Publicado en "Miradas al Sur" . Año 3. Edición número 145. Domingo 27 de febrero de 2011
Por
Eric Calcagno (senador de la Nación) y Alfredo Eric Calcagno (doctor en Ciencias Políticas)
politica@miradasalsur.com
La historia del Fondo Monetario Internacional (FMI) tuvo sus vicisitudes, pero ha mantenido una firme orientación: siempre benefició al sistema financiero (internacional y nacional) y perjudicó a los países deudores medianos y chicos.En su origen, su mandato era muy distinto a lo que fue su práctica posterior. Fue creado para administrar el sistema internacional de pagos y reducir los posibles desequilibrios de la balanza de pagos. Muy pronto, sin embargo, se convirtió en el agente de cobro de la deuda externa que debían pagar los países de mediano o escaso desarrollo, para lo cual les imponía planes de ajuste recesivos, con los que extraía los dólares para el servicio de la deuda. A principios de los años 1970 dejó de administrar los tipos de cambio y los países desarrollados implantaron un régimen caótico de flotación de las divisas. A partir de los años 1980 fue además el instrumento para que los países subdesarrollados aplicaran las reformas estructurales que impuso el Consenso de Washington.Tras su penoso papel con las crisis financieras de las economías emergentes (crisis asiática, rusa, brasileña, argentina, turca, etc.), cada vez más países se alejaron del FMI y de sus recetas, pagando su deuda por anticipado. Con una menor cartera de créditos, el Fondo vio achicarse sus ingresos y su influencia. El FMI se veía amenazado no ya por el oprobio, sino por la irrelevancia.Pero entonces sobrevino la crisis financiera internacional de 2008. Paradójicamente, esta crisis le devolvió protagonismo. No sólo le llegaron nuevos clientes, a los que distribuyó sus recetas recesivas, sino que obtuvo más fondos y el mandato de monitorear la gestión de la crisis. Desde su reconquistado poder, se transformó en el custodio de la hegemonía del sistema financiero mundial y de la sobrevivencia primero, y después de la prosperidad de los bancos.
Cuestionamientos al FMI.
Los hechos, sin embargo, son tercos, y el FMI no puede evitar que surjan cuestionamientos. El primero y más obvio motivo, es el no haber previsto la crisis financiera internacional; y el segundo radica en sus deficiencias para gerenciar la crisis financiera global.La Oficina de Evaluación Independiente del FMI (OEI) publicó con fecha 10 de enero de 2011 un Informe sobre el Desempeño del FMI en el período previo a la crisis financiera y económica: la supervisión del FMI entre 2004-07. Esta Oficina de Evaluación depende del FMI pero no está sujeta a su disciplina jerárquica.En la investigación realizada, la OEI formula graves cargos en contra de la ideología y la capacidad técnica y organizativa del FMI. Veamos algunos de ellos; las frases entre comillas corresponden a citas del Informe de la OEI.
El FMI no previó la crisis.
Para la OEI, la primera falla del FMI fue no prever la crisis; peor aún, vaticinar una importante expansión económica. Presentaba “una visión idílica de la economía mundial”: “En fecha tan tardía como julio de 2007, el personal técnico consideraba que se mantendría una vigorosa expansión mundial y se revisaron al alza las perspectivas de crecimiento, en tanto que se destacaron las crecientes vulnerabilidades en algunos mercados emergentes”. “En gran medida, el FMI avaló las políticas y prácticas seguidas por los principales centros financieros sistémicos ubicados en el epicentro de la crisis”.En la supervisión del FMI sobre Estados Unidos, en 2007 se afirmaba que “los principales bancos comerciales y de inversión se encuentran en una posición financiera sólida, y los riesgos sistémicos parecen ser bajos”. Con respecto al Reino Unido, el FMI sostenía que su sistema bancario “se cuenta entre los más sólidos de las economías avanzadas”. Sobre la zona del euro, el FMI afirmaba: “Las perspectivas son las mejores en años. La economía se encamina hacia una fase sostenida de aceleración, en parte debido a consideraciones cíclicas, pero también debido a las políticas”.Acerca de Islandia, país que sufrió uno de los mayores desastres financieros de la historia, el FMI decía en 2007: “Las perspectivas a mediano plazo de Islandia siguen siendo envidiables. Mercados abiertos y flexibles, instituciones sólidas ... han permitido que Islandia saque provecho de las oportunidades que brinda la globalización”.
