su propio pueblo y cancerberos de la pobreza y
la dependencia. "Proceda", ordenó. Con tamaña obra, Néstor en realidad
vino a reivindicar al Ejército y a las FF AA nacionales y populares.
Reivindicó al San Martín que rechazó intervenir en las guerras civiles
según le encomendaba la Buenos Aires rivadaviana. Reivindicó a Belgrano,
Artigas, y a las masas y las lanzas del país profundo y real que se
alzaban contra el coloniaje y las metrópolis europeas. Reivindicó lo que
desde siempre, aunque cada vez con mayor claridad y énfasis, viene
reivindicando la presidenta Cristina Fernández: unidad entre FF AA y
pueblo.
DE BRADEN A PERÓN Y NÉSTOR. Recordemos ahora lo
que Néstor contestó a Escribano, esto es, a La Nación, a las
corporaciones y a Washington. "Mi mayor preocupación es que me acompañen
los argentinos, por eso no empiezo por los empresarios ni por el
embajador de ningún país. Tampoco pienso en un alineamiento automático
con EE UU ni en buscar que me aprueben como precondición para gobernar
mi país. Ocurre que usted y yo tenemos visiones distintas del país."
Revolucionaria respuesta, como revolucionario el coronel Perón con
Braden cuando este le llevó en el '45 un pliego con condiciones
similares. ¿Recuerda el lector? A las imposiciones del embajador
estadounidense y su célebre "créame señor presidente, que si usted hace
todo esto será muy bien considerado en mi país", Perón retrucó: "Vea
señor Embajador: a mí no me interesa ser muy bien considerado en su país
al costo de ser un hijo de puta en el mío." Néstor se manifestó en
iguales términos. Convicción, coraje y patriotismo, dotes que en la
Cumbre de Mar del Plata, en 2005 y junto al gran mariscal del segundo
Ayacucho Hugo Chávez Frías, llevó a su máxima expresión revolucionaria.
Publicado en:
http://www.infonews.com/2013/10/27/economia-105444-nestor-kirchner-pueblo-patria-y-revolucion-1950---siempre.php
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