Antes del desfile de carrozas, Cristina defendió el modelo frente empresarios. Se emocionó como nunca cuando le obsequiaron una pintura con la imagen de Kirchner realizada con vino malbec.
Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 6 de Marzo de 2011
Por Martín Piqué
La presidenta Cristina Fernández volvió a Mendoza, tierra natal de Julio Cobos, para participar de la Fiesta de la Vendimia, inaugurar obras de pavimentación en rutas y firmar convenios en beneficio del sector vitivinícola. Poco antes de presenciar el tradicional desfile de carrozas, donde fue vivada por cientos de personas que le arrojaban remeras y le pedían autógrafos, Cristina habló ante los miembros de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) en el salón de conferencias del Hotel Hyatt. Ante los empresarios del sector, la presidenta llamó a “seguir profundizando la diversificación de la economía” y defendió los lineamientos del modelo. “Tenemos que aumentar la inversión en ciencia y tecnología”, pidió la mandataria en un mensaje dirigido a los bodegueros, pero también al resto del sector empresario.
El regreso de la presidenta a Mendoza tuvo cierto carácter simbólico. En 2010, con el kirchnerismo en un momento complejo, Cristina decidió no asistir al desfile cultural y recreativo que suele convocar a todo el arco de la dirigencia política. Esta vez, mientras las encuestas provinciales muestran que su intención de voto se acerca al 40%, la presidenta decidió viajar a la tierra del vino. Y lo hizo con una delegación numerosa, compuesta por los ministros Amado Boudou (Economía), Julián Domínguez (Agricultura), Enrique Meyer (Turismo) y el secretario de Cultura, Jorge Coscia.
En el palco VIP, al igual que en el desayuno con los empresarios vitivinícolas, Cristina estuvo acompañada por los gobernadores Daniel Scioli (Buenos Aires), José Luis Gioja (San Juan) y Luis Beder Herrera (La Rioja). El anfitrión, Celso Jaque, se mostró sonriente en todo momento; incluso se hizo tiempo para hacerle a la presidenta un diagnóstico de la compleja actualidad del peronismo mendocino .
Sin proponérselo, Jaque fue centro de chistes y bromas que se repitieron una y otra vez a lo largo de la jornada: en su discurso ante los bodegueros, Cristina confundió su nombre de pila, “Celso”, con el de “Evo” del presidente de Bolivia: “Tenés la nariz parecida a Evo, eso debe ser. Alguna asociación hice, quizá fue por el Camino del Inca. Estoy para el psicólogo”, se rió la presidenta, desinhibida.
En el desayuno con el sector vitivinícola, Cristina se ocupó de contestar un pedido que los bodegueros le habían hecho fuera de micrófono: anunció que desde diciembre los trabajadores temporarios registrados (como los que hacen la vendimia) no están excluidos de la Asignación Universal por Hijo (AUH). Tras la respuesta, la presidenta deslizó una crítica sutil a los propietarios de los viñedos: les recordó que la AUH había obligado a aumentar el salario de los trabajadores que levantan la uva. “Ha permitido reducir los grados de explotación que podían alcanzarse por la desesperación de la gente”, dijo.
La jefa de Estado vivió varios momentos emotivos durante su estadía en Mendoza: el intendente de Guaymallén, Alejandro Abraham, le regaló un retrato de su marido pintado por el artista Norberto Filippo. El cuadro fue pintado al óleo con vino tinto malbec, el varietal argentino. “Les puedo asegurar que me han hecho muchos regalos, pero Mendoza no me va a hacer un regalo más lindo que el que me han hecho con esta pintura. Es él (por Néstor Kirchner) con su profundidad, con su amor”, agradeció Cristina, visiblemente emocionada, al terminar su discurso en el Hotel Hyatt.
Otro momento emotivo se vivió durante el desfile de la Vendimia, cuando la carroza de Guaymallén pasó ante el palco que ocupaban los funcionarios: la candidata a reina por ese departamento miró hacia el balcón y gritó “Fuerza Cristina”. La mandataria respondió con un beso al aire y los ojos llorosos.
