SCALABRINI ORTIZ, por Jorge Scalabrini Ortiz (para "Tiempo Argentino" del 05-03-11)

Arriba : Scalabrini Ortiz devela los mecanismos de la dominación británica en Argentina
[La imagen no aparece en la nota de TIEMPO ARGENTINO]

Publicado en el Correo de Lectores de TIEMPO ARGENTINO el 5 de Marzo de 2011
Por Jorge Scalabrini Ortiz

DNI 5619295

Sr. Director de Tiempo Argentino

Roberto Caballero:

El que suscribe tiene el agrado de dirigirse a Ud. a fin de solicitar que se publique en Cartas de lectores una aclaración sobre el homenaje que a partir del 15 de marzo hasta el 10 de abril se les hará en el Palais de Glace a varios pensadores argentinos, entre ellos a mi padre, Raúl Scalabrini Ortiz. Ahora bien, en la página web del evento (http://www.ellospensaron.com.ar/) se realiza un resumen de su obra, pero una vez más, como han hecho algunos autores, se intenta vincularlo al marxismo al indicar que la Revolución Rusa “lo acercó a la izquierda. Comenzó a leer a Marx y Engels, a Lenín y Plejánov”, sugiriendo que esa ideología haya influido en sus investigaciones. Su obra desmiente esa tesis. En su libro El hombre que está solo y espera, de 1931, puntualiza que: “Hay una lucha enorme ya planteada y entablada entre dos gigantescas potencias materialistas: EE UU y la Rusia Soviética. Ninguna de las dos tiene una migaja de espíritu. Rusia lo perdió al iniciar el bolcheviquismo”. Scalabrini fue un gran humanista, un hombre que valoraba sobre todo la libertad, único ámbito donde los pueblos pueden luchar contra la explotación del hombre por el hombre o por el capital. No tuvo influencias foráneas para realizar sus investigaciones. Puntualizó al efecto: “Entré al estudio de la historia argentina por un atajo que no estaba previsto. Fui directamente, sin ideas preconcebidas, a enterarme del proceso de formación de nuestra economía.” Además, indicaba: “El realismo económico que propiciábamos en FORJA comenzó a ser desprestigiado como sospechoso de izquierdismo comunizante”, y agregaba: “Para la maledicencia, el autor fue sucesivamente un instrumento del oro ruso, del oro yanqui y del oro nazi, y cada vez que se detuvo por imperativo de la necesidad cotidiana o por no tener materialmente dónde publicar sus trabajos, se dijo que había sido doblegado por el oro británico.” Para que no queden dudas de su pensamiento nacional, alejado de cualquier ideología foránea, mencionemos que el General Perón, en carta a su viuda, a un mes de su muerte, expresaba: “Los que hemos luchado por los ideales que inspiraron la vida de Scalabrini Ortiz no podremos olvidarlo, como no lo olvidarán las generaciones de argentinos que escucharon sus enseñanzas y lucharán para hacerlas triunfar en el tiempo y en el espacio.”

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