Y la recibo ante nosotras, con la certeza de que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas”.
Con estas palabras, Eva Perón, quien hizo del amor por su pueblo
una razón de vida, anunciaba, por primera vez, que adquiríamos el
derecho a expresarnos en las urnas.
Si hubo una mujer con coraje, que logró garantizar el voto
femenino, como lo fue Evita, la misión que nos debemos no puede ser
menor que la de seguir construyendo colectivamente todos los espacios
que generen más oportunidades para nuestras mujeres.
En Argentina, la historia nos regaló protagonistas admirables, como
Evita, Alicia Moreau de Justo, las Madres y las Abuelas de Plaza de
Mayo, Juana Azurduy, y como nuestra incansable presidenta Cristina. Una
mujer con constancia, coherencia y convicción, que sabe cuándo decir que
sí y también cuándo decir que no. Una mujer que genera y convoca a la
participación de todas las mujeres, en todos los espacios, y que posee
la fortaleza y las condiciones para seguir profundizando este modelo y
para darle al país el lugar que merece tener.
La militancia y la responsabilidad política de gestión son
fundamentales para consolidar definitivamente el rumbo de esta gran
Argentina. Un camino que nuestro querido Néstor nos llamó a transitar.
Es esa fuerza permanente de construcción que él nos dejó la que nos hace
colectivos, la que deja de lado el individualismo y la que nos suma a
cada uno y a cada una para ser miles, y para seguir levantando las
banderas de inclusión e igualdad. El trabajo y el compromiso que nos
definen día a día, no está determinado por las lógicas de un
razonamiento matemático o de una receta neoliberal. Nos impulsa, como
decía Eva, ese sentimiento de indignación frente a las injusticias.
Hoy, no nos imaginamos un país en donde no podamos votar, en donde
no podamos elegir a quiénes nos representan. Pero esa realidad, en
tiempos históricos, no es lejana. Como no son lejanos los tiempos más
oscuros, ni las crisis más arrolladoras. Hoy no nos imaginamos un país
sin protección social, sin trabajo, sin garantías constitucionales, sin
justicia, sin democracia, sin políticas públicas inclusivas, sin un
proyecto de gestión que reivindique derechos.
Homenajearla hoy a Evita, y a todas las mujeres luchadoras de
nuestra Patria, es entender que, con voz y voto, con decisión y
compromiso, se pueden hacer muchas cosas. Es entender que lo que
decimos, hacemos y proclamamos, debe tener sus cimientos construidos por
los principios de solidaridad, unidad y trabajo. Porque la Patria es el
Otro. Recordarla hoy a Evita es hablar de hechos y no de promesas.
Y ese también es nuestro desafío, y a eso nos convoca esta nueva
historia de esperanzas. A seguir abriendo caminos de igualdad, a
acompañar a Cristina en la conducción de este hermoso país. En
definitiva, a seguir transformando la realidad con hechos y no con
promesas. Nunca un paso atrás. Siempre cinco o diez hacia adelante...
Eva María Ibarguren, Eva María Duarte, Eva Duarte, María Eva Duarte de Perón, Eva Perón...
El nombre que la reconoció en su totalidad, el nombre que eligió el
pueblo que es patria para llamarla y quererla. Evita. Simple y
eternamente Evita.
Publicado en:
http://www.infonews.com/2013/09/22/politica-99054-eternamente-evita.php
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