Elecciones 2011
Director de Miradas al Sur.
Es cierto que la imagen de la presidenta tiene un peso importante, trascendental en este año. Pero lo que evidencia Cristina es que no es una figura individual querida y respetada solamente. Ella es el resultado de un entramado colectivo.
Mientras se espera el recuento definitivo de los votos y buena parte de la sociedad se pregunta por qué recién hoy llegarán los telegramas con los resultados de 15 urnas, Mario das Neves se explayó por América 24. Lo más curioso es que el canal de Vila-Manzano-De Narváez ya daba por cerrado el tema y el videograph daba ganador al inencontrable Martín Buzzi. Claro, hay que entender que Francisco de Narváez estaba ahí, en Rawson, el domingo a la noche, en el búnker de Das Neves.
El todavía gobernador de Chubut y ex aliado por años de Néstor Kirchner debía pensar que, para muchos televidentes, él era un precandidato presidencial. Porque, en definitiva, la idea de Das Neves es llegar a octubre al frente de una fórmula capaz de competir contra el o la candidata del Frente para la Victoria. “A ver, si Amado Boudou es parte del proyecto nacional y popular estamos al horno con papas”, dijo en una de las tantas definiciones punzantes el gobernador.
Después se despachó contra Aníbal Fernández, a quien le auguró que se ocuparía de temas de descenso por sus funciones en el Club Quilmes. No perdió oportunidad de decir que en Catamarca había ganado Lucía Corpacci “por los tres puntos que le dio (Ramón Saadi)” sin recordar siquiera que la victoria de la ahora gobernadora fue por un punto más.
El periodista de América, seguramente, estaba instruido para no repreguntar ni interpelarlo por semejantes desvaríos. Sí intentó averiguar si Das Neves participaría de esa especie de internas abiertas anticipadas –al estilo de las primarias de los Estados Unidos– que el Peronismo Federal quiere inaugurar el 3 de abril en la Ciudad de Buenos Aires. Das Neves no contestaba y el cronista suavemente volvió a preguntar. El gobernador y supuesto precandidato dijo que “lo importante es un acuerdo programático y los nombres son secundarios”.
En un lapsus que controló a último momento, se sinceró: “Lo importante no es quién… tiene más rating.” Quedó más elegante que un concurso de medidas entre él, Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá, tal como habían acordado el pasado 9 de febrero.
La incontinencia de Das Neves es tan frágil como su memoria: hace 45 días se comprometía a esa caravana de internas abiertas y ahora elude presentarse. No hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de que hace 45 días su candidato Buzzi tenía 15 puntos por encima de Carlos Eliceche, la realidad de este domingo pasado lo deja fuera de juego.
Es decir, ¿cómo hacer campaña cuando todavía está fresco el empate en su provincia? ¿Cómo explicar que ganaba por el 70% de los votos y ahora su sucesor llega al 37%?
Ahora bien, ¿hay un espacio para el peronismo por fuera del Frente para la Victoria a escala nacional? En Catamarca, Liliana Barrionuevo, con el apoyo de su hermano Luis, sacó algo más de dos puntos. En Chubut, Graciela Camaño, supuesta precandidata de Duhalde en la provincia de Buenos Aires, quedó pegada a un fracaso menos estruendoso que el de su marido (Luis Barrionuevo) pero sin siquiera un candidato propio. Duhalde perdió el tren y sólo le queda insistir con que Mauricio Macri le haga un lugar bajo el sol PRO.
De modo que Alberto Rodríguez Saá se quedará en una mesa de una sola pata, la suya propia. Tan frenado está el gobernador de San Luis que, en su sitio oficial, los últimos partes de prensa son de diciembre del año pasado y la “agenda de actividades” advierte que “próximamente se publicarán las actividades diarias”.
CHUBUT, LA PRESIDENTA Y LA SEGURIDAD.
Carlos Eliceche denunció fraude. La cantidad de votos recurridos es análoga a la diferencia que hay entre él y Buzzi. Pero, más allá de los números, el tema es del orden de lo ético. El Tribunal Electoral –que es parte del Poder Judicial de la provincia– tiene la obligación de hacer el conteo definitivo –que prometió iniciar hoy y no debería demorarse mucho– además de dar explicaciones sobre las demoras de las 15 mesas que mandan su telegrama hoy y de las eventuales irregularidades que denuncia Eliceche.