Publicado en :
http://tiempo.elargentino.com/notas/asignacion-universal-hijo-permitio-reducir-explotacion
Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 6 de Marzo de 2011
Por Martín Piqué
La presidenta Cristina Fernández volvió a Mendoza, tierra natal de Julio Cobos, para participar de la Fiesta de la Vendimia, inaugurar obras de pavimentación en rutas y firmar convenios en beneficio del sector vitivinícola. Poco antes de presenciar el tradicional desfile de carrozas, donde fue vivada por cientos de personas que le arrojaban remeras y le pedían autógrafos, Cristina habló ante los miembros de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) en el salón de conferencias del Hotel Hyatt. Ante los empresarios del sector, la presidenta llamó a “seguir profundizando la diversificación de la economía” y defendió los lineamientos del modelo. “Tenemos que aumentar la inversión en ciencia y tecnología”, pidió la mandataria en un mensaje dirigido a los bodegueros, pero también al resto del sector empresario.
El regreso de la presidenta a Mendoza tuvo cierto carácter simbólico. En 2010, con el kirchnerismo en un momento complejo, Cristina decidió no asistir al desfile cultural y recreativo que suele convocar a todo el arco de la dirigencia política. Esta vez, mientras las encuestas provinciales muestran que su intención de voto se acerca al 40%, la presidenta decidió viajar a la tierra del vino. Y lo hizo con una delegación numerosa, compuesta por los ministros Amado Boudou (Economía), Julián Domínguez (Agricultura), Enrique Meyer (Turismo) y el secretario de Cultura, Jorge Coscia.
En el palco VIP, al igual que en el desayuno con los empresarios vitivinícolas, Cristina estuvo acompañada por los gobernadores Daniel Scioli (Buenos Aires), José Luis Gioja (San Juan) y Luis Beder Herrera (La Rioja). El anfitrión, Celso Jaque, se mostró sonriente en todo momento; incluso se hizo tiempo para hacerle a la presidenta un diagnóstico de la compleja actualidad del peronismo mendocino .
Sin proponérselo, Jaque fue centro de chistes y bromas que se repitieron una y otra vez a lo largo de la jornada: en su discurso ante los bodegueros, Cristina confundió su nombre de pila, “Celso”, con el de “Evo” del presidente de Bolivia: “Tenés la nariz parecida a Evo, eso debe ser. Alguna asociación hice, quizá fue por el Camino del Inca. Estoy para el psicólogo”, se rió la presidenta, desinhibida.
En el desayuno con el sector vitivinícola, Cristina se ocupó de contestar un pedido que los bodegueros le habían hecho fuera de micrófono: anunció que desde diciembre los trabajadores temporarios registrados (como los que hacen la vendimia) no están excluidos de la Asignación Universal por Hijo (AUH). Tras la respuesta, la presidenta deslizó una crítica sutil a los propietarios de los viñedos: les recordó que la AUH había obligado a aumentar el salario de los trabajadores que levantan la uva. “Ha permitido reducir los grados de explotación que podían alcanzarse por la desesperación de la gente”, dijo.
La jefa de Estado vivió varios momentos emotivos durante su estadía en Mendoza: el intendente de Guaymallén, Alejandro Abraham, le regaló un retrato de su marido pintado por el artista Norberto Filippo. El cuadro fue pintado al óleo con vino tinto malbec, el varietal argentino. “Les puedo asegurar que me han hecho muchos regalos, pero Mendoza no me va a hacer un regalo más lindo que el que me han hecho con esta pintura. Es él (por Néstor Kirchner) con su profundidad, con su amor”, agradeció Cristina, visiblemente emocionada, al terminar su discurso en el Hotel Hyatt.
Otro momento emotivo se vivió durante el desfile de la Vendimia, cuando la carroza de Guaymallén pasó ante el palco que ocupaban los funcionarios: la candidata a reina por ese departamento miró hacia el balcón y gritó “Fuerza Cristina”. La mandataria respondió con un beso al aire y los ojos llorosos.
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