Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 21 de Marzo de 2011
Por Felipe Yapur
Por Felipe Yapur
El partido de Mario Das Neves se llama PJ Modelo Chubut. Un modelo provincial que buscó centrar su tarea en hacer obras públicas pero siempre alejado de cualquier relación con la gestión de Cristina Fernández, como una forma de demostrar a pesar de la distancia con Buenos Aires, que se puede desarrollar la provincia.
Es posible que así sea, pero cuando lo que está en pugna es un modelo de país, que tiene un desarrollo de casi ocho años, lo que ofrece Das Neves no parece ser suficiente. Lo demuestra el ajustadísimo y lento escrutinio, más propio del siglo XX que de estos años del híper desarrollo de la Internet.
Y no es suficiente el Modelo Chubut porque al final del recuento de votos, que se estima pasada la medianoche de este domingo interminable, el triunfo real y no el de las urnas, es para el proyecto político que encabeza Cristina Fernández, que acá está representado por Carlos Eliceche.
El intendente de Puerto Madryn, un municipio importante pero que no se compara con la administración de una provincia, está disputando voto a voto la elección que, según indicaban los sondeos hace un mes, ganaba sin sobresaltos el delfín de Das Neves, el intendente de Comodoro Rivadavia, Martín Buzzi.Es por ello que si Eliceche termina ganando, será el héroe de esta primera semana electoral y compartirá el podio con Lucía Corpacci, la heroína de Catamarca.
Ahora bien, si los votos no le son favorables, la mínima diferencia que existe, lo convertirá en algo muy parecido a un ganador.
Hay otro dato claro y es que las consecuencias políticas del resultado del escrutinio serán negativas para Das Neves. El “portugués”, como lo llaman propios y extraños, verá disminuidas sus posibilidades de convertirse en el candidato presidencial indiscutido del Peronismo Federal.
Esa pudo haber sido unas de las razones por la que los rostros de los invitados especiales, Francisco de Narváez, Felipe Solá y Graciela Camaño, no denotaban derrota sino más bien una renovada expectativa por disputar la conducción de ese espacio por ahora atomizado.Nadie festejaba por las calles de Rawson.
Los pasillos de la casa de gobierno se mantenían vacíos. Las pocas caras que se veían daban cuenta de una mezcla de cansancio y desazón porque el Modelo Chubut no fue todo lo que imaginaban.
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