Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 14 de Marzo de 2011
Por Ricardo Rouvier
Por Ricardo Rouvier
Sociólogo
La victoria del Frente para la Victoria en la provincia de Catamarca era impensada unas semanas atrás cuando el Frente Cívico y Social se imponía con una diferencia de más de 15 puntos. Las tendencias empezaron a cambiar cuando el apoyo presidencial se hizo más ostensible.
La performance de Lucía Corpacci se modificaba en la encuesta con la mención de que la presidenta apoyaba su postulación, entonces la candidata, y ahora gobernadora, alcanzaba a ponerse en situación competitiva respecto al oficialismo local.
Hasta último momento, las mediciones nos obligaban a decir “empate técnico” con rigor estadístico, ya que las diferencias previas no superaban el margen de error de las muestras.
En una elección con mucho suspenso y con gran presencia de la ciudadanía, el voto a voto marcó la finalización de un ciclo del radicalismo en el gobierno provincial, pero también terminó con otro ciclo, el del peronismo vinculado a lo peor de la política.
El dominio radical se erigió luego de la intervención federal en 1991, a raíz de las connotaciones políticas de un crimen atroz, el de María Soledad Morales, y que gobernó durante 20 años; y hoy esta renovación ha sepultado también a un justicialismo provincial conservador y cercano a lo peor de la política, que es la política sin ideales.
Tal vez estemos en el comienzo de una ola que puede llevar a Cristina Fernández de Kirchner, en octubre, más arriba de lo que las encuestas marcan hoy.
por Ricardo Rouvier
No hay comentarios:
Publicar un comentario