Foto: Cortesía de Página 12
Dado que Clarín tuvo la horripilante ocurrencia de cubrir la noticia del fallecimiento de Zloto en el rubro "Fama", no sé si escribir lo que sigue en "Chismes", "Farándula" o "Política". Estuve en el velatorio de Zloto (mucha gente). Lo necesitaba y quería ver caras del pasado en común. En un momento dado me puse a charlar largo con Mario Wainfeld. Tras varios minutos escuchamos unos aplausos. Yo pensé que era porque alguien había dedicado algunas palabras a Marcelo. No, era porque habían llegado Alberto y Felipe Solá. Wainfeld tiene una relación de militancia y política de décadas con Solá, de modo que mucha confianza. Y con Alberto una relación de respeto y afecto desde el periodismo. Ambos se acercaron -AF y FS- a Mario. Tuve esa suerte. Anduvimos charlando largo, distendidos. Que el debate, que el FMI y sus funcionarios, que la "ignorancia dogmática" de Macri (ese fue Alberto). Luego llegó el Kici. Menage a trois. Lo que importa: es muy impresionante lo naturales que resultan los tres. Afectuosos, simpáticos. Alberto me tiró algún halago que creí a medias, onda que le dije mentiroso (por demagogo). Pero al despedirse volvió a decirme alguna cosita linda y algún dato más. Eso no importa, todavía no sé si fue un gesto de seducción, lo que no sería grave. Lo que me importó es que estamos ante seres humanos versus muñecos mecánicos desalmados. Y parecen buena gente. Qué hacés, narco, le dije a Kici cuando me lo presentó Mario. Tengo algo para vos, respondió Kici, mientras se abría la campera como quien busca el sobre de blanca de un bolsilo.
Me fui relativamente mejor de lo que llegué, aunque muy boleado. Se los dije a Sebas Lacunza y a Ale Berco: hay una generación ya no tan joven de periodistas que están en la senda correcta. Contiene algo el saber que Zloto tiene no sucesores, porque cada uno es cada cual. Pero es bueno saber que hay buen semillero y resistente en un gremio que el macrismo estalló en pedazos.
A Zloto quise decirle algo acariciando el jonca, que estaba cubierto por la estrella de David. No pude, sólo lagrimeé a medias, que es como se lagrimea cuando se vio ya mucha muerte.
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jueves, 17 de octubre de 2019
Hay una generación ya no tan joven de periodistas que están en la senda correcta, Eduardo Blaustein (para "Facebook" del 16-10-19)
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