“Lo que quiero dejar aquí señalado es que nada hay más engañoso que la prensa llamada independiente” Cuando el estado ejerce censura por lo general se conoce, cuando se lee la prensa partidaria se sabe a que tendencia responde “Pero no ocurre lo mismo cuando el órgano de difusión se disfraza de independiente”. (Jauretche)
Quizá los medios puedan liberarse de las presiones políticas, pero jamás lograrán hacerlo con las económicas y empresarias . Es más, estos mismos medios operan políticamente en beneficio de intereses económicos de las grandes corporaciones y las multinacionales que, en el ámbito del nuevo orden mundial, se han convertido en el intocable gobierno global. En un sistema en el que la información es una mercancía más, es impensable que un periodista, por poner un ejemplo, pueda plasmar una crítica al uso del glifosato en tanto el medio para el que trabaja cuenta como principal auspiciante a Monsanto.
Las intimidaciones económicas sobre la libertad de expresión de los periodistas pueden provenir tanto de los derechos del propietario de los medios como de las presiones económicas que pesan sobre esa empresa. La mayoría de los trabajadores de prensa, en su carácter de asalariados, se encuentran subordinados a los lineamientos editoriales del dueño y patrón del medio y de las empresas que comercialmente lo sostienen.
Según ciertos periodistas (Voceros de los grandes medios de difusión) “La libertad de prensa es la existencia de garantías y derechos que tienen los ‘ciudadanos’ de organizarse para la edición de medios de comunicación cuyos contenidos no estén controlados por los poderes del Estado.”
Pero que decían estos periodistas en otros tiempos, cuando América Latina se encontraba sembrada de cadáveres (Ya sean cadáveres de periodistas o no) a causa de Gobiernos de facto. Y el ESTADO era regido por Gobiernos dictatoriales. ¿…?. Acertaron; no decían nada al tiempo que se relacionaban y negociaban con los militares usurpadores del poder democrático y de la libertad.
Dentro de las estructuras del sistema capitalista a nivel mundial, no es pequeño el control de los medios de comunicación, en la defensa y manipulación sobre la llamada democracia representativa, a la vez que se participa de forma estridente en el ataque a las ideas progresistas, y contra todo lo que asome como una amenaza a sus valores. De ello, somos víctimas permanentes todos los que nos tomamos el derecho de defender nuestra libertad y soberanía. Como ejemplo de ello podemos ver el caso Murdoch:
Cuando estallo en Gran Bretaña un escándalo de gran magnitud, al ser puestos al descubierto los métodos de grabaciones ilegales y sobornos a efectivos policiales por parte de ejecutivos de la publicación The News of the World, propiedad del magnate australiano-estadounidense Keith Rupert Murdoch, muy conocido por sus posiciones de ultraderecha y participante activo con sus contribuciones a las campañas electorales de políticas ultra liberales, y se podría decir de políticas fascistas.
Murdoch, una pieza clave en el sistema capitalista, que defendió a capa y espada el gobierno de George W. Bush, incluida la invasión de Estados Unidos a Iraq, es el dueño de una de las más grandes cadenas de comunicación del mundo, con propiedades principalmente en Gran Bretaña y Estados Unidos. Sus medios en EE.UU. son fundamentalmente las cadena de TV Fox, la Twenty Century Fox, Cadena de Satélites Sky, National Geographic, Harper-Collins Publishers, The Wall Street Journal y Dow Jones, entre otros. Mientras, en el Reino Unido posee las publicaciones, The Times, The Sunday Times, Today, The Sun, Daily Mirror y el recién cerrado The News of the World; además de tener grandes acciones en el Grupo Económico Pearsons, en The Financial Times, The Economist, y anteriormente haber vendido sus acciones de la agencia informativa Reuters.
Murdoch, se ha desprendido de algunos medios pasándolos a dueños ficticios y se ha librado de responsabilidades haciendo creer que los culpables de las escuchas ilegales fueron subordinados de él sin su conocimiento y muchos menos su consentimiento.
“Porque los medios de información y la difusión de ideas están gobernadas, como los precios en el mercado y son también mercaderías. La prensa nos dice todos los días que su libertad es imprescindible para el desarrollo de la sociedad humana, y nos propone sus beneficios por oposición a los sistemas que la restringen por medio del estatismo. Pero nos oculta la naturaleza de esa libertad, tan restrictiva como la del estado, aunque más hipócrita, porque le libre acceso a las fuentes de información no implica la libre discusión, ni la honesta difusión, ya que ese libre acceso se condiciona a los intereses de los grupos dominantes que dan la versión y la difunden. (Jauretche)
Ataque sistemático a los adversarios políticos de la empresa mediática: Las empresas de medios concentradas cuyos intereses se ven limitados de diversos modos por los gobiernos de turno (por ejemplo, a partir de leyes de democratización que, como la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en la Argentina, limitan su enorme poderío), tienden a destacar y a enfatizar de forma sistemática la información que pueda perjudicar la imagen de aquéllos que ponen en cuestión o limitan el poder empresarial mediático (por ejemplo, el kirchnerismo en la Argentina). En ese marco, no dudan en reiterar información irrelevante o secundaria de forma insistente y monotemática, siempre y cuando se encuentre dirigida y permita atacar las bases de legitimidad del Gobierno que afecte directa o indirectamente sus intereses empresariales. El sujeto mediático, tiende e intenta construir un relato unidireccional y legitimar sus mentiras acerca de la realidad social, negando y ocultando su inequívoca pertenencia a grupos de intereses económicos, empresarios y políticos.
Los medios de comunicación masiva son un verdadero poder y los instrumentos que utilizan los caracterizan como una clase de poder ideológico; maquillando según les convenga a candidatos políticos comprometidos en defender los intereses de esos medios. Estas empresas mediáticas, hacen actuar a sus periodistas y conductores de programas como agentes de prensa de políticos afines a sus necesidades inmediatas, pero cuando dichos políticos dejan de serles útiles, los mismos periodistas que antes los alababan los condenan al ostracismo quitándoles minutos de TV, aire en programas de radios, y líneas en sus medios escritos; hasta que los necesitan nuevamente y los rescatan de la oscuridad y los vuelven a maquillar para unos nuevos “15 minutos de fama”. Estos sujetos políticos están condicionados a seguir un libreto prolijamente elaborado en los despachos de ciertos lacayos de los dueños de los medios de comunicación.
Publicado en:
http://enfoquesgiannatiempo.blogspot.com.ar/2013/11/enfoques-libertad-de-prensa-o-empresa.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario