05 de noviembre de 2011
Por Enrique Bollati - Sociólogo y encuestador
Todos sabemos que existen subsidios, pero prácticamente nadie podría enumerar la totalidad de los mismos que -directa o indirectamente- se aplican en nuestro país en este momento, porque son muchísimos.
Para colmo, subsiste la dificultad de definir si ciertas cosas son o no un subsidio. Recordemos que, en el sentido que se le da habitualmente, un subsidio es una transferencia de dinero desde un sector socioeconómico a otro, mediado o efectivizado por el Estado, sea nacional o provincial.
En esta línea podríamos preguntarnos si el costo de la educación universitaria, por ejemplo -sea ésta pública o privada- es o no un subsidio. En sentido estricto lo es, ya que el Estado nacional recauda fondos, vía IVA, por ejemplo, de los sectores populares (que hacen poco o ningún uso del sistema universitario) y los transfiere a otros sectores, los medios y medio altos, en este caso.
Es complejo, pero veamos qué sabemos de los subsidios más comunes; esto basado en una serie de investigaciones realizadas durante el trascurso de este año.
a. Casi el 70% de los entrevistados cree que aún subsisten los "planes" clientelísticos del tipo "Plan Trabajar" (o descansar, según quien lo nombre), Plan Jefes/as de Hogar, Ticket "Vale Más", etc. Esto es falso, ya que ninguno de estos planes funcionan desde hace años; no hay más "planes".
b. Algo más de 1 de cada 4 encuestados creen que el salario familiar es pagado por el empleador y no por el Estado nacional. Esto es falso; es la Anses la que paga todos los salarios familiares que se cobran.
c. 1 de cada 3 entrevistados desconoce que la Asignación Universal por Hijo es el salario familiar, sólo que pagado a trabajadores en negro y desocupados. Los actuales $ 270 que se perciben en concepto de AUH es exactamente el mismo monto que cobro yo en la UNCuyo por mi hija menor.
d. Casi 70% de los entrevistados desconocen que los sectores medios reciben fuertes subsidios por parte de los Estados nacional y provincial: tarifas de agua, luz y gas; precio del combustible y del transporte público, etc.
No es necesario hacer muchas cuentas para llegar a la conclusión de que una familia de sectores medios tiene mayor consumo de agua, luz y gas que una de sectores populares. Párrafo aparte para el uso de la nafta; prácticamente todo el subsidio a la nafta está dirigido a sectores medios.
e. Cerca del 40% de los entrevistados creen que para obtener el pago de la AUH hay que tener algún "amigote", que no basta con la presentación de los requisitos formales y esto es falso; cualquiera que cumpla con los requisitos, se anota en la Anses y pasa a cobrar este salario familiar para trabajadores en negro y desocupados, aunque concurra munido de su boina blanca, de su estandarte socialista, de su tatuaje del Che o de Hitler.
Mientras se mantengan las condiciones, los pibes vayan a la escuela (hecho certificado por las autoridades de la escuela) y concurran periódicamente a control en el Centro de Salud (hecho certificado por las autoridades del Centro de Salud), lo cobran. Nada a cambio, sólo el hecho de ser residentes argentinos.
Para ser más claro: sólo el seguro de desempleo, en aplicación hace varias décadas, es tan poco susceptible a hechos de corrupción y clientelismo político como la AUH. Y cuidado con esto: muchos de quienes se llenan la boca hablado de "calidad institucional", de uno u otro bando, no fueron capaces de pergeñar un "plan" tan poco susceptible a la corrupción o al clientelismo.
O no quisieron hacerlo, lo que sería aún más grave. Caja Pan, Tickets Vale Más, Plan Trabajar; elijan: ¿cuál de ellos no fue un generador de corrupción institucional en sí mismo?
Un hecho destacable: en nuestras encuestas hemos recolectado infinidad de quejas de personas de sectores medios acerca de los subsidios que reciben los sectores populares. También hemos recolectado muchas quejas al respecto provenientes de los mismos sectores populares.
Sin embargo, nunca hemos escuchado a nadie quejarse de los subsidios que reciben los sectores medios. Y para que esto no sea un punto aislado, sino parte de un debate que nos debemos, cito a quien esté en condiciones de hacerlo a que, por favor, desmienta la siguiente afirmación: El Estado gasta hoy mucho más dinero, en valores absolutos, en subsidios a sectores medios, que en subsidios a sectores populares.
Algo aún más preocupante es que en un importante -aunque no mayoritario- sector de los estratos medios, al profundizar las objeciones sobre los subsidios a sectores populares surge una posición que asusta: al poner en juego diversas argumentaciones, el punto que subsiste podría sintetizarse en términos coloquiales así: "Si los negros se pueden comprar un LCD, ¿cuál es la diferencia entre ellos y nosotros?"
Ya no hablamos de inclusión, ya no hablamos de contraprestaciones ni de cultura del trabajo; hablamos de mantener la débil línea que nos separa de los otros vía aplicación de la política del ligustrín: cortar la cabeza al que se asome.
Creo que hay un par de temas políticos de resolución mucho más urgente, como son la reforma del sistema tributario que nos dejó Cavallo y la reforma de la ley de entidades financieras, pero modificar las actitudes que acabamos de enumerar no depende tanto del Estado, como de nosotros mismos, de tratar de enterarnos en qué mundo vivimos antes de levantar el dedo admonitorio.
Las opiniones vertidas en este espacio, no necesariamente coinciden con la línea editorial de diario Los Andes
Publicado en :
http://www.losandes.com.ar/notas/2011/11/5/subsidios-sectores-medios-604628.asp
ACLARACIÓN DE “MIRANDO HACIA ADENTRO” :
A diferencia del Diario “Los Andes”, la línea editorial de este blog no tiene el más mínimo inconveniente con las opiniones vertidas en este espacio.
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