Un lugar nacional y popular, por Gustavo López (para “Tiempo Argentino” del 13-11-11)

Necesidad de autocrítica

Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 13 de Noviembre de 2011

Por Gustavo López
Vicepresidente Concertación FORJA.

Desde FORJA convocamos a aquellos radicales progresistas, y a todos los que participan de la idea de un país integrado e inclusivo, a sumarse a nuestras filas.

Después del contundente triunfo de Cristina Fernández de Kirchner en las elecciones del 23 de octubre último y la consecuente derrota y frustración de la UCR por la magra cosecha electoral, muchos dirigentes del radicalismo comenzaron a debatir cambios de caras, ascenso de nuevos dirigentes o de aquellos que hubieran obtenido un triunfo electoral, con el objetivo de volver a posicionar al partido más antiguo de la Argentina como fuerza alternativa nacional. Un solo dirigente, reflexionando en voz alta, señaló que el problema no era de personas sino de ideas: la cuestión central, manifestó, fue que votamos en contra de las principales leyes que durante décadas habíamos impulsado.
Se refería a la Ley de Medios, a la ley de reestatización de los fondos de jubilaciones y pensiones, a la ley de movilidad jubilatoria, y uno debería agregar, a la oposición sistemática sobre todas las medidas progresistas y transformadoras que históricamente formaron parte del acervo político popular y, como ya sucediera en otros momentos de la historia, la UCR dejó de lado para volverse conservadora.
Desde nuestro partido Concertación FORJA, formado no sólo por ex dirigentes y militantes radicales, sino por otros militantes provenientes de la centroizquierda, planteamos todos estos años la necesidad de formar parte de este proceso transformador iniciado en 2003, aceptando la convocatoria que en su momento hiciera Néstor Kirchner de unir las historias progresistas de los movimientos populares de la Argentina, peronistas, radicales, socialistas, cooperativistas, humanistas, etc. y enfrentar juntos a los grupos concentrados que siempre pretendieron un país para unos pocos, frente a la construcción de una Nación para todos.
Las banderas históricas de nuestros partidos: democracia plena, justicia social, respeto por los Derechos Humanos, castigo contra los crímenes de lesa humanidad, independencia de la Corte Suprema de Justicia, desarrollo económico con redistribución de la riqueza, integración latinoamericana, autonomía científica y tecnológica, fueron levantadas por Néstor primero, continuadas y profundizadas después por el gobierno de Cristina Fernández, dividiendo claramente los dos grandes veredas de la vida política nacional: el movimiento nacional y popular por un lado y el neoliberalismo conservador por el otro.
Así como en la década de 1930, después de la muerte de Yrigoyen, el radicalismo abandonó sus banderas populares y tuvo que nacer FORJA con Jauretche y Manzi para sostenerlas y crear un pensamiento progresista nacional, hoy, con todo respeto a los que piensen lo contrario, muchos creemos que el proceso interno está agotado desde hace bastante tiempo, y que nuestras banderas históricas fueron levantadas desde 2003 por este proceso político en el que contribuimos desde nuestra primera identidad.
Sostener estructuras vacías no ha dado resultado nunca a lo largo de la historia. Los partidos políticos laten con el corazón del pueblo, con la pasión y por las ideas que nos mueven. Sin ideas, sin pasión, sin corazón no hay cambios.
Por eso, desde FORJA convocamos a aquellos radicales progresistas y a todos los que participan de la idea de un país integrado e inclusivo, a sumarse a nuestras filas para que desde nuestra propia historia construyamos el presente y el futuro junto a todas las fuerzas políticas de este gran movimiento nacional.
Lo importante son las banderas, entendidas como ideas y acciones concretas. Muchas de las cosas que siempre soñamos, comenzamos a concretarlas en un país que hasta hace pocos años sólo producía pobres y excluidos. En 1916, al asumir la presidencia, Yrigoyen dijo: “La Nación ha dejado de ser gobernada, para gobernarse a sí misma.”
Hay un lugar nacional y popular, y también hay un lugar conservador y neoliberal. A esta altura del siglo cada uno sabe en qué lugar está.

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