Arriba : Mariano Rajoy. El líder del Partido Popular llega con los votos, pero no con libertad para marcar la agenda económica.
España: poder absoluto para el Partido Popular
Mariano Rajoy gobernará con mayoría absoluta. Pero desde afuera le llega la orden de implementar un ajuste severo, en una España con cinco millones de desocupados.
En Grecia, en Italia, las elites políticas hicieron a un lado la voluntad popular, e instalaron gobiernos técnicos. El socialista Georgos Papandreu fue reemplazado en Atenas por el economista Lucas Papademos, y en Roma el también economista Mario Monti sustituyó en la jefatura de gobierno al centroderechista Silvio Berlusconi. En Madrid, como antes había ocurrido en Portugal, fue diferente. Para producir el cambio de gobierno funcionaron las instituciones de la democracia representativa. Aunque en cita anticipada, fue el voto popular el que eligió el domingo quién sucederá al presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.
La España negra.
Al socialismo le tocó la mayor crisis económica de la historia de la España democrática, con cinco millones de desocupados: uno de cada cinco españoles no tiene trabajo (el número de desocupados se eleva a uno de cada dos, si la estadística se restringe a los jóvenes). El 45 por ciento de los españoles votó por Mariano Rajoy, candidato del Partido Popular (PP), contra apenas un 29 por ciento que prefirió al oficialista Alfredo Pérez Rubalcaba. El voto castigaba al Partido Socialista Obrero (PSOE) en el poder, responsabilizándolo por la gestión de la crisis –en Francia, en las presidenciales del año que viene, los socialistas derrotarán a Nicolas Sarkozy por el mismo motivo–. Pero derechas e izquierdas parecen dispuestas a votar un mismo programa de austeridad, con distinto ejecutor. Recortes a los gastos sociales y flexibilización, o precarización, del mercado laboral, para que a las empresas resulte más fácil, y barato, contratar y sobre todo despedir empleados.
“El nieto de Franco”.
Las elecciones generales españolas fueron el 20 de noviembre. La fecha coincidió con el aniversario de la muerte de Francisco Franco. Por primera vez desde 1975 los partidarios del dictador que acaudilló España desde el fin de la Guerra Civil en 1939 no pudieron conmemorar en las calles, por la veda política. Acusaron al gobierno socialista de la coincidencia, que juzgaron poco casual, y dirigida a compensar que los sondeos anunciaban de antemano que otro derechista, gallego como el Generalísimo, nacido en 1955 en Santiago de Compostela, iba a triunfar en las elecciones a las que se presentaba como candidato por tercera vez en su vida. “El nieto de Franco”, llamaron algunos a Mariano Rajoy.
Un democristiano en Madrid.
El sobrio líder del PP será el primero con barba, el primero con lentes, en gobernar España desde 1975. En la vida real, no en la propaganda, Rajoy es nieto de un republicano desfavorecido por el régimen franquista. Ideológicamente, sus posiciones son las de un demócrata cristiano europeo. Si el italiano Mario Monti habló con Barack Obama después de asumir, Rajoy al día siguiente de la elección habló durante veinte minutos en línea directa con la democristiana Angela Merkel. La canciller alemana tiene el mayor interés en que Rajoy apure los ajustes. Si los bancos franceses compraron deuda griega y alemana, los alemanes compraron deuda española. Y, en el Parlamento Europeo, derrotado Berlusconi, los populares españoles son los mayores aliados de los democristianos alemanes. De hecho, Rajoy y Merkel, que el lunes conversaron por teléfono, se verán el próximo 8 de diciembre en Marsella en el congreso del Partido Popular Europeo. Y la prima de riesgo de España, que alcanza valores históricos estos días de hasta 500 puntos, es el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo.
La tiranía de las agencias.
La agencia de calificación Fitch pidió al futuro gobierno de Rajoy “medidas adicionales” a las que ya tomó el Ejecutivo socialista. La victoria electoral, señaló Fitch, “ofrece una ventana de oportunidad”. La agencia de calificación quiere un “ambicioso y radical programa de reformas estructurales y fiscales” que “sorprenda” a los inversores. Standard & Poor’s ya apuntó el lunes poselectoral que “la clara mayoría” del PP en las urnas “podría facilitar la implementación anticipada de medidas de reforma”. Ella y Fitch mantuvieron la nota de solvencia que dan a España (AA-), pero dejan la puerta abierta a futuras bajadas en función del déficit público.
Cómo subir y bajar los impuestos.
A las empresas, Rajoy prometió bajarles los impuestos para así favorecer el crecimiento económico. Pero también tendrá que recortar 16.000 millones de euros en gastos en los presupuestos generales del Estado para 2012 para cumplir con el 4,4 por ciento de déficit público al que se ha comprometido España. Esa cantidad podría ser mayor si el déficit público de este 2011 supera el objetivo fijado del 6 por ciento. Y además, deberá recaudar más –lo que le obligará a aumentar los impuestos–.
La suma del poder público.
Cuando asuma su cargo en diciembre, Rajoy se convertirá en el político que más poder atesora desde el regreso de la democracia a España. Desde las elecciones autonómicas y municipales de mayo, su partido gobierna ya en la mayoría de las regiones españolas. En su tercer asalto a La Moncloa, los populares consiguieron el domingo el mejor resultado electoral de su historia, y de la historia de los partidos políticos en la España democrática. Ganaron 186 de los 350 escaños que tiene el Congreso de los Diputados; bastan 175 para la mayoría absoluta. Fue felicitado por el ex presidente de derecha que también fue el jefe del Partido Popular, José María Aznar. Que nunca tuvo tanto poder en sus manos. Pero, en sus ocho años de gobierno y bonanza económica, su esposa, y también política, Ana Botella, estrenaba un vestido nuevo cada día.
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http://veintitres.infonews.com/nota-3765-internacionales-El-mandato-de-ajustar.html
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