El secretario de ese tribunal, Juan Gerber, se había comprometido a dar información online a partir de las 20 horas y sin embargo recién a las 22 empezaron a dar datos. Sin dudas, estas dos elecciones provinciales confirman que la imagen positiva de Cristina Kirchner tiene un peso significativo en los comicios.
Los especialistas en opinión pública suelen remarcar que no es lo mismo –en la cabeza del elector– sufragar para gobernador que para presidente y que son pocas las veces en que el efecto contagio funciona. Sin duda este es uno de los casos. Pero conviene ir un poco más a fondo: es cierto que la imagen de la Presidenta tiene un peso importante, trascendental en este año. Pero lo que evidencia Cristina es que no es una figura individual querida y respetada solamente. Ella es el resultado de un entramado colectivo. De una construcción que articula un modelo de país soberano en las coordenadas de este siglo XXI, con raíces históricas argentinas y latinoamericanas que abrevan en los últimos setenta años. Además, es preciso tener en cuenta que no sólo gestiona el Estado y es la candidata natural para octubre. Ella ocupa el lugar de conducción política de un espacio nacional donde hay distintos sectores políticos y sociales.
Parece fundamental volver a poner en la escena que la profundización del proceso iniciado en mayo de 2003 es más calidad de derechos y una distribución de la renta a favor de los asalariados y de los desposeídos. Esto significa que el sentido de lo nacional y popular no es tirar por la borda a quien piense distinto o, incluso, a alguien que defienda intereses contradictorios con los asalariados o los excluidos.
Cristina lo planteó muy claramente en la inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso: avanzar en una ley que limite la extranjerización de la tierra y de las riquezas del suelo (hoy es el día internacional del agua, por ejemplo) pero –subrayó ella– hay que hacerlo sin espantar las inversiones.
Desde ya que todavía hay un camino arduo por delante. Y en la medida que avance el protagonismo de los trabajadores y de la juventud militante, muchos temas ocuparán la agenda diaria de la política.
Temas energéticos, financieros, de transporte, de transparencia de gestión, no son temas inocuos que surjan de una incubadora de ideas, por más que las incubadoras son imprescindibles.
Para ejemplo de cómo es preciso mantener la armonía entre la declamación y la acción, basta ver a Fernando Pino Solanas saludando a Mario Vargas Llosa como un orgullo latinoamericano sólo para meter una cuña. Lo mismo le da a Pino ir al canal de Daniel Hadad que a TN que a la Expoagro.
Por último, un ejemplo de cómo la profundización del modelo despierta fuertes resistencias para las que es preciso estar preparados. Ricardo Ragendorfer advertía en la última edición de Miradas al Sur sobre las amenazas en ciernes por el desplazamiento de algunos comisarios clave de la Policía Federal por parte de la ministra de Seguridad Nilda Garré.
Ragendorfer cuenta que, entre las alternativas que tienen en cuenta algunos jefes desplazados o que pueden ser separados de la fuerza, está la de generar “zonas liberadas” para provocar caos o, incluso, para cometer delitos. Lo sucedido el domingo en las inmediaciones del club Vélez Sársfield tiene demasiados componentes oscuros. Quizá la muerte de Ramón Aramayo no fue premeditada. Pero sí hubo modificaciones en el camino que debían llevar los micros donde iban los hinchas de San Lorenzo. Concretamente, una hora antes del partido, a dos cuadras del ingreso de la parcialidad visitante, había un centenar de hinchas de Vélez identificados con la barrabrava de ese club que quedaron frente a dos micros que traían hinchas de San Lorenzo y cuyo camino se había modificado a último momento, y no tenían suficiente custodia policial. Sería bueno saber quiénes estuvieron detrás del ataque de los barras de Vélez a esos hinchas de San Lorenzo y a los pocos policías de la comisaría 17 que se acercaron a intentar frenar el ataque. Luego hubo una batalla campal donde hubo disparos de balas de goma y descontrol de los barras. Hay una política de seguridad en curso.
Por eso hay resistencias.
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