Causas de los errores de diagnóstico.
El informe de la OEI no sólo enuncia los errores, sino que enumera varias de sus causas: “Un alto grado de pensamiento de grupo, captura intelectual, una tendencia general a pensar que era improbable una fuerte crisis financiera en las grandes economías avanzadas y enfoques analíticos inadecuados”.
Predominio absoluto del pensamiento único.
Para la OEI, una de las causas de los errores cometidos es la deficiencia en el análisis, en particular la aplicación como dogma del pensamiento único. Se refiere “a la tendencia entre grupos homogéneos y cohesivos a considerar los problemas sólo dentro de un cierto paradigma y a no cuestionar sus premisas básicas”. “La opinión predominante... era que la disciplina de mercado y la autorregulación serían suficientes para evitar problemas graves en las instituciones financieras”.A esta deformación se une la tendencia “a notar solamente la información que coincide con las propias expectativas y a ignorar la información que es incompatible con las mismas”. “El motivo primario de inquietud del FMI fueron los desequilibrios mundiales y la caída desordenada del dólar como riesgo clave para la estabilidad mundial, ignorando los datos que mostraban otros riesgos”.Además, “siguió aplicándose un análisis inadecuado de las relaciones entre la macroeconomía y el sector financiero. Esto se debió a la falta de un marco conceptual adecuado”.Para la OEI, hubo omisión y mal manejo de los datos, junto con interpretaciones económicas erradas. “En primer lugar, muchos de los datos disponibles fueron ignorados o interpretados erróneamente (por ejemplo, el crecimiento del crédito, el apalancamiento, la expansión de instrumentos de alto riesgo y los balances de los hogares)”. “En segundo lugar, la falta de datos no impidió que el FMI elogiara la situación de algunos sistemas financieros o las posibilidades de diversificación de riesgos que ofrecía la titularización.”
Obstáculos organizativos.
La acción del FMI adoleció de importantes defectos organizativos. El primero que señala el Informe es el de “operar en compartimentos estancos” (“el FMI opera como pequeños feudos”). Pero en seguida surge lo ideológico: “Varios altos funcionarios opinaron que el hecho de expresar fuertes puntos de vista en contra de la corriente podía ‘arruinarles la carrera’”. “El personal técnico veía que las evaluaciones que se adaptaban a la opinión general no eran penalizadas, aun cuando resultaran erradas”.A esta dificultad para expresar opiniones heterodoxas, se unen los “fuertes desincentivos para ‘decirle la verdad a los poderosos’, especialmente en los grandes países”. Muchos funcionarios técnicos creen que “no se les puede decir la verdad a las autoridades debido a que... los gobiernos de estos países son nuestros dueños”.
Las fallas del FMI.
La conclusión más importante que surge del informe de la OEI es la descripción real de la ideología y el modo de proceder del FMI, enunciados por una oficina del FMI. Resumamos su contenido.1. El FMI no sólo no alertó acerca de la posibilidad de una crisis, sino que predijo una época de crecimiento y bonanza económica.2. Entre las causas de los errores cometidos, figuran: primero, la deficiencia en el análisis (sobre todo por la aplicación de un cierto paradigma sin cuestionar sus premisas); segundo, que la única información que se considera es la que coincide con las opiniones propias; tercero, se realiza un análisis inadecuado de las relaciones entre la macroeconomía y el sector financiero; cuarto, en el manejo de los datos, existen omisiones y mal manejo, junto con interpretaciones económicas erradas.3. Con respecto a los defectos organizativos, la OEI señala la operación en compartimentos estancos; la sumisión a los gobiernos de los países grandes, “porque son nuestros dueños”; el temor de los funcionarios a que si expresan opiniones “en contra de la corriente interna, se les arruine la carrera”; además, no se penalizan las opiniones erradas, si están de acuerdo con la corriente general.Con estos antecedentes, parece absurdo que la comunidad internacional le haya otorgado una función fundamental en la salida de la crisis financiera mundial a un organismo con las enormes carencias teóricas y los defectos ideológicos y de acción enunciados por su propio organismo de evaluación; por supuesto, esto no lo dice de modo expreso la OEI, pero surge con evidencia de su Informe. En síntesis, por si no bastara su trayectoria invariable a favor de los bancos y en contra de los países, ahora este Informe implica una confesión de parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario