Los organismos de crédito internacional, como
es el caso del Fondo Monetario Internacional, se delinearon a fines de la Segunda Guerra Mundial, como
parte de las instituciones que los vencedores estaban forjando para dar un
nuevo marco jurídico-financiero al mundo de posguerra.
El Fondo Monetario en particular se organizó
siguiendo las ideas de John Maynard Keynes, con la finalidad de aplicar
políticas anticíclicas de manera global. En palabras del ex Nobel de Economía
Joseph Stiglitz,
Keynes:
Keynes:
“Demostró porqué era necesaria una acción colectiva GLOBAL, porque las acciones de un país afectan a otros. Las importaciones de un país son las exportaciones de otro. Los recortes en las importaciones de un país, por cualquier razón, dañan las economías de otros países.
[…] Keynes temía que en una severa recesión la política monetaria no fuera efectiva, y que algunos países no pudieran endeudarse para financiar un incremento del gasto o para compensar la reducción de impuestos necesaria para estimular la economía. […] Keynes no se limitó a identificar un conjunto de fallos del mercado : explicó porqué una institución como el FMI podría mejorar las cosas, presionando sobre los países para que mantuvieran sus economías en pleno empleo y aportando liquidez para las naciones que afrontaran recesiones y no pudieran financiar un incremento expansivo en el gasto público, [así] la demanda agregada GLOBAL podría ser sostenida.” (1)
Luego Stiglitz pasa a explicar cómo el FMI rápidamente dejó de
lado las concepciones keynesianas y el rol original, para hacer exactamente lo
opuesto: presionar a favor de políticas recesivas liberales o neoliberales.
“(…)el FMI suele fraguar políticas que, además de agravar las mismas dificultades que pretenden arreglar, permiten que esas dificultades se repitan una y otra vez” (2)
Esto no debe extrañar porque el FMI se utilizó –y se utiliza- como
herramienta de un mecanismo de dominación imperial que permite al acreedor
generar políticas económicas en los deudores que le garantizan al primero el
control económico mundial y favorecen el enriquecimiento de las elites que, en
cada país, trabajan a favor de este Orden Imperial.
Toda la arquitectura financiera internacional está pensada para
eso.
Cuando un país llega al punto de deber cifras incobrables, la
lógica de refinanciamientos, ajustes y cesiones de soberanía se multiplican, y
los funcionarios de los organismos financieros internacionales, tal cual hacían
los viejos procónsules romanos, se instalan en los países como Virreyes. Una
vez instalados, la lógica de ajuste más ajuste, y endeudamiento exponencial
pagado siempre con más endeudamiento, y así hasta el infinito, domina a las
naciones, y las lleva a situaciones como las vividas por Argentina en 2001 (3),
o por Grecia(4) o España(5) en la actualidad.
América Latina en general, y Argentina en particular han hecho
grandes esfuerzos por romper con esta lógica, con considerable éxito.
La decisión conjunta de Néstor Kirchner y Luis Inacio “Lula” Da
Silva de saldar en efectivo la deuda con el FMI obligó a dicho organismo a
evacuar sus oficinas en los respectivos ministerios de economía nacionales, y
permitió desarrollar políticas económicas anticíclicas de raigambre
neokeynesiana. En el caso argentino, también permitió refinanciar las deudas
con bonistas privados con una quita que tenía pocos precedentes.
El economista Mark Weisbrot afirmaba en una nota de The Guardian
de fines de 2010:
“El exitoso enfrentamiento de Kirchner con el FMI llegó en un momento en que el Fondo estaba perdiendo rápidamente influencia en el mundo, luego de sus fracasos en la crisis económica asiática que precedió al colapso de Argentina. Le mostró al mundo que un país podía desafiar al FMI y vivir para contarlo. Y contribuyó a la posterior pérdida de influencia del FMI en América Latina y países de medianos ingresos en general. Debido a que el FMI era, en ese momento, la más importante vía de influencia de Washington en los países de bajos y medianos ingresos, esto también contribuyó al deceso de la influencia de los EE.UU.(…) Junto con su esposa, la actual presidente Cristina Fernández, Néstor Kirchner hizo una enorme contribución a ayudar a que Argentina y la región se unieran en una dirección progresista.
Estos esfuerzos generalmente no le han ganado mucho favor de Washington ni de los círculos internacionales de negocios ; pero quedará en la historia, no sólo como un gran presidente, sino como un héroe de la independencia de América Latina.” (6)
El pago de la deuda al FMI, así como la exitosa refinanciación de
las obligaciones con los bonistas (realizada en dos etapas, 2005 y 2010, hasta
llegar al 93% de los deudores) permitieron a la Argentina demostrar que
se podía “burlar” el cepo del sistema financiero imperial y no sólo vivir para
contarlo, sino vivir prosperando. Argentina se convirtió en el “mal ejemplo”
que muchos quieren eliminar para lograr que el sistema de dominación internacional
recupere su viejo prestigio.
Ese 7% de los bonistas que no entraron en la refinanciación -y al
que ahora Argentina le ofrece una tercera fase del canje (7)- está integrado en
su mayor parte por los llamados “Fondos Buitre”, corporaciones financieras
internacionales que compran bonos de deuda incobrables a precios de saldo (a
veces a un 10% de su valor nominal), y luego emplean todo su poder de lobby
para intentar recuperarlos al 100% o más (8). Los buitres operan sobre los
funcionarios de los gobiernos y sobre las corporaciones judiciales,
tradicionalmente cooptadas por los grandes poderes económicos corporativos (9).
