EL PERIODISTA Y SU CIRCUNSTANCIA
Acabo de leer una nota que pretende abordar la comprensión
del peronismo desde un lugar que ignora los logros obtenidos durante los años
siguientes a su irrupción en la escena nacional. Dejando a un costado los
derechos sociales y laborales incorporados a la realidad nacional y las
profundas transformaciones que le cambiaron la vida a los sectores más
postergados de la Nación,
y a la Nación
misma. Incluso, dejando de lado a los millones de personas que se identifican
con este movimiento.
Con el cinismo que lo caracteriza, el periodista que
escribe la nota, hace foco en aquellos dirigentes que defeccionan del proyecto
nacional que conduce Cristina Fernández de Kirchner.
Toma el ejemplo de Leonor Granados, que juró como diputada
del Frente para la Victoria
y se pasó a las filas de Sergio Massa. Haciendo la siguiente definición “Leonor
es la heredera de una historia que, como mínimo es pintoresca y como máximo,
contribuye a entender el extrañísimo fenómeno del peronismo”.
Este párrafo merece una primera reflexión, menciona “…el
extrañísimo fenómeno del peronismo…” Sin duda el peronismo es “extrañísimo”
para ciertos sectores sociales que han mirado y miran con “extrañeza” a los
sectores populares cuando pueden acceder a derechos que sólo tenían las clases
acomodadas.
Sensación esta, el “extrañamiento” que se transforma en
odio de clase porque deben compartir con los sectores postergados, lugares y
espacios que sentían como propios y exclusivos.
Más adelante, el periodista, que alguna vez tuvo posturas
cercanas a la izquierda extraviada, y hoy sigue tan extraviado, pero hacia la
defensa del “más débil” escribe sobre otros traspasos a las filas del Frente
Renovador y dice “…Lo que realmente me resulta relevante a mi, es todo lo que
esto dice de la esencia peronista. Es realmente curioso que un movimiento cuyos
dirigentes hablan de lealtad todo el tiempo, está tan pero tan lleno de
traidores”.
Acá queda claro porque le resulta “extrañísimo” el
peronismo. Si alguien es serio y honesto en el análisis de un movimiento
político, no puede quedarse con las actitudes de ciertos dirigentes. Sino
considerar la coherencia de los millones de seguidores de ese movimiento. Tener
en cuenta la historia pasada y presente. El bombardeo a la Plaza de Mayo, el
derrocamiento del peronismo, la proscripción durante 18 años, los fusilamientos
que sufrió, la resistencia peronista, las elecciones que ganó con Perón en el
exilio.
El triunfo de Cámpora, la tercera elección que ganó Perón.
Para no hablar de la década que se inicia el 25 de Mayo de 2003 y que motiva
esta nota gorila, ni de los treinta mil desaparecidos que dejó el genocidio,
con la complicidad de los medios, uno de los cuales le paga el sueldo a este
periodista.
¿Qué otro movimiento político nacional puede evidenciar tal
grado de lealtad y compromiso de sus seguidores y militantes?
La medida no pueden ser los dirigentes que no están a la
altura de la historia de lucha del movimiento peronista.
Ese análisis que hace, es tan falaz como sería explicar la Revolución Cubana
desde los “gusanos” que se fueron a Miami.
Para concluir con su estigmatización del movimiento que
nació para transformar la realidad política Argentina, y por qué no
Latinoamericana, este periodista, ignorante por mano propia de la historia
nacional. Termina su nota con una conclusión que tal vez, hable de su propio
derrotero personal y profesional.
Escribe “…la traición es la única garantía para sobrevivir
en esta jungla…”
(Reflexiones sobre la nota “La 21 verdad peronista” de
Ernesto Tenembaum)
Daniel Mojica
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