Debemos recordar que dichos inversores distan mucho de ser
“acreedores de buena fe”, como sostuviera hace poco el economista PRO Carlos
Melconian (10). En primer lugar porque cuando un país paga intereses mucho más
altos que otro esto se debe a la incertidumbre acerca del cobro, y en segundo
lugar por lo señalado antes: los compraron a precio de remate cuando ya eran
incobrables.
Hoy Argentina enfrenta un planteo judicial de estos fondos buitres
en la justicia de New York, y ha recibido fallos desfavorables del juez Thomas
Griesa y de la Corte
de Apelaciones –queda aún la instancia de la Corte Suprema de Estados
Unidos-. Si bien funcionarios políticos de los propios Estados Unidos han manifestado
su apoyo a la postura argentina, el poder financiero internacional y sus
adláteres judiciales funcionan muchas veces con considerable autonomía del poder
político –que no es el único poder-
La discusión entre el Estado Argentino y estas corporaciones
especuladoras decide mucho más que una interna política argentina entre
partidarios y opositores a un gobierno que, como todos los gobiernos
democráticos, asume en una fecha y se retira cumplidos sus cuatro años de
mandato. La puja es mucho más seria ya que si Argentina cumpliera con los
requerimientos de los fondos buitres abriría la puerta para que el 93% de los
acreedores que ya refinanciaron su deuda exigieran el mismo tratamiento, lo
cual significaría desembolsar decenas de miles de millones de dólares… mucho
más que las reservas que Argentina tiene. El país quedaría en una situación como
la de Grecia, endeudado más allá de toda posibilidad de pago, con su soberanía
restringida e incluso con el riesgo de su continuidad como tal, como Estado, como
temía en 2002 el economista Jorge Gaggero (11).
Argentina tiene en su ventaja muchas de las características del
propio sistema financiero internacional que la cuestiona. El economista Joseph
Stiglitz sostuvo recientemente en una nota titulada “La Victoria de los Buitres”
que la decisión de la Corte
de Apelaciones:
"al menos, hace inviables todas las reestructuraciones de deuda en los contratos de deuda estándar [ya que] ha volcado […] un principio básico del capitalismo moderno, que cuando los deudores no pueden pagar a sus acreedores, se necesita un nuevo comienzo".(12)
Sin embargo, y pese a que un fallo adverso de la Corte Suprema norteamericana
volvería “jurídicamente insegura” la plaza financiera neoyorkina, anticipar el
resultado de esta disputa es imposible.
Sin embargo hay algo que es muy claro: cuando el Águila Imperial hiere,
llegan volando los buitres para completar la faena. Siempre que esto sucede, las
hienas locales, de Malinche hasta ahora, están esperando para participar del
festín.
Adrián Corbella, 7 de septiembre de 2013
Notas:
(1): Joseph Stiglitz: El Malestar en la Globalización,
Taurus, Buenos Aires, 2002, pags.274-276
(2): ibid.
(3): Ver Jorge Gaggero: El mejor alumno en la picota, 2002 y 2012,
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-5909-2012-04-02.html
(4): Ver por ejemplo http://economia.elpais.com/economia/2013/06/06/actualidad/1370474173_820633.html
o http://www.datosmacro.com/deuda/grecia
(5): Ver por ejemplo Juan Laborde: La deuda impagable de España http://vozpopuli.com/blogs/2904-juan-laborda-la-deuda-impagable-de-espana
(6): Mark Weisbrot: Néstor Kirchner: Argentina’s independencia
hero, The Guardian, 27-10-10 http://www.theguardian.com/commentisfree/cifamerica/2010/oct/27/nestor-kirchner-argentina-imf
(8) Ver al respecto Eric Calcagno: Buitres y Víboras http://adriancorbella.blogspot.com.ar/2013/08/buitres-y-viboras-por-eric-calcagno.html y Agustín D’Attelis: Se aleja el fantasma del default técnico http://www.infonews.com/2013/08/24/economia-93813-aleja-el-fantasma-del-default-tecnico.php y Nicolás Furfaro: Quiénes son y como operan los lobbistas políticos de los buitres http://www.infonews.com/2013/08/25/economia-93939-quienes-son-y-como-operan-los-lobbistas-politicos-de-los-buitres.php
(9) Basta recordar al respecto la telenovela de la Fragata Libertad en Ghana por una sospechosa decisión de la Justicia ghanesa, finalmente rechazada no sólo por el Tribunal internacional del mar sino por la propia Corte Suprema del país africano.
(10): Ver al respecto la discusión entre Carlos Melconian y Carlos
Heller http://www.cronista.com/economiapolitica/Heller-vs.-Melconian-Los-fondos-buitre-no-son-acreedores-de-buena-fe-20130827-0102.html
(11): Gaggero, 2002 y 2012, op.cit. y también http://www.infonews.com/2013/09/01/politica-95335-cristina-los-fondos-buitre-se-quieren-llevar-puesto-al-pais.